Por Jorge Novoa Chacón - Estudiante de la carrera de Derecho

Para iniciar, podríamos entender a una banda de marcha como un organismo vivo estableciendo una analogía con los órganos de cuerpo humano: en su interior cada sección tiene su propia función, su propia manera de comunicarse y trabajar entre sus miembros, pero, aún más importante de entender, la función vital dentro del todo que es el ensamble (Aloy, 2016). Continuando con la analogía sobre esta relación de codependencia, es así como podríamos decir que un cuerpo sin corazón no funciona, así como un corazón por sí solo tampoco. El cuerpo necesita un órgano que controle cada movimiento, voluntario o involuntario, para garantizar su correcto funcionamiento, cualquier error de coordinación, mala decisión o descuido en los canales de comunicación podría comprometer la integridad o el correcto desempeño de este. Así, el ensamble necesita una persona que coordine y tome las decisiones sobre el resto de sus integrantes.

El director tiene a su cargo múltiples funciones que van desde la escogencia de sus integrantes hasta funciones implícitas como ser el representante del grupo. Quizás una de las responsabilidades más importantes y delicadas es la de planificar el ensayo, punto en donde convergen todas las partes organizativas y el elenco artístico del conjunto. El ensayo es el único lugar donde se puede prestar atención a los detalles por trabajar, repetir secciones y establecer un diálogo con los ejecutantes dejando al concierto como una muestra fugaz del extenso trabajo realizado (Navarro, 2015). Surgen de esto las siguientes preguntas: ¿qué señales da el ensamble de que algo está fallando a nivel organizativo? ¿qué medidas debe tomar un director si alguna sección del ensamble no trabaja adecuadamente?

Los miembros de un ensamble pueden dar señales de que algo no está funcionando, cuando estos pierden interés durante el ensayo, cuando, luego de un error de ejecución cometido, no se muestran preocupados o apenados, no prestan atención a las indicaciones, hablan mucho entre ellos o, entre un ensayo y otro no, hay mejoría alguna; esto además relentiza el cumplimiento de las metas artísticas de la agrupación.

Para fundamentar las aseveraciones antes hechas vayamos al ejemplo de un ensamble elemental, donde los miembros apenas pueden tocar las notas de una sola escala: durante el desarrollo del ensayo, si sus miembros muestran interés, se podrán ver a estos atentos siempre, con una plena disposición de hacer su trabajo lo mejor posible, apenados cada vez que fallan y, sobre todo, mostrarán mejoras entre cada sesión de práctica, aunque su nivel sea principiante. Con los ensables de cualquier otro nivel, inclusive el profesional, pasa exactamente lo mismo.

El director, como cerebro del ensamble, debe saber leer estas señales y usarlas a favor de este, como un feedback no verbal. Una correcta escogencia del repertorio a ejecutar, que tenga correspondencia con el nivel de los músicos, es la mitad de camino hacia un correcto aprovechamiento del ensayo. Un acierto en este aspecto traerá como resultado una dinámica más fluida entre el director y cada músico, a lo interno de las secciones, entre estas y otras secciones y del ensable como un todo. Luego de dado este paso, sigue la planificación de la agenda del ensayo, como un evento de metas por cumplir donde se puede dividir el tiempo desligado para este en partes cronometradas, con un objetivo muy específico, fundamentado en grabaciones previas, donde se les dé prioridad a los puntos de mayor dificultad. La delegación de responsabilidades a principales o líderes dentro del mismo ensamble ayudará a tener una suerte de embajadores de la dirección dentro de cada sección, estos podrán realizar seccionales y responder por el nivel de su fila.

Es común que, cuando un ensamble no funciona correctamente, mucha de la culpa se le achaque en sus miembros. Claro, al final, estos son los responsables de lo que entra por los oídos del público, pero se debe reconocer que hay muchos factores de fondo que influyen en un correcto resultado final y que por mejor que sea el elenco artístico que forma parte de este, una mala decisión en cualquiera de los puntos anteriormente citados puede afectar el resultado final. Los directores de los ensambles, desde su posición de líderes, deben reconocer que el cumplimiento o no de las metas nacen desde las decisiones que tomen antes del batutazo inicial.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
  • Aloy, P. (2016, 22 de agosto). Leonard Bernstein explica elocuentemente qué hace un director de orquesta. [Archivo de video] https://www.youtube.com/watch?v=Unwtv9o6ynE
  • Navarro Lara, F. (2015). Dirección de Orquesta: 7 consejos útiles para un ensayo perfecto. https://www.youtube.com/watch?v=kjoo-EGDQeA&t=24s