En estos días ha circulado una carta de algunos militantes del PAC en donde le piden la renuncia al excandidato a diputado por San José, Rogis Bermúdez Cascante, por haber asistido a un evento del conferencista de extrema derecha Agustín Laje y haber manifestado su apoyo a este.
Creo que lo que hizo don Rogis Bermúdez es indebido; ya que en efecto el discurso de Laje es contrario a los principios y a la visión del PAC como partido progresista, defensor de los derechos humanos, de los derechos de las mujeres y de las minorías sexuales.
Pero viendo muchas de las personas que firman dicha carta yo me pregunto: ¿Qué es peor? ¿Asistir a una conferencia de Laje; o haber promovido e impulsado desde la Asamblea Legislativa y el gobierno de la República proyectos como la regla fiscal o la ley de empleo público, entre otros nefastos y antipopulares proyectos?
Ya que muchas de las personas que firman la carta apoyaron esos y otros proyectos que le hicieron un gran daño a nuestro país y a nuestro partido.
Reclaman que don Rogis Bermúdez vaya a esta conferencia, pero muchos de los que firman aprobaron la objeción de conciencia en la función pública; defendida por Laje, Fabricio Alvarado y todos sus extremistas seguidores. ¿No es eso mucho peor que ir a una simple conferencia?
¿Y las personas que parquearon las estructuras territoriales de nuestro partido en la pasada campaña para que no ganara Welmer Ramos? ¿Y las dirigencias territoriales que desde la primera ronda le dieron el apoyo y trabajaron por Rodrigo Chaves?
¿Y quiénes ocupando cargos de elección popular por nuestro partido se pasan atacando en sus redes sociales a las universidades públicas, a los empleados públicos, a la institucionalidad pública de este país?
A ninguna de esas personas se les ha llamado a cuentas, a ninguna de esas personas se les pide la renuncia.
Esa doble moral y esa falta de congruencia política solo genera mayor decepción y confusión en las filas del partido; y no contribuye en nada al proceso de reflexión que debería estarse desarrollando.
Las denuncias contra cualquier compañero o compañera deben ventilarse a través de los órganos formales del Partido. Para eso existe un Tribunal de Ética, una Comisión Política, un Comité Ejecutivo Nacional; que deben conocer y pronunciarse en cada caso. Y sin aun no existen procedimientos disciplinarios y sancionatorios, deben crearse cuánto antes de ser necesario.
Son las autoridades del partido las que deben llamar a cuentas a don Rogis Bermúdez, pero también a los que desde los cargos que ejercieron, promovieron y apoyaron políticas y legislaciones abiertamente contrarias a nuestros principios y propuestas programáticas.
Las “cacerías de brujas” en momentos de crisis internas y procesos de reflexión son muy dañinas; y son tan condenables y censurables como los propios hechos que denuncian, especialmente cuando las hacen personas que claramente tienen techo de vidrio.
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