Fulanito anda pensativo desde hace unos días. Finalmente, decide compartir qué es lo que lo tiene así:

Fijate que el jefe el otro día llegó, justo cuando yo ya me iba y me dijo que me acordara que yo era empleado de confianza. Y yo me quedé frío, porque digamos, yo hago mi trabajo bien y todo, cumplo con mi horario, soy ordenado, vos sabés.  Peeero… yo con el jefe nunca hablo nada que sea laboral. O sea, todo es estrictamente de negocios. No es como con los demás compañeros, que llegan a la casa a un partido, una carnita asada, que uno conoce a las parejas y a los hijos. No sé si será por los años que llevo aquí, que me dice eso de confianza.

Le explicamos a Fulanito que es posible que el jefe se estuviera refiriendo más bien a la figura del trabajador de confianza que existe en el Código de Trabajo.  Es decir, que no tiene nada que ver con los años que lleva en la empresa, el salario, si tiene o no personal a cargo, el nivel académico ni nada de esas cosas. Tiene que ver con que realiza funciones que impactan directamente la operación de la empresa.

¿En serio? Te imaginás? ¡Fulanito haciendo cosas que impactan la marcha de la empresa! Bueno, ya era hora que alguien reconociera los esfuerzos de uno.

Hay más, Fulanito. El trabajo de los empleados de confianza casi no requiere de fiscalización. ¿Has visto que hay gente que todo lo que hace alguien más se lo tiene que revisar? Bueno, eso no pasa con los empleados de confianza. Además, tienen horarios más flexibles. Por ejemplo, no tienen que marcar tarjeta, puede tomar más tiempo para el almuerzo, etc.

Me gusta, me gusta. Y… ¿cómo pagan las extras?”

Se pagan igual, o sea, pagando un cincuenta por ciento más de las horas regulares.

Diay, soñado. Me encanta ¿a dónde firmo?”

Fulanito, pero esas horas extras se pagan solo si trabajás más de doce horas, que es la jornada que debe cumplir un trabajador de confianza.

¿DOCE, dijiste? ¿Se volvieron locos? ¿DOCE horas de trabajo TODOS los días? ¿De lunes a viernes?”

Dije que “solo si” las trabajás. O sea, un trabajador de confianza podría trabajar hasta doce horas diarias cuando así se requiere. Y date cuenta: mucha gente que tiene esos puestos de trabajador de confianza usualmente trabajan esas doce horas o más.

Vos estás equivocada. Las trabajan por workajólicos. O porque no quieren llegar a la casa, yo no sé”

No. Usualmente las trabajan porque el puesto las requiere. Precisamente porque las responsabilidades que ellos tienen, impactan de tal forma a la empresa que requiere esfuerzos adicionales que se traducen en más tiempo de trabajo.

Y les pagan extras? Te prometo que no le digo a nadie. Queda entre vos y yo. Soy de confianza. Contame”

Las extras se pagan solo cuando tu jefe te pide expresamente, que te quedés a trabajar más allá de las doce horas. El jefe lleva además el control de cuánto tiempo trabajás. Si vos, por gusto, te quedás un rato más terminando cosas o corrigiendo otras, o simplemente te gusta, por ejemplo, trabajar de noche, esas no son extras.

Pucha… creo que mejor voy a decirle al jefe que muchas gracias, pero que siempre no, en otra ocasión con más tiempito”

Fulanito, vos no podés escoger ser o no ser trabajador de confianza. Es algo que es propio del puesto que ocupás. No es un quita-y-pon. Puede pasar que en algunos casos el trabajador considere que no es un trabajador de confianza y la empresa considera que sí.

¿Y quién decide entonces?”

Un juez. O sea, tendrías que demandar a la empresa. Hacele números…

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio.