Por Kenneth Ed. Calderón Alfaro - Estudiante de la carrera de Administración de negocios
Para nadie es un secreto que las dificultades pueden estar a la vuelta de la esquina, en algunas ocasiones incluso podrían estar más cerca de lo que se cree, las adversidades son todas aquellas situaciones que no permiten a las personas experimentar lo que es la felicidad, sin embargo, aunque ninguna persona se encuentra exenta de sufrir de dichas situaciones, si es posible cambiar la perspectiva sobre lo que sucede en el entorno en el que se vive, las emociones son un estado psicológico complejo que involucra tres componentes distintos: una experiencia subjetiva, una respuesta fisiológica y una respuesta conductual o expresiva. (Hockenbury y Hockenbury, 1997).
Aprender a controlar eficientemente las emociones ante las adversidades es fundamental; de lo contrario se podría caer en un bucle de emociones negativas que solo dañarían la percepción que tenga un individuo sobre la vida y las personas, según comenta Bertrand Regader (s.f.):
La Inteligencia Emocional es uno de los conceptos clave para comprender el rumbo que ha tomado la psicología en las últimas décadas.
De un modelo preocupado fundamentalmente en los trastornos mentales por un lado y por las capacidades de razonamiento por el otro, se ha pasado a otro en el que se considera que las emociones son algo intrínseco a nuestro comportamiento y actividad mental no patológica y que, por consiguiente, son algo que debe ser estudiado para comprender cómo somos.
Así pues, la Inteligencia Emocional es un constructo que nos ayuda a entender de qué manera podemos influir de un modo adaptativo e inteligente tanto sobre nuestras emociones como en nuestra interpretación de los estados emocionales de los demás. Ahora bien, ¿cómo se pueden gestionar las emociones adecuadamente? Las emociones ante la conducta humana han sido un punto clave en la evolución de la especie, debido al constante progreso y adaptación ante los cambios que lo rodean. Las emociones desde tiempos antiguos han sido una herramienta directa e indirecta para la toma de decisiones en muchos ámbitos de la vida cotidiana, desde comidas hasta propuestas de amor, todas las decisiones que se toman con inconscientemente tomas por las emociones. Por eso es realmente importante saber cómo gestionarlas correctamente. Una de las técnicas más simples y eficientes es la de aceptar tanto las emociones positivas como las negativas, al aceptar dichos sentimientos se torna más sencillo poder controlar dichas emociones, por consiguiente, será más sencillo tomar mejores decisiones ante las dificultades de la cotidianidad.
Otra técnica muy efectiva es la de ser más consciente de lo que se piensa y se siente. Al realizar un repaso de todas las cosas que suceden a diario, la mente se llena de miles de pensamientos sobre esos sucesos. Sin embargo, es importante percatarse de los pensamientos y emociones que rodean nuestra mente en esos momentos, la mente es solo un órgano de reflejos, por consiguiente, al analizar y comprender esa información es más simple gestionar las emociones ante situaciones adversas.
Por último, el desarrollar la inteligencia emocional es clave ante cualquier aflicción que presente la vida, el identificar los estados de ánimo y expresarlos correctamente beneficia en gran medida dicho proceso. Otro punto es el de escuchar las emociones y comprenderlas, si se puede llegar a un equilibrio entre ambas, las dificultades no serán un problema Por último, se debe reflexionar sobre las emociones presentes en el día: comprender efectivamente las emociones que corrieron por la mente al pasar por un mal momento ayudará a dejar ir el pasado y reflexionar hacia un nuevo futuro en el que las emociones sean un complemento de las decisiones que se tomen ante cualquier problema.
En conclusión, la toma de decisiones va ligada directa e indirectamente a las emociones recurrentes que se expresen cuando se quiere conseguir algo o ante alguna experiencia negativa. Sin embargo, el fomentar una correcta y eficiente inteligencia emocional proporciona las herramientas necesarias para salir adelante cuando algo no esté bien. Las adversidades son pasajeras y, por más duras que sean, no se debe ceder ante estas; se debe luchar constantemente por mejorar y por hacer de este un mundo mejor. Todo comienza y termina con una idea y, quién sabe, el día de mañana el pensamiento que cambie el mundo podría ser el tuyo.