“Queremos que las familias que deben afrontar el enorme desafío de cuidar a un ser querido no lo hagan en la soledad de sus casas o sin capacitación”.
La Fundación Partir con Dignidad fue creada en el año 2013 por profesionales del Hospital Nacional de Geriatría y del Servicio de Atención Comunitaria Geriátrica (ACG), quienes constataron las necesidades que atraviesan miles de familias costarricenses cuando enfrentan el cuido de una persona en fase terminal.
La ACG ha realizado cerca de 4500 visitas domiciliares por lo que conocen muy de cerca la situación que sobrellevan tanto las personas enfermas como sus familiares.
“Estas visitas realizadas a la intimidad del hogar muestran las tareas abnegada de los parientes; ellos brindan atención a sus seres queridos, sacrificando, entre otras cosas, su estabilidad económica y su salud, tanto física como mental” explica la fundación, y agregan:
Vemos personas morir en condiciones indignas, pese a los esfuerzos que como sociedad realizamos. Elementos tan básicos como pañales, guantes, incluso una cama en la cual morir con dignidad, son necesidades cotidianas que el equipo detecta”.
El trabajo de la fundación
Frente a todas estas necesidades la fundación Partir con Dignidad nació con el objetivo de dar una mano a estas familias con una visión integral, más allá de las urgencias materiales que se presentan frente a una enfermedad terminal.
“Buscamos ayudar a resolver la problemática en salud que implican los cambios demográficos relacionados con el envejecimiento, sobre todo en familias en condición de pobreza y extrema pobreza”, explican.
La iniciativa pretende mantener a la persona adulta mayor y dependiente en sus hogares a cargo de familiares sensibilizados y capacitados coadyudando a que el sistema de salud de la CCSS evite una crisis, difícil de resolver, ante el costo que implica atender este tipo de población tan compleja.
Partir con Dignidad está compuesta por un equipo altamente calificado que brinda apoyo sin fines de lucro a pacientes y familiares, así como a cuidadores y a la comunidad en general para el desarrollo de capacidades y para la atención directa a los pacientes mediante teleconsultas especializadas y atención telefónica las 24 horas del día.
Un reto país
Debido a la relevancia del tema, la fundación hoy está trabajando para extender los servicios a nivel nacional. Actualmente impulsan un proceso de búsqueda de alianzas a corto plazo con instituciones del Estado y organizaciones de la empresa privada, con el propósito de obtener recursos económicos que puedan transformarse en ayuda para la población meta.
El doctor José Ernesto Picado Ovares, especialista en geriatría y cuidados paleativos es el fundador de Partir con Dignidad y ha venido llamando la atención sobre el desafío que enfrenta Costa Rica a corto y mediano plazo debido al envejecimiento sostenido de la población.
En una reciente visita al programa Buen Día explicó que según el segundo informe del Estado del Adulto Mayor en Costa Rica el 12% de la población (cerca de 625.000 personas) está en la tercera edad. La proyección para el 2050 es ya de un 20%, “para ese año 1 de cada 5 personas vamos a ser adultos mayores”. A lo largo del programa el doctor Picado Ovares ayuda a entender mucho mejor la importancia de tener claro qué implican estos números y cómo la ciudadanía puede informarse mejor y ayudar a desarrollar vínculos solidarios, empáticos y compasivos para enfrentar estas situaciones en las que en cualquier momento podemos encontrarnos.
“En la Fundación Partir con Dignidad, la cual fundé junto con un grupo de personas visionarias y solidarias, queremos que Costa Rica se convierta en el primer país compasivo del mundo”, escribió Picado Ovares días atrás en La Nación.
En su artículo, explica que “los vecinos, con frecuencia, ni siquiera se dan cuenta de las condiciones tan difíciles en que un familiar —casi el 80% de las veces es una mujer— atiende a un paciente pronto a morir o que perdió capacidades para valerse por sí mismo”.
Por ese motivo la fundación busca complementar los servicios de la seguridad social apoyando al enfermo y a sus familias fuera de los horarios habituales de trabajo. Una forma de hacerlo es, precisamente, instando a la comunidad a trabajar como una red solidaria.
Cartago con Vos: Ciudad Compasiva
Según comenta el doctor Picado Ovares los habitantes de una ciudad compasiva “reconocen la importancia de cuidar y acompañar a los miembros de la comunidad cuando sufren o se encuentran al final de la vida. Acompañar suele ser algo tan sencillo como ir a la farmacia a recoger unos medicamentos, ayudar en los deberes escolares a los niños de la familia o ir al almacén cercano a hacer las compras”.
La Fundación New Health puso en marcha el concepto de las ciudades compasivas hace siete años en España. La iniciativa pretende sensibilizar a escuelas, colegios, universidades, empresas públicas y privadas y comunidades en general en cuidados paliativos. “Esto se hace mediante la metodología todos contigo, que ha resultado ser sumamente eficaz desde el punto de vista de los costos y es reconocida por la misma Organización Mundial de la Salud (OMS)”.
Picado Ovares considera que Costa Rica puede ser referente en el tema a nivel mundial y explica: “En naciones como España, Colombia y Argentina, existen ya ciudades compasivas. Estoy convencido de que Costa Rica goza de condiciones muy particulares que posibilitan transformarnos en la primera nación compasiva del mundo, ser un país que siente compasión por las personas con enfermedades terminales, muy especialmente, las que viven en pobreza y pobreza extrema”.
Es así como Cartago se convertirá a partir de esta semana en el proyecto piloto de Costa Rica para poner en marcha esta visión de cuido integral. Los detalles serán anunciados este viernes, en el marco del Día Internacional de Cuidados Paliativos, que se conmemora este sábado 8 de octubre.
Lea además: Cartago con Vos: eligiendo el amor compasivo en vez del miedo.
“Queremos que las familias que deben afrontar el enorme desafío de cuidar a un ser querido no lo hagan en la soledad de sus casas o sin capacitación” explicó Picado Ovares en su artículo de La Nación.