Hay algo muy adictivo que es la lectura y eso supone el trabajo literario de José León Sánchez. Un recorrido desde sus primeros cuentos hasta sus grandes novelas como La niña que vino de la luna, Cuando nos alcanza el ayer, Campanas para llamar al viento, Tenochtitlan: la última batalla de los aztecas y su documento humano La Isla de los Hombres solos revelan sobresaliente éxito. A sus 93 años el escritor costarricense posee una memoria exquisita. Recuerda todo o casi todo, hasta las desdichas, de la misma manera que un carrusel de imágenes en movimiento.

Mientras daba un largo respiro de treinta años como reo en reclusorios costarricenses se pulía, simultáneamente, uno de los mejores escritores de la lengua española. Posteriormente se probó su inocencia. José León Sánchez nunca se rindió y logró resistir un entorno plagado de atropellos contra la dignidad humana. Con gran erudición y colosal imaginación se consolidó en el mundo de las letras. Se dice que las personas son del tamaño de sus sueños y los sueños, sueños son.

Sobra decir que su trabajo social también ha sido muy valioso. Durante su trayecto por El Presidio costarricense, impulsado por el vínculo con otros inculpados, funda la primera biblioteca, forma el primer periódico, la primera escuela penitenciaria en donde muchos presos aprendieron a leer y escribir. Nunca dudó del valor que otorgan los libros y se aferró con fuerza a una vocación sin ayuda de nadie.

No habrá sido fácil vivir en el país que lo colocó en medio de un juego infortunio de poderes. Con todo y pese a los trazos del tiempo en el cuerpo, el Sr. Sánchez sigue escribiendo y cosechado éxitos. En 1963 se le fue otorgado Juegos Florales por el cuento «El poeta, El niño y El río» evento que se celebró en el Teatro Nacional de Costa Rica, sin embargo, la silla del homenajeado permaneció vacía. El escritor José León continuaba tras las rejas en la remota isla de San Lucas. Cincuenta y cuatro años después fue galardonado con el Premio Nacional de Cultura Magón, prestigioso reconocimiento que otorga el Gobierno de Costa Rica a una vida dedicada a la cultura. Hace cuatro años se le condecoró con la Presea Nelson Mandela por su extraordinaria lucha por la defensa de los derechos humanos. -La libertad no es lo que los seres humanos creen que es- cita José León. Asimismo ha sido reconocido como Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional Autónoma de México.

A lo mejor la conversación con su propio pasado ha sido como una carta de perdón. No perdonar sería ir en contra del proceso innato de cicatrización. Hoy, con las heridas cubiertas, su trabajo es sin duda un patrimonio eminente para el mundo. Recomiendo todos sus libros, cuentos y ensayos así como el documental “La Isla de León” del cineasta Rogelio Ortega que resume su incomparable historia:

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