Por Daniel Mora Torres - Estudiante del Club Rockapellas de ULACIT
¿Se han preguntado cómo se transportaba la música hace 30 años en nuestro país? En ese entonces, los músicos costarricenses llevaban casetes con sus canciones grabadas a dueños de bares, desde San José a Puntarenas, para convencerlos de que tocaran su música, porque grabar en un acetato era una opción muy lejana a la economía de los artistas musicales del país. En aquellos años, Costa Rica no tenía gran variedad para ir a comprar música y para cuando se pudieron comprar los primeros discos compactos, los precios eran inaccesibles, ya que eran exportados de otros países. Esto provocó que el llamar a radios, solicitar la canción y grabarla fuese la mejor manera de tener acceso a música.
Con el paso del tiempo, en Costa Rica surgió una posibilidad para la industria musical nacional, con los CD, que pueden ser grabados y reproducidos dentro del país, lo que representó una nueva etapa en la historia de la música costarricense (Carballo, 2017). Con los CD llegaron los primeros reproductores portátiles conocidos como discman, y fue mediante estos dispositivos que las personas disfrutaron de sus canciones, siendo este el sucesor del reproductor de casete personal.
A pesar de la tecnología a principios de los 90, la producción de música se veía condicionada a los recursos de ese entonces. Esto hacía que las grabaciones aún estuvieran limitadas a ciertos artistas que conseguían algún tipo de contrato con una disquera o que tenían el recurso económico para todo lo que conlleva el negocio musical. Con el pasar de los años, las personas pasaron de tener discos de 12 a 15 canciones para reproducir en su discman, a poder escuchar más canciones en otros medios, con la llegada del internet.
Para inicios de los años 2000, la radio seguía siendo el principal medio para el consumo de música a nivel popular, donde las canciones debían seguir ciertos parámetros para poder ser programadas y puestas al aire. Sin embargo, con el auge del internet en el país, las personas pudieron tener más acceso a diferentes canciones y en los hogares empezaron a estar las primeras computadoras, con las cuales los consumidores podían acceder a sus artistas, descargar sus temas y luego escucharlos, y de esta forma escuchar esa música que no salía en radios. Esto representó una oportunidad para que los artistas pudieran llevar su música a más personas, sin necesidad de sonar en la radio.
En la actualidad, existe una gran oportunidad para la producción, pero un gran reto para el talento, dada la capacidad de transportar más de 35 millones de canciones teniendo acceso a plataformas de streaming como Spotify y a herramientas como YouTube, Apple Music, Google Music y Deezer, entre otras, que han dado un acceso casi ilimitado de material para los consumidores. Hace 30 años, el consumo era limitado y la producción también, hoy los caminos se han abierto, lo que ha dado una mayor oportunidad a los grandes talentos, pero ha repercutido en generar un consumo en masa y no en calidad. ¿Es esto una ventaja o una desventaja para el futuro de la producción musical?
MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas. Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.
Referencias bibliográficas:
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Carballo, P. (2017). Por las calles del rock: Aproximaciones al desarrollo del rock en Costa Rica 1970-1990. https://cihac.fcs.ucr.ac.cr/wp-content/uploads/2020/10/CarballoVillagra-978-9968-681-43-8.pdf