El Movimiento Rescate Nacional planeó un golpe de Estado contra la Presidencia de la República en el año 2020 y la agrupación pidió al diputado y entonces presidente de la Asamblea Legislativa, Eduardo Cruickshank Smith, "prepararse para asumir" el mando del Poder Ejecutivo.

Así lo confirmó el propio Cruickshank en su más reciente libro, “Historia de una Presidencia”, escrito por el legislador y que se publicó esta semana en el país.

Mi respuesta fue siempre un rotundo no. Dije que en esas circunstancias no querría ser el sucesor en el mando, porque nací, me eduqué y me formé en democracia y creo en la institucionalidad de este país", señaló el diputado.

La antidemocrática propuesta se presentó "en la situación más crítica" de las protestas de 2020 mientras "aumentaban las agresiones frente a la Casa Presidencial por las protestas contra las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional", según aseguró Cruickshank en un comunicado que mandó a la prensa el día de hoy.

La consigna de un sector de los manifestantes era romper el orden constitucional y quitar al Presidente Carlos Alvarado y, por completo, a su equipo de gobierno, para que la conducción del país recayera, de acuerdo con la Constitución Política, en el Presidente de la Asamblea Legislativa", agregó el diputado en un comunicado.

En octubre de 2020, los presidentes de los Supremos Poderes de la República tuvieron que salir a firmar un manifiesto en defensa de la democracia, la institucionalidad y la Constitución Política costarricenses, luego que algunos sectores como la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep), legitimaran a Rescate Nacional, a pesar de los delitos contra la tranquilidad pública y sus discursos de tono sedicioso, cometidos por los cabecillas de la agrupación.

En el libro, Cruickshank relató que en las llamadas que recibió le planteaban que empezara a buscar nombres para un gabinete ante el derrocamiento del gobierno de Alvarado. Él es formalmente el tercero en la línea de sucesión presidencial, pues antes están los vicepresidentes Epsy Campbell Barr y Marvin Rodríguez Cordero.

En declaraciones a La Nación el expresidente legislativo afirmó que no denunció la intentona golpista ante la Fiscalía porque la idea era "inaceptable" y que no podría decir el nivel de seriedad que tenía.