Las cancilllerías y ministerio de Seguridad de Costa Rica y Panamá se reunirán el próximo 2 de setiembre para atender este tema.

El canciller costarricense Arnoldo André Tinoco informó este miércoles que el país trabaja en conjunto con otras naciones para manejar los nuevos oleajes migratorios de personas que pretenden cruzar de la frontera sur a la norte de nuestro país, y que se presentan tanto en este momento como en los que se gesten en los próximos meses.

Según señaló el ministro en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Gobierno:

El problema migratorio es imposible de parar pero sí es posible de administrar mejor entre países. Es un asunto cuya causa no es Costa Rica, sino internacional, y requiere una solución internacional. Mantenemos diálogos con Panamá y Colombia para procurar una mejor administración migratoria de los flujos que recibimos desde el sur y el 2 de setiembre tendremos una reunión con el ministro de Seguridad panameño y la canciller panameña para entre otros temas tratar este específicamente".

Ayer, la Defensoría de los Habitantes alertó respecto a que la masiva llegada de personas migrantes a la frontera sur del país, en Paso Canoas, podría convertirse en una nueva crisis humanitaria en Costa Rica.

Según datos del ente defensor, el número de personas que trata de llegar a Estados Unidos a través de la selva del Darién, para posteriormente cruzar Centroamérica y México, se ha triplicado en el mes de agosto, pese a la advertencia de las autoridades de Estados Unidos de impedir su ingreso a esa nación.

En este sentido, André agregó que aunque históricamente el flujo se mantenía entre 250 y 400 migrantes diarios en la frontera sur, en el periodo de setiembre y octubre del año pasado se llegó a contabilizar hasta 4000 ingresos diarios, una cifra que actualmente oscila entre 2000 y 3000 migrantes al día:

Son migrantes que Panamá nos entrega y que a su vez recibe de Colombia. Migrantes sufridos que pasan por el tapón de Darién, que no es un paso seguro, ordenado migratorio, sino una jungla donde esas familias sufren muchísimo y algunos ni siquiera logran pasarlo. Esos migrantes los recibe Panamá, los atiende, los entrega en la frontera y nosotros los acompañamos a la frontera norte".

Ante esto, y según la Defensoría, "la situación para las autoridades costarricenses y para la comunidad internacional se traduce en el reto de garantizar derechos humanos y atender las múltiples necesidades que presentan estas personas en tránsito, compuestas por personas solas, grupos grandes, niños y mujeres embarazadas".

En este sentido, el ministro señaló que cuando los números superan los 600 migrantes diarios, "las instalaciones que tiene Costa Rica para atenderlos en el sur y norte no son suficientes", por lo que hay una coordinación interinstitucional en este momento que aglomera a las autoridades sociales y de materia de seguridad que están trabajando en este tema.

Finalmente, el canciller sostuvo que:

Son esfuerzos concretos de contención y por otro lado administración de los flujos. Cada uno de nuestros países tiene medidas para contener un poco el flujo y con Panamá hay que coordinar las propias para reducir la cantidad que pasa diariamente. Con los Estados Unidos inauguramos un centro de movilidad segura, en virtud de la cual tanto la ACNUR como la Organización Internacional de las Migraciones nos apoyan en precalificar migrantes desde ese centro para ver si son sujetos que califican bajo las regulaciones de Estados Unidos, España o Canadá para migrar a esos países. Ese es un ejemplo de medidas que puede mejor administrar los flujos".