Por Melissa Andrea Portilla Morales – Estudiante de la Escuela de Estudios Generales
Yo misma quería ver con nuevos ojos, dejar atrás mis aprendidos y asumidos sesgos y creencias personales. Mi intención era aprender sobre el papel que desempeña la visión en las experiencias y en las reacciones más comunes de los individuos videntes en una sociedad cada vez más dependiente de la vista (Kaschak, 2019, p. 8).
¿Cómo se sentiría si ve y tiene enfrente todos los sentimientos que debería sentir usted mismo, pero no se integran a usted? Está viendo o presenciando cómo una persona sufre y esa persona debería ser usted, acaba de perder a un ser cercano, o más bien, debería está feliz viendo cómo nace su primer hijo. Se supone que debe ser el mejor momento de su vida, pero no. Todos los demás sienten alegría, conmoción, se les ilumina el rostro, pero usted tiene que ponerse una máscara para reflejar lo que está a su alrededor. Todo es en cámara lenta, una actuación a su parecer, una puesta de escena porque tiene que convertirse en el mejor actor para que no piensen que está mal.
Todos esos pensamientos, no emociones, no sentimientos ni angustias, se le vienen a la mente a una persona que normalmente no sabes que existe o no entiendes cómo no puede sentir empatía, angustia o felicidad. Esa persona tiene que vivir con el ojo crítico de los demás y sin poder hablar de ellos porque pueden ser categorizados de algo que no son. Normalmente escuchamos la palabra psicópata y entendemos que esta es una persona que no tiene sentimientos ni de remordimientos. Tampoco siente alegría; no siente empatía por el sufrimiento de los demás y, por no sentir, se justifica a hacer lo peor. Pero no estamos hablando de ese tipo de persona, sino más bien de las personas que sufren alexitimia.
Estas personas sufren de una condición que se puede describir como “daltonismo emocional”. Ellos no entienden qué son los sentimientos, no los conocen, les toca vivir detrás de una cortina esperando que no se den cuenta que la sonrisa que llevan puesta es solo la fachada de un edificio vacío. Los científicos dicen que estas personas ven lo que esta pasando a su alrededor, pero, cuando el cerebro debería procesar la situación, ellos no logran traducirlo en sentimientos, dicen que no tienen las conexiones adecuadas para hacerlo.
En el libro Mirar sin ver, la autora menciona lo siguiente: "La visión, entonces, es una habilidad aprendida. Podemos correctamente considerar la vista como un lenguaje, imbuido igualmente de significado y de sutilezas. Donde quiera que repose el ojo, trabaja la mente. Y una vez que lo hace, lo que se ve se funde perfectamente con lo que no se puede ver […]. El acto de visión, aparentemente más simple y objetivo, desde el primer momento, contiene patrones y, por lo tanto, historia. Cada momento de la vida es también uno de visión."(Kaschak, 2019, p. 13).
Entonces, ¿estas personas no tuvieron la habilidad aprendida de los sentimientos o no tienen el correcto lenguaje para expresar lo que deberían sentir? Muchos dicen que ellos en algún punto suprimieron esos sentimientos o reacciones por alguna situación difícil en su niñez y que es un bloqueo, pero otros dicen que nacieron así y que se pueden categorizar como autistas, pero sin el comportamiento compulsivo o repetitivo (Robson, 2015). En mi opinión, solo son otro grupo de individuos que no son entendidos por la sociedad y que deben intentar constantemente encajar en lo que piensan que es correcto.
