Por Fiorella Arias López – Estudiante de la Escuela de Estudios Generales
El arte es el concepto que engloba todas las creaciones realizadas por el ser humano para expresar una visión sensible acerca del mundo, ya sea real o imaginario. Mediante recursos plásticos, lingüísticos o sonoros, el arte permite expresar ideas, emociones, percepciones o sensaciones (Pérez y Merino, 2008). Por esta razón, el arte puede tener miles de formas: según la persona que lo observe podrá o no ser bello, aunque ese no sea su objetivo final. Al ser el arte un tema tan subjetivo, se empiezan a crear distintos estilos, entre ellos se encuentra el minimalismo. Como lo dice la palabra, se trata de utilizar lo mínimo, pero siempre procurando transmitir un significado y un sentimiento en específico. Aunque el minimalismo haya iniciado como una forma de arte, tiene raíces más profundas y filosóficas que lo llevaron a convertirse hasta en un estilo de vida.
La filosofía minimalista nos habla de deshacernos de todas aquellas cosas que no nos traen paz o alegría a nuestra vida. Se puede hablar tanto de objetos como de personas, experiencias o sentimientos. Las personas que se rigen por este estilo de vida son conocidas por seguir un mantra: “identificar lo esencial, y eliminar todo lo demás”. Es una búsqueda de la plenitud y una vida mejor al igual que una feliz. Existen distintos tipos de personas que se embarcan en esta travesía, lo que los diferencia es la razón por la cual deciden hacerlo. La verdadera pregunta es: ¿será realmente necesario eliminar y reducir lo que nos rodea para conseguir todo esto?
Al igual que el arte, dentro del minimalismo existen distintos tipos de minimalistas, seis para ser exactos (Fernández, 2018). De igual manera, logran practicar la misma base subyacente y abstracta de maneras completamente diferentes.
Primeramente, nos encontramos con el tipo de minimalista que se unió a este estilo de vida porque lo encuentran bello. Estos se hacen llamar los minimalistas estéticos, aquellos que, aunque no limiten sus posesiones materiales, limitan las decoraciones y el arte que los rodea. Usualmente decoran con paletas de colores neutrales y sencillas que logran resaltar aquellas obras que consideran importantes y hermosas. En términos artísticos son los minimalistas más importantes y los que dieron fruto a este estilo de vida. Los grandes minimalistas estéticos son en su gran mayoría americanos, como el reconocido Frank Stella y sus “pinturas negras”, Tony Smith con sus “presencias”, Carl Andre con sus inmensas esculturas de extraños materiales, o Richard Serra con su “minimalismo denomenológico”.
Por otra parte, existen los minimalistas esenciales. Estos al contrario de los estéticos, sí buscan reducir la cantidad de objetos que poseen. Les agradan los espacios sencillos y casi vacíos, y ponen como su mayor prioridad reemplazar todo lo que se pueda por una versión más práctica y compacta.
Aparte nos encontramos a los que se toman el mantra a pecho y prefieren buscar experiencias en lugar de objetos. A estos les llamamos experienciales. Su estilo de vida se podría considerar “nómada”, ya que fácilmente pueden empacar todo lo que poseen e irse en búsqueda de esa nueva experiencia.
Los minimalistas más profundos y extremos son los conscientes. Ellos buscan la serenidad por medio de la eliminación de objetos. Así se espera lograr encontrar la felicidad y paz interna, ya que consideran que al hacer esto no solo eliminan objetos, sino también vibras negativas de sus vidas.
Por útlimo, nos encontramos dos tipos similares de minimalistas: los sostenibles y los ahorrativos. Ambos se caracterizan por poseer una gran habilidad para crear sus propios reemplazos. La gran diferencia entre ellos radica en que el objetivo de los sostenibles es dejar una huella positiva para el medio ambiente, mientras que los ahorrativos buscan cuidar sus bolsillos.
En conclusión, el estilo minimalista en realidad no es el culpable de atraer vibras positivas y eliminar todo lo negativo que nos rodea. Al igual que el arte cada persona tiene razones diferentes para ser feliz y encontrar la vida bella. No considero que para llevar una vida feliz y plena sea necesario llevar un estilo de vida minimalista a como se mencionó anteriormente. Aunque, sí se podría decir que seguir mantra minimalista es un gran paso hacia la felicidad y la plenitud porque al eliminar las cosas negativas que nos rodean resaltan todas las bellas y positivas.