Anoche soñé que al llegar a la oficina, Fulanito me esperaba muy formal, con un escrito en mano. Entró conmigo y una vez acomodado, cerró la puerta con misterio y me dijo:

¿Viste lo de la ley nueva de protección a los denunciantes y testigos de actos de corrupción? A mí me parece buenísima. Ojalá la publiquen rápido. Y qué dicha que estás sentada para lo que te traigo.

Y así como son los sueños de simbólicos e incoherentes, Fulanito de repente se explicaba de forma clara, ordenada y con cuasi precisión técnica:

Mirá lo que dice la RAE qué es corrupción. Me interesan que las acepciones 2 y 3- sigo citándolos a ustedes- sean de RECIBO. Así que nada de rechazarme ad portas. Prosigo:

Corrupción se define como:

  1. Deterioro de valores, usos o costumbres. Y cita como sinónimos: corruptela, deshonestidad, depravación, perversión, vicio, envilecimiento, peste, prostitución.
  2. En las organizaciones, especialmente las públicas, práctica consistente en la utilización indebida o ilícita de las funciones de aquellas en provecho de sus gestores. Repito sinónimos: soborno, cohecho, compra o coima, mejor conocida esta última localmente como mordida

Como todavía no han activado la línea confidencial que exige la ley, aunque somos más de cincuenta empleados, cumpliendo con mi obligación de ciudadano costarricense en ejercicio y de buena persona, en el ejercicio de la buena fe y del principio general de buen padre de familia, vengo formalmente a presentar denuncia de PRESUNTOS actos de corrupción, para que se proceda conforme a derecho en los siguientes casos. Advertidos quedan que deben recordar el deber patronal que les asiste de guardar la confidencialidad de la identidad del denunciante, ordenada por ley.

Ofrezco de prueba que todo lo que diré me consta a mi persona, no por chismoso, sino porque cuando uno quiere a la gente y es simpático y querendón como yo, termina enterándose de cosas de la gente.

Entonces voy con las denuncias:

Magdalena se llevó la engrapadora para la casa y la he visto imprimir aquí la tarea del chiquito y las lecturas del que está en la U.

Esteban, el día que andaba con el carro de la empresa fue por el chiquito a una fiesta de cumpleaños, le tocó pasar a dejar a un compañerito y paró a tomarse un fresco, usando el carro corporativo sin autorización.

Juan de Dios le pidió a contabilidad que lo sacaran de planilla para no pagar pensión. Yo sé que no prosperó, pero según la ley, su conducta encuadra al menos como de tentativa.

De los de compras se dice que reciben plata para escoger a proveedores específicos. Les pasan comisión.

Todos sabemos que Mayerli tiene un amigo doctor que le hace incapacidades aunque no esté enferma.

Don Carmelo se pone a ver porno a medio día encerrado en la oficina con el cuento de que almuerza en el escritorio.

Yeinor nos cuenta siempre quiénes pusieron denuncias de acoso sexual y lo que se dijo en las audiencias.

José, cuando se va de viaje de trabajo, lleva a la esposa y ahí está la compañía pagando hotel para que lo use alguien que no trabaja aquí.

Kevin tiene un negociazo vendiendo tennis que trae por casillero y yo sé que no paga impuestos porque yo mismo le ayudé a montar el documento de facturas que presenta. O sea, subfactura en perjuicio del erario y de todos los costarricenses.

Marilú tiene una pulpería clandestina en el escritorio y vende de todo lo que vende la cafetería, pero mucho más barato, porque claro, no paga cargas sociales.

Raúl, cuando fue a sacar la patente y no estaba lista, le preguntó así al muchacho de la Muni, poné cuidado: “Diay qué torta… ¿cómo hacemos?” Si eso no es ofrecerle una mordida a un funcionario público, entonces no sé qué lo sería.

Marvin es un gran jumas y se toma hasta el agua de los floreros y ustedes saben porque lo han visto en las fiestas.

¡Ah! Y yo sé quién es el que roba la comida de los compañeros de la cocina. Es el mismo que se toma los cafés y gaseosas del cafetín sin anotarlos y tiene colección de las cucharitas de la oficina – sin lavar- en una gaveta: Bartolo.

Solicito como medida cautelar que se me proteja de cualquier represalia por presentar estas denuncias. O sea, mi fuero de protección.

Para notificaciones. Vos ya tenés mi correo o me pegás una llamadita. ¿Me ponés por favor el sellito de recibido?

Aquello era una pesadilla. Terminaba mareada. Y aunque en el sueño había empezado a tomar notas, abandoné la tarea cuando Fulanito no iba ni por la mitad de la letanía.  Le pregunté por qué hacía esto.

Diay, considerando que según la ley no me pueden hacer nada ni despedirme por poner denuncias de corrupción, yo calculo que con solo esto me aseguro el puesto hasta que me pensione, ¿verdad?

Fulanito, pero no todas esas cosas calzan con la definición de corrupción que dice la ley…

¿Y qué? Basta con que yo denuncie para que apliquen todas las medidas de protección ¿verdad? Ya verán ustedes los abogados si son o no corrupción. Mínimo califican de relajo.

Por dicha, fue solo un sueño. Uno muy desagradable, con un Fulanito muy confundido.

Ojalá esa confusión no sea contagiosa.

La semana pasada analizamos esta ley que está próxima a entrar en vigencia, apenas sea publicada. Hoy recurrimos al absurdo para analizar sus potenciales riesgos.

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