La diputada independiente, Ivonne Acuña Cabrera, informó a la presidenta de la Asamblea Legislativa, Silvia Hernández Sánchez, que no piensa renunciar a su curul por las seis semanas y media que le quedan en el cargo, a pesar de encontrarse en Estados Unidos desde el pasado 11 de diciembre, según informó en horas de la tarde el periódico La Nación.

El mensaje de Acuña a la presidenta del Congreso se da luego de que Hernández enviará un oficio preguntándole a la diputada: “¿usted está informando la renuncia a la credencial como diputada, por el resto del período constitucional?”

Hernández realizó la consulta a Acuña, luego de que esta le informara el día de ayer (según dio a conocer Noticias Columbia) que ya no iba a utilizar las placas de carro que la identifican como legisladora, la tarjeta de combustible, el teléfono, la computadora portátil que tenía asignada y cualquier remuneración a partir del 1 de marzo, y además, que reduciría el personal de su despacho por las 6.5 semanas que le quedan como diputada.

Adicionalmente, Acuña aseguró que devolverá a la Asamblea Legislativa los ₡3,2 millones que sacó de la tarjeta de combustible en noviembre pasado y que según informó Amelia Rueda el lunes de esta semana, se utilizaron para abrirse una línea de crédito en la gasolinera Fill N Go, ubicada en Escazú. Por ese accionar de Acuña la Fiscalía General de la República ya abrió una investigación contra la congresista.

Esta semana, tras el escándalo generado por las ausencias pagas a la diputada Acuña Cabrera desde diciembre del año pasado, el Directorio de la Asamblea Legislativa acordó una reforma al reglamento de ausencias interno para comenzar a exigir comprobantes para dar por justificadas las ausencias.

La diputada Acuña presentó, desde diciembre del año pasado, justificaciones de ausencias alegando motivos de salud, pero sin entregar algún comprobante médico ni tramitar su incapacidad en la Caja Costarricense del Seguro Social, lo cuál hubiera reducido su ingreso mensual y limitado su posibilidad de recibir el beneficio de incapacidad fuera del país. Esas justificaciones de ausencias al Plenario Legislativo fueron aceptadas por la presidenta del Congreso hasta el pasado 1 de febrero, mientras que en las comisiones de las que forma parte Acuña, aceptar la justificación fue responsabilidad de cada Presidencia de la Comisión.

Aunque cada congresista no tiene un salario como tal, recibe hasta ₡4.000.714,75 mensuales por gastos de representación y dietas (que se pagan por asistir a las sesiones del Plenario Legislativo y de las Comisiones en las que participan). A ese monto total se le aplican las reducciones por impuestos y cargas sociales correspondientes, por lo que el ingreso neto ronda los ₡3 millones mensuales, cifra que no contempla lo que se conoce como “asistencia técnica” a sus labores que incluye 500 litros de combustible y el pago de un recibo telefónico mensualmente.

Mensualmente cada congresista recibe por gastos de representación ₡1,044,116.20 —que son fijos y no depende de su asistencia— y los restantes ₡2,956,598.55 se dividen entre todas las sesiones en las que debieron participar en un mes y se resta el porcentaje de aquellas en las que se ausentaron sin presentar una justificación. Por ejemplo, si en un mes determinado un congresista debía asistir a 16 sesiones de Plenario y 14 sesiones de comisiones, por cada ausencia no justificada se le deberían rebajar ₡98,553.28.