El Gobierno de la República condenó "de manera enérgica" los actos de violencia que se suscitaron en el hospital San Vicente de Paul, en Heredia, cuando un grupo de antivacunas entraron al centro de salud de forma agresiva. Para la administración Alvarado Quesada, "es intolerable que se haya puesto en riesgo al personal y a los pacientes que estaban en ese recinto".

Adicionalmente, en un comunicado a la prensa, el Ejecutivo anunció que respaldan la denuncia que ante el Ministerio Público efectuará la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), para que se efectúen las investigaciones correspondientes y sienten responsabilidades. La Fuerza Pública detuvo este miércoles a seis personas luego de los disturbios, quienes fueron remitidas a la Fiscalía de Flagrancia de Heredia.

A la vez, el Gobierno mostró su molestia por las expresiones en contra del personal médico utilizadas por parte de los antivacunas.

El Ejecutivo deja claro que se actuará con firmeza ante cualquier acto similar al suscitado esta tarde, ya que se tendrá cero tolerancia ante invasiones que se puedan dar a instalaciones médicas u otras y que atenten contra la integridad y salud del personal y sus usuarios".

La directora del hospital herediano, Priscila Balmaceda Chaves, confirmó que el motivo de la turba fue el caso de un niño de seis años con una patología respiratoria que está internado en el centro y al que, por sus factores de riesgo y en el contexto epidemiológico actual, el médico tratante ordenó que se le colocase la vacuna contra la COVID-19.

Sumado a esto, el personal detectó una situación que requirió de la intervención del servicio de trabajo social, lo que asociado a la negativa de los padres a vacunar al niño derivó a solicitar el criterio por parte del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) sobre el caso.

Al respecto, las autoridades instaron a los padres de familia para que lleven a vacunarse a los niños y niñas entre los 5 y 11 años, grupo que se ha priorizado para ampliar la cobertura de la vacunación contra el COVID-19.