Por Mario Roberto Suchite García – Estudiante del Green Club de ULACIT

Hoy en día el público en general tiene una gran conciencia sobre el medio ambiente; no es que por esto se esté reduciendo la contaminación que millones de personas sufren en sus lugares de residencia, pero ha llevado a que muchas regiones en desarrollo tengan la disposición de renunciar a costumbres de consumo no sostenibles y dañinas para el medio ambiente. En el contexto económico, se tiene un indicador aceptado y utilizado mundialmente: el Producto Interno Bruto. Frente a los desafíos que se nos presentan, es necesario completar la información que nos facilita el PIB para poder diseñar y estructurar políticas equilibradas, donde se refleje nuestro compromiso con el medio ambiente y el bienestar social.

La huella ecológica se entiende como la suma de la superficie ecológicamente productiva que se necesita para producir todos los recursos que se consumen por la población de una especifica comunidad humana, así como la que se necesita para absorber los residuos que genera, no importando en donde se encuentren estas superficies. La filosofía de cálculo de huella ecológica tiene los siguientes aspectos:
- En caso de producir un bien o un servicio, sin importar el tipo de tecnología utilizada, es necesario el flujo de materiales y de energía que provienen de sistemas ecológicos o del flujo de energía directa del sol en sus varias manifestaciones.- Son necesarios sistemas ecológicos para absorber los residuos generados durante el proceso de producción y el uso de productos finales.
- El espacio también es ocupado con infraestructuras, viviendas y equipamientos que reducen las superficies de ecosistemas productivos.
Debemos tener en cuenta que existen otros aspectos que subestiman el impacto ambiental real y son los siguientes:
- No se contabilizan todos los aspectos, especialmente de carácter cualitativo, por ejemplo, la contaminación del suelo, del agua y la misma atmósfera (quitando el CO2), las erosiones, la gran cantidad de biodiversidad o la degradación del paisaje.
- Se cree que las prácticas en los sectores agrícolas, ganaderos y forestales son sostenibles, es decir, que toda la productividad del suelo no se disminuye con el tiempo recorrido.
- No se considera el impacto que está asociado al uso excesivo del agua.

La huella ecológica es mucho más vidente en las grandes ciudades y no estrictamente de países en desarrollo. De esta forma, podemos indicar que el 20% de la población que vive en las ciudades ricas consumen más del 60% del PIB mundial. Eso deja en evidencia que el insostenible estilo de vida de los países desarrollados no puede extenderse al resto del planeta, ya que no habría recursos para todos. La vía para el desarrollo de una economía mundial sostenible se tiene que basar en la reducción del consumo y la práctica de un consumo responsable en muchos países (Estévez, 2011).

En conclusión, ¿qué podemos hacer mi familia y yo para tener un consumo responsable? Asumir la responsabilidad a través de nuestras decisiones como consumistas: Para ello podemos consumir productos locales o de comercio justo. Esta acción nos permiten mejorar las condiciones laborales en lugares de producción y un mejor equilibrio del CO2 que va desde la producción hasta el transporte de los productos.

Promover el desarrollo sostenible en todas partes: Podemos participar en temas como el comercio justo, compartir con los compañeros, familia y en el trabajo la responsabilidad que tenemos para el desarrollo sostenible. Encontrar lo grande en lo pequeño: Algo sencillo es la clasificación de basura, reducir la generación de residuos, aislar correctamente la casa, cambiar el suministro de energía por uno sostenible, creer en una comida sana es importante y genera un cambio positivo, así como minimizar la cantidad de combustible y utilizar solo lo necesario. Esto no quiere decir que debemos decirle adiós a nuestras comodidades, pero sí es necesario que haya un cambio cultural para nuestro medio ambiente (Stiftung, 2019).

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
  • Estévez, R. (2011, 15 de marzo). ¿Qué es la huella ecológica? ECO inteligencia. https://www.ecointeligencia.com/2011/03/que-es-la-huella-ecologica/
  • Stiftung, K. A. (2019). Agenda 2030 ley fundamental para el desarrollo sostenible. Alemania: Konrad-Adenauer-Stiftung.