Por Susan Madrigal Bermúdez – Estudiante del Diversity Club de ULACIT
Los conflictos, discusiones y cambios son una parte natural inherente de cada persona, así como de cada agencia, organización y movimientos estudiantiles; como lo es en el caso del Leadership Movement y los clubes involucrados. Tarde o temprano una disparidad o contraposición puede hacerse visible entre dos o más miembros de un mismo equipo o bandos distintos; por lo que las buenas herramientas de gestión y resolución de conflictos llegan a ser esenciales. Diferentes personas usan distintos métodos para la resolución de problemas emergentes y la mayoría tienen una o más estrategias que utilizan regularmente. Sin embargo, cada individuo llega a ser distinto, al igual que sus capacidades receptivas y de escucha, por lo que es fundamental conocer distintas técnicas efectivas que sean aplicables a un grupo en general y se logre un resultado tanto exitoso como eficiente.
El conflicto en las organizaciones y movimientos estudiantiles puede promover o interrumpir el impulso y los objetivos principales de cada uno de los clubes universitarios que lo conforman. Cuando los equipos están trabajando en un entorno agitado y tenso, se generan desacuerdos y discusiones innecesarias. Tal como menciona Siragusa (2020), manejar los conflictos puede convertirse en un desafío, especialmente para los líderes que no están familiarizados con las complejidades de las operaciones por realizarse y a su vez con las preocupaciones de los miembros del equipo involucrados (Campbell, 2014). Un verdadero líder debe evaluar las situaciones de conflicto correctamente y manejarlas con cuidado para que la tensión saludable del equipo no se convierta en un caos o situación perturbadora. A partir de varios estudios científicos enfocados en la resolución de problemas se han detectado las técnicas de mayor utilidad por comprender y aplicar para tornar las situaciones conflictivas en oportunidades de mejora y de crecimiento personal como profesional (Harvard Law School, 2020).
Según un estudio realizado por la Escuela de Leyes de Harvard en su Programa de Negociación, se indica que los conflictos se pueden resolver efectivamente de diversas formas que incluyen la negociación colaborativa, mediación, arbitraje y el litigio (Harvard Law School, 2020). Primeramente, lo recomendable es comprender el conflicto y explorar los intereses subyacentes a las posiciones de las partes; se recomienda nunca dejar de lado una comunicación asertiva que se enfoque en la resolución de una disputa sin apuntar a la ayuda de partes externas (Kansas University, 2021). En caso de que no haya un avance en la situación de conflicto, lo ideal sería involucrar a un tercero que sirva como mediador y anime a los litigantes a explorar sus intereses. Además, en caso de ser requerido, puede incluirse en última instancia una persona arbitraria para la toma de decisión (Portland Community College, 2020).
Tal como pudo ser observado a lo largo de este escrito, en la resolución y gestión de conflictos es esencial conocer la posición y el pensar de ambas partes para, a partir de ahí, tomar una decisión beneficiosa. Si bien es cierto no siempre es posible encontrar un balance en cada una de las situaciones, se deben utilizar todos los recursos, estrategias y fases metodológicas para resolver el conflicto de la manera más fluida posible. El objetivo de cualquier equipo es que los miembros trabajen juntos en un esfuerzo por alcanzar metas más amplias y específicas. Debido a que cada miembro es un individuo único, es importante que la experiencia del grupo sea la más placentera para todos los que lo conforman. Un equipo es tan fuerte como sus miembros individuales. Y el conflicto es lo que construye el carácter del equipo y sus individuos.