Por Fabrizio Arias Moya – Estudiante del TCU en ULACIT
One Sea nace en Costa Rica como una organización no gubernamental, con el fin de lograr un cambio positivo en cada rincón del país y del mundo. Esta organización tiene como objetivo conectar vidas al océano y hacer conciencia para un cambio positivo para así proteger nuestros mares y evitar su contaminación, por medio de una red conformada por líderes y por todo aquel que quiera ser miembro. La fundación cuenta con distintos programas para atacar problemáticas en distintos sectores de las playas y océanos. Entre estos programas se encuentra la incidencia política, el rescate de playas de Costa Rica (Rescate Guacalillo), restaurantes océanos amigables, mini océanos defensores y el lanzamiento, en unos meses, del programa Empoderó mi costa. Estos programas son de gran importancia para nuestro país, sin embargo, en este escrito nos vamos a enfocar en dos específicos: el Programa de rescate de playas de Costa Rica y el Programa restaurantes océanos amigables. (One Sea, 2020c).
En la provincia de Puntarenas, en el distrito de Tárcoles, se encuentra la pequeña comunidad de Guacalillo, la cual cuenta con una playa con un mirador impresionante, y diversas especies de flora y fauna. El río Tárcoles, catalogado como el más contaminado de toda la región, que atraviesa las provincias de la Gran Área Metropolitana (GAM), desemboca en la playa de esta comunidad, por lo que se encuentra bastante contaminada. La Asociación de Desarrollo Integral de Guacalillo y el programa Rescate Guacalillo se pusieron manos a la obra para así rescatar de la contaminación y de las consecuencias que le trae a esta zona, y dejar la playa limpia. Esto se logra gracias a los programas de voluntariado de la fundación bajo el hashtag #OcéanoDefensores, por medio de charlas y capacitaciones en la comunidad y centros educativos; además de un centro de acopio y procesamiento en la zona para gestionar los residuos de la zona (One Sea, 2020a).
Por otro lado, el programa Restaurante océano amigable se basa en restaurantes que busquen darle un entorno eco-amigable a su negocio, con el fin de ganar una estrella de mar por cada uno de los cincos logros cumplidos; entre estos se encuentran, no usar pajillas plásticas y usar biodegradables, al igual que una vajilla reutilizable o biodegradable, no utilizar ni ofrecer bolsas de plástico y, por último, no utilizar poliestireno. Cumplido esto, se le otorga al restaurante el galardón Estrella de Mar. Además, si deja de vender bebidas en botellas de plástico, no compra o vende tiburón, ofrece opciones vegetarianas y veganas en su menú, y ofrece incentivos a los clientes con vajillas o bolsas reutilizables se les otorga el galardón Estrella de Mar Platino. Los restaurantes que lograron lo mencionado se encuentran en una red de eco-restaurantes con beneficios como publicidad respectiva, estudios de mercado, capacitaciones constantes. (One Sea, 2020b).
Estos programas generan un gran impacto en nuestro país. En una entrevista con la señorita Pamela Molina, nos comenta que parte de su Trabajo Comunal es implementar un manual con productos amigables con el ambiente, composición química y manejo de residuos, y que su experiencia como estudiante de Ingeniería Química Industrial y sus conocimientos en este tema han logrado facilitar la compresión de los restaurantes que están interesados en el programa. (Molina, 2020). A raíz de esto, disminuyen los índices de contaminación de nuestras playas y océanos; sin embargo, como país nos falta mucho para lograr un cambio grande en esta problemática. No obstante, cada día se unen más y más personas conscientes con ánimos de ayudar. Hay que recordar que el cambio empieza en nuestros hogares.