Por Craig Mitchell Thomas - Estudiante de la carrera de Ingeniería en Seguridad Laboral y Ambiental

Las drogas y los aceites esenciales funcionan de manera opuesta. Los aceites esenciales desintoxican, los fármacos obstruyen y confunden los receptores. Los beneficios de los aceites esenciales principalmente están en ayudar con síntomas como las náuseas, fatiga, dolores de cabeza y estrés. La gran variedad de aceites esenciales disponibles y las características únicas de cada uno los convierten en una alternativa conveniente para solucionar múltiples problemas cotidianos. Una esencia que ha estado incursionando en el país es el cannabidiol, un químico presente en la planta Cannabis sativa, que muchas personas utilizan como medicina alternativa para síntomas básicos. He tenido la oportunidad de utilizar el producto aplicado sobre un hombro adolorido por tensión muscular y los efectos de su aplicación en la zona fueron efectivos, minimizando el dolor en la zona.

El cannabidiol tiene efectos antipsicóticos. No es clara la causa exacta de este efecto; sin embargo, el cannabidiol parece impedir la descomposición de un químico en el cerebro que afecta el dolor, el estado de ánimo y la función mental. Al no descomponerse este químico y aumentar su nivel en la sangre, parece causar la disminución de los síntomas psicóticos asociados con condiciones como la esquizofrenia. El cannabidiol podría también bloquear algunos de los efectos psicoactivos del delta-9-tetrahidrocannabinol (THC). Además, el cannabidiol parece disminuir el dolor y la ansiedad (MedlinePlus, 2020).

Los aceites se pueden incorporar dentro de nuestro estilo de vida como medicina alternativa para síntomas no crónicos. Existen diferentes formas de aplicarlos, como por ejemplo, en aceite para aplicación directa, en difusores como terapias aromáticas y en la limpieza de superficies, entre otros. La finalidad de los aceites esenciales es proyectar alivio a dolores, brindar relajación ante el estrés, mejorar los hábitos de alimentación en el consumo y cambios emocionales de forma natural.

Las drogas sintéticas y fármacos deprimen el sistema inmunológico, los aceites esenciales lo fortalecen. Los antibióticos atacan las bacterias indiscriminadamente, matando tanto las buenas como las malas. Los aceites esenciales atacan solamente las bacterias dañinas, permitiendo que la flora amigable de nuestro cuerpo florezca. Las drogas son unidimensionales, como sistemas programados para llevar a cabo ciertas acciones en el cuerpo. Cuando cambian las condiciones del cuerpo, las drogas siguen haciendo lo que estaban haciendo, incluso cuando sus acciones ya no son beneficiosas, por lo que llegan a ocasionar daños. Los aceites esenciales, en cambio, son multidimensionales, llenos de inteligencia homeostática para restaurar el cuerpo a un estado de equilibrio saludable. Cuando cambian las condiciones del cuerpo, los aceites se adaptan, subiendo o bajando la presión arterial, según sea necesario, estimulan o reprimen la actividad enzimática, según sea necesario, son energizantes o relajantes según sea necesario. Los aceites esenciales son inteligentes, las drogas no (Aromium, 2016).

Los medicamentos están diseñados para enviar información errónea a las células o bloquear ciertos sitios del receptor, con el fin de engañar al cuerpo para que renuncien a los síntomas. Sin embargo, los medicamentos nunca se ocupan de las causas reales de la enfermedad. No están diseñados para ese propósito. Si bien pueden dar alivio inmediato para ciertos síntomas incómodos, debido a su diseño extraño, poco natural, siempre interrumpen otras funciones corporales. Por lo tanto, siempre tienen efectos secundarios. Sin embargo, las moléculas de los aceites esenciales envían información a las células y limpian los sitios receptores para traer el cuerpo de vuelta a la función natural. Los aceites esenciales equilibran el cuerpo; mientras que los fármacos lo desequilibran. Los aceites esenciales abordan las causas de la enfermedad a nivel celular, mediante la supresión de la desinformación y la reprogramación de la información correcta para que las células funcionen correctamente y en armonía unas con otras. Con los medicamentos, la información errónea se introduce en las células de modo que se puede obtener un alivio temporal, pero nunca hay ninguna curación verdadera (Aromium, 2016).

Los aceites esenciales no están regulados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), pero sus potentes beneficios son derivados de plantas. Cabe mencionar que de no ser usados correctamente, pueden hacer daño y dejar secuelas de por vida. Pero si se usan de forma correcta, bajo la supervisión de un profesional, se lograr obtener de ellos un estilo de vida saludable.

La Organización Mundial de la Salud, OMS (2010) define los aceites esenciales como medicina tradicional. La medicina tradicional es todo el conjunto de conocimientos, aptitudes y prácticas basados en teorías, creencias y experiencias indígenas de las diferentes culturas, sean o no explicables, usados para el mantenimiento de la salud, así como para la prevención, el diagnóstico, la mejora o el tratamiento de enfermedades físicas o mentales.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
  • Aromium. (2016). Aceites esenciales o medicamentos. https://www.aromium.es/blog/aceites-esenciales-o-medicamentos/
    MedlinePlus. (2020, 31 agosto). MedlinePlus suplementos. Cannabidiol (CBD). Fuente: Recuperado de: https://medlineplus.gov/spanish/druginfo/natural/1439.html
  • Organización Mundial de la Salud, OMS. (2010). Medicina tradicional: definiciones. https://www.who.int/topics/traditional_medicine/definitions/es/