El imputado fue condenado a 31 años de cárcel por acosar a mujeres ciclistas en los alrededores del cantón de Grecia.
La denuncia de nueve de las víctimas de un abusador de mujeres ciclistas en los alrededores del cantón de Grecia, permitió que el pasado mes de febrero un hombre fuese condenado a 31 años de cárcel por delitos de abuso sexual contra personas mayores de edad.
Al condenado, de apellidos Alfaro Porras, le impusieron 31 años de cárcel por múltiples delitos de tocamientos a mujeres, perpetrados desde su motocicleta, mientras estas estaban practicando ciclismo deportivo.
El caso fue llevado por los abogados Javier Chaverri Ross y Marco Jiménez Guillén, quienes tomaron el caso como un servicio social de parte de su bufete.
Chaverri es, de hecho, el abogado que en 2021 consiguió la condena de otro hombre por una causa similar, esta vez en contra de una vecina de Alajuela que, entre 2017 y 2018, fue víctima de varios abusos similares.
En este caso, y a pesar de un escaso apoyo inicial por parte de las autoridades, el victimario fue capturado y condenado por este delito.
Dato D+: Lea todos los detalles de este primera caso en la nota: Pese a desidia del sistema: víctimas logran detención de sospechoso de abuso sexual callejero.
Fui contactado por un grupo de ciclistas que habían sido objeto de abuso sexual de parte de un sujeto que llegaba, las molestaba y que, en contra de su consentimiento, las tocaba aprovechándose de la incapacidad que tenían ellas para resistir, por andar ellas muchas veces en la bicicleta. Por eso se llevaban el susto de sus vidas cuando el tipo les metía la mano por detrás, se les daba nalgadas y, como una forma cruel de ensañarse, las volvía a ver, se reía, les hacía gestos y les sacaba la lengua".
El abogado Jiménez Guillén, por su parte, explicó el modus operandi del victimario el cual consistía en que como las muchachas iban prácticamente pegadas a su bicicleta por ir con zapatos que tienen clip en los pedales, dejándolas sin posibilidad de maniobra, el hombre lo que hacía era acercarse a ellas, bajar la velocidad y cuando las tenía a una distancia adecuada, cometer el abuso.
Una de las víctimas, incluso, es una mujer que iba con sus dos hijos pequeños que, lo que hizo al sentir la motocicleta detrás, fue tirarse un lado para evitar que el vehículo del hombre pudiese golpear a uno de los niños y por eso quedó en una posición que la dejó a merced del victimario.
El asunto es muy, muy grave pues ellas básicamente no entendían por qué no podían circular y llegaron hasta cuestionarse la forma en que vestían, cuando no hay otra forma para vestir en bicicleta más que la indumentaria necesaria. Pero esa es la gravedad de esto: se han normalizado ese tipo de prácticas y quien delinque, quién comete estos actos, pues lo hace bajo la creencia de que las personas no lo van a denunciar y eso es lo que hay que atacar", señaló Jiménez.
Por su parte, Chaverri agregó que:
Hubo un daño emocional muy grande. Ellas ya no salen, ya no salen a andar en bicicleta. Hay una que dice 'es que la bicicleta es mi vida pero ahora vivo metida en un cuarto, andando en bicicleta como un rodillo'. O sea, realmente el daño que se le hace a una víctima es muy grande".
Apoyo conjunto y denuncia
Durante los ataques una de las víctimas fue fuertemente golpeada y la bicicleta de otra terminó con grandes daños tras el incidente.
Por eso, y como algunas de las víctimas eran de zonas alejadas de Grecia (un sector que es famoso para la práctica del ciclismo), estas contaron sus situaciones por medio de redes sociales y a partir de ahí no solo se pudieron poner en contacto con los abogados, sino también con más mujeres víctimas que fueron las que, en conjunto, llevaron la causa hasta el final, a pesar incluso recibir amenazas.
Así, y a partir de unificar los testimonios de cada una, se logró personalizar al agresor para consumar la denuncia. Según señaló Marco Jiménez:
Las muchachas lograron ver zapatos y vestimentas, algunas características de la placa de la motocicleta y algo muy particular es que llevaba un casco de mensajero. Casualmente esta persona, en todos los hechos que cometió por lo menos contra estas 9 mujeres, andaba la misma vestimenta y si bien es cierto las personas no lograban observar con claridad sus rostros, sí podían determinar cosas como por ejemplo el tipo de lentes, que en algunos lentes negros de pasta y todas esas cositas, que aunque aparecieran sin importancia son las que al final logran determinar quién es la persona".
Por su parte Javier Chaverri agregó que:
Aquí sí se contó con toda la ayuda del Organismo de Investigación Judicial, quien fue bastante proactivo, y sobre todo importante y 100% destacable, es que las víctimas aportaron información importantísima. Ellas, como iban en bicicleta con la mirada hacia abajo, lograron determinar la forma de los tenis, el tipo de color de la moto, algunos números de la placa".
Además, una de las víctimas identificó al abusador como un exvecino suyo y, a partir de ello, descubrieron que este era una persona portadora de tobillera electrónica, lo cual fue fundamental en el proceso pues así fue como, a partir de la geolocalización del aparato, comprobaron que el sujeto estuvo presente en todos los lugares donde se presentaron los ataques, en los momentos exactos.
Según Chaverri:
En este caso específico, el tipo cometió los delitos con el uso de la tobillera y por eso se logró determinar que la ubicación del sujeto coincidía con la hora de cada una de las denuncias. Así se detectó adónde se encendió a la tobillera y se vio toda la ruta que tenía él desde su casa y que coincidía con esa famosa recta de la cooperativa de Grecia, que era donde las mujeres eran víctimas".
Finalmente, y tras un proceso que duró 13 meses, el pasado 17 de febrero el Tribunal Penal de Grecia consumó la condena.
El imputado está detenido desde hace 10 meses y, según finalizó Chaverri:
Nos comentaron del Organismo de Investigación Judicial que lo que se dio fue un fenómeno de múltiples denuncias sobre abusos sexuales contra persona mayor de edad y que estas denuncias cesaron a partir del momento en que el sujeto fue detenido".
El objetivo de las mujeres, que prefirieron mantenerse en el anonimato para esta nota, así como el de los abogados que llevaron sus casos, es que esta historia inspire a más mujeres a denunciar para que así haya cada vez menos abusadores en las calles.