Por Brandon Ramírez Quirós – Estudiante de la carrera de Ingeniería en Sistemas

La tecnología es un mundo, y así como el nuestro está conformado por átomos que forman desde polvo hasta galaxias, el mundo de los dispositivos eléctricos 1 y electrónicos 2 está compuesto por circuitos capaces de encender desde una bombilla hasta hacer funcionar un computador cuántico. A lo largo de los años estos circuitos han ido mejorando y nos han proveído de avances tecnológicos fundamentales para nuestra especie. La lista de beneficios y ventajas es tan extensa que nadie se atrevería a poner en duda que han tenido un impacto positivo, ¿o sí? Como dijo Faraday (1849), “nada es demasiado maravilloso para ser cierto si obedece las leyes de la naturaleza”. A pesar de nosotros posicionarnos y abogar por el desarrollo tecnológico, es bueno entender cómo estos avances nos afectan y el impacto que tienen en nuestra sociedad.

Algo tan cotidiano como la tecnología de refrigeración ha revolucionado completamente nuestra vida como especie. Almacenar alimentos que duren más de un par de días sin que estos se descompongan cambió completamente el paradigma no solo de nuestra alimentación, sino también la del comercio local e internacional. Tal como nos indica el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (2010) ‘’la refrigeración ralentiza el crecimiento bacteriano. Cuando tienen nutrientes (alimentos), humedad y temperaturas favorables 3, crecen rápidamente, aumentando en número hasta el punto en que algunos tipos de bacterias pueden causar enfermedades.’’ (p. 1).

Actualmente, en los supermercados, alrededor del 30% al 60% de la energía total consumida es utilizada por equipos de refrigeración (Tassou et al. 2011, p. 1). Actualmente, la refrigeración es vital para reducir las pérdidas posteriores a la cosecha y en la conservación de los productos alimenticios. De acuerdo con el IIR (2009) ‘’la falta de una cadena de refrigeración causa pérdidas de comida significantes: Representando casi el 20% de la comida producida en el mundo’’. Un mejor uso y conservación de la comida podría tener un gran impacto en el problema mundial de la desnutrición, que afectaba 1 de cada 9 personas en el mundo en 2017. Un tercio o más de la producción anual de alimentos nunca se consume, sin embargo, más de 50% de los alimentos desperdiciados podrían prolongar su vida útil contando con una mejor cadena de refrigeración.

Cabe destacar que sin la tecnología de refrigeración nos sería imposible almacenar y transportar farmacéuticos y medicinas, especialmente vacunas, por lo que no podríamos contar con la basta cantidad de tratamientos que tenemos en la actualidad. Además, sin la tecnología necesaria para refrigerar los centros de datos, el internet colapsaría, haciendo que esta tecnología que hoy en día resulta imprescindible para el ser humano no pudiese ser utilizada. A su vez, el IIR (2009) estima que existen 5 mil millones de sistemas de refrigeración en el mundo, cuyas ventas anuales alcanzan los 500 mil millones de dólares y emplea a más de 15 millones de personas.

Tabla 1. Número de sistemas de refrigeración en funcionamiento en todo el mundo por aplicación. (IRR, 2019, p. 5).

Sin embargo, como dijo Faraday (1849) ‘’No todo es tan maravilloso…’’ y como ya se podrá asumir, 5 mil millones de sistemas de refrigeración y aire acondicionado consume bastante energía, “el 20% de la energía producida a nivel mundial” (IIR, 2009) para ser más precisos, y se espera que esta cifra crezca debido a las consecuencias del calentamiento global, al cual los sistemas de refrigeración y aire acondicionado favorecen.

Alrededor del 37% de este impacto del calentamiento global se debe a las emisiones directas (fugas) de refrigerantes fluorados (CFC, HCFC y HFC), mientras que el 63% restante se debe a las emisiones indirectas originadas en la producción de electricidad requerida para alimentar los sistemas. Representa el 7.8% de las emisiones globales de GEI4. (IIR, Coulomb, et al., 2017)

A pesar de todo esto, nosotros nos mantenemos a favor del avance tecnológico y confiamos en las soluciones que estos mismos avances pueden proveer para mitigar sus propias consecuencias negativas. Actualmente, se asocia la cantidad de ‘‘3.6 gigatones de CO2 liberados debido al desperdicio de alimento cada año’’ (Gustavsson et al., 2015). Mientras que, por el otro lado, y con la aprobación de un plan de mejora en la eficiencia de estos sistemas refrigeración, se espera que las emisiones de HFC sean de tan solo 0.7 GtCO2 para el 2050. Durante los últimos años hemos ido viendo cómo los desarrollos tecnológicos han consistido en corregir los aspectos negativos de dichos avances: los autos ahora se mueven a un futuro totalmente eléctrico, cada vez más se invierte en la investigación del uso de la energía nuclear como una fuente limpia de energía, los electrodomésticos cada vez son más eficientes y utilizan menos energía y gases invernaderos, y la industria del plástico está siendo presionada para el desarrollo de productos reciclables y 100% biodegradables, etc.

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1 Funcionan modificando la corriente eléctrica que suministra la fuente de alimentación; un ejemplo claro es una lámpara.

2 Incluyen además de aparatos eléctricos, otros elementos como transistores, chips, procesadores. El mejor ejemplo sería un computador.

3 Tal como nos indica la USDA, las bacterias crecen más rápido entre los 4.4 y los 60 grados Celsius, considerada esta la zona de peligro.

4 GEI hace referencia a los gases de efecto invernadero

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
• Departamento de Agricultura de Estados Unidos. (2010). Refrigeration and Food Safety. Recuperado de https://www.fsis.usda.gov/shared/PDF/Refrigeration_and_Food_Safety.pdf
• Gustavsson, J., Cederberg, C., Sonesson, U., Van Otterdijk, R., & Meybeck, A. (2011). Global food losses and food waste. Recuperado de http://www.fao.org/3/a-i2697e.pdf
• IIR. (2009). The role of refrigeration in worldwide nutrition, 5th Informatory Note on Refrigeration and Food. Recuperado de http://www.iifiir.org/userfiles/file/publications/notes/NoteFood_05_EN.pdf
• IIR, Coulomb D., Dupont J-L. y Morlet, V. (2017). The impact of the refrigeration sector on climate change, 35th Informatory Note on Refrigeration Technologies. Recuperado de http://www.iifiir.org/userfiles/file/publications/notes/NoteTech_35_EN.pdf
• Michael Faraday. (1849). Laboratory journal entry #10,040. In Jones. B. (1870). The Life and Letters of Faraday. London: Longmans, Green and Co.
• Tassou, S. A., Ge, Y., Hadawey, A. & Marriott, D. (2011). Energy consumption and conservation in food retailing. Applied Thermal Engineering, 31(2-3), 147-156. DOI: 10.1016/j.applthermaleng.2010.08.023 Recuperado de https://hal.archives-ouvertes.fr/hal-00692330/document