Por Viviana Montenegro – Estudiante de la carrera de Ingeniería Industrial

Para todos es evidente que las empresas se han dado cuenta de que muchas necesitan updates en sus estrategias con la llegada del COVID-19 y, por ende, sus procesos productivos como tal, ya que se han presentado innumerables deficiencias a la hora de realizar procesos que requieren la colaboración como base fundamental para la finalización de estos. ¿Qué ejemplos se pueden dar de esto? Si tienes un trabajo y debido al COVID-19 tu empresa se ha visto en la necesidad de cambiar los procedimientos para los procesos, lo más probable es que hayan tomado medidas de teletrabajo y reducción de capacidad; sin embargo, para poder conseguir la productividad deseada, se necesita ayuda de la tecnología, y no todas las empresas cuentan con correos institucionales, departamento de TIC y plataformas para medir procesos, sino que se limitan a las tecnologías básicas de comunicación, como email personal, mensajes de texto y redes sociales.

Por lo anterior, es de gran importancia que las empresas comiencen a ver a la tecnología como un aliado y que se invierta en ella como una manera de volver los procesos más eficientes. Así se logra ayudar a los colaboradores para que trabajen bajo las especificaciones, al estar todo regido por transparencia de datos, y para tomar con estos datos las decisiones correctas y conocer el estado de los procesos “en vivo” para crear informes más rápidamente, por no decir que hasta automáticamente.

Así pues, entramos en un punto más importante que muchas veces es “el talón de Aquiles” de las empresas y es el de las capacidades, que muchos de los colaboradores con más experiencia han adquirido a lo largo de su carrera profesional y que los vuelve irremplazables en su proceso. Con lo anterior, se vuelve más fuerte la necesidad de apoyarse en la tecnología para que se pueda hacer un backup del conocimiento y que se pueda pasar este conocimiento (capacitación) a la siguiente generación de colaboradores de forma más eficaz, veraz y eficiente.

Como respuesta a la pandemia, otro de los problemas que se tiene que enfrentar es la regionalización, ya que esta continúa dispersando la fuerza laboral y alterando la huella de la fábrica. Por lo tanto, los fabricantes necesitarán formas nuevas y mejoradas de compartir los aprendizajes a través de las fronteras geográficas (Enno de Boer, 2020).

Estos panoramas se ven debido a que una forma de reducir costos es poner plantas de manufactura en países que se conocen en muchas bibliografías como periféricos, en los cuales la mano de obra es más barata e importan esta manufactura a los países centrales dándose así el libre comercio entre estos.

Se dijo que con la famosa Cuarta Revolución Industrial, la automatización y las tecnologías avanzadas desplazarían rápidamente a los puestos de trabajadores de fábricas en todo el mundo, sin embargo, hasta ahora esta predicción no ha funcionado. Por lo contrario, una investigación de McKinsey & Company con el Foro Económico Mundial (FEM) revela que las fábricas líderes han invertido significativamente en las personas y, por ende, la importancia de las personas solo se ha intensificado a medida que la pandemia del COVID-19 se ha extendido por todo el mundo (Enno de Boer, 2020). Por lo anterior, es verdad que se ha incrementado la necesidad del uso de tecnologías, sin embargo, también la necesidad de capacitar a los trabajadores, es decir, un balance armonioso entre ambos recursos porque hay tres tendencias que están definiendo el nuevo panorama de la fabricación: el conocimiento y capacidades de la famosa generación baby boomers en contraste con la de los millenials, la necesidad por cruzar las fronteras, y la nueva normalidad post-COVID-19.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencia bibliográfica:
• Enno de Boer, A. L. (2020, 5 de mayo). Digital collaboration for a connected manufacturing workforce. McKinsey & Company.