Luego de que la Rectoría de la Universidad Nacional (UNA) comunicó sobre el acatamiento del Decreto Ejecutivo N° 43249-S, que regula la vacunación en el sector público, el rector de la institución, Francisco González Alvarado, indicó que esperan que los funcionarios en su totalidad acaten la instrucción. 

En el caso de las personas que no lo acaten tenemos que iniciar un proceso formal apegado a la normativa. Yo esperaría no tener que llegar a un proceso de despido".

La resolución UNA-R-RESO-165-2021 explica que quien incumpla la orden se expone a lo dispuesto en los siguientes artículos:

"Son causas justas que facultan al patrono para dar por terminado el contrato de trabajo: Cuando el trabajador se niegue de manera manifiesta y reiterada a adoptar las medidas preventivas o a seguir los procedimientos indicados para evitar accidentes o enfermedades; o cuando el trabajador se niegue en igual forma a acatar, en perjuicio del patrono, las normas que éste o su representante en la dirección de los trabajos le indique con claridad para obtener la mayor eficacia y rendimiento en las labores que se están ejecutando".

Para el cumplimiento de este decreto en el ámbito institucional, la UNA dispone de un cronograma. En la agenda se espera abarcar, del 14 de octubre al 4 de noviembre, una serie de actividades y mecanismos de acompañamiento, concientización y sensibilización a la comunidad universitaria sobre la importancia de la vacunación y la obligatoriedad de hacerlo.

González Alvarado señaló que al momento no han recibido reacciones en contra en la resolución emitida.

La resolución no es una resolución normativa, es una resolución que platea una discusión filosófica sobre la importancia de la vacuna. No es solo decir que hay que acatar el decreto, es crear la sensibilización y acuerdo ético que nos obliga a actuar en beneficio de la colectividad". 

Sobre la necesidad de contar con la vacuna para volver progresivamente a la normalidad tanto académica como social, el rector enfatizó:

Desde la universidad nacional consideramos que la vacuna es un acto ético en la medida que genera un beneficio social y comunitario. Esa es la principal razón por la que nosotros creemos que la vacuna es necesaria y responde a un bien social".

En la UNA reconocen la posibilidad de establecer excepciones por razones médicas, que deberán ser autorizadas por el personal de salud correspondiente. De tal forma que si existe algún motivo médico y técnico por el que no procede aplicar las vacunas se podrá alegar ante las autoridades correspondientes.