Estamos acostumbrados a escuchar que la educación es un derecho básico en la sociedad costarricense. Contamos con excelentes profesionales que día con día llevan sus conocimientos a los cientos de niños y jóvenes del país, sin embargo, la pandemia del COVID-19 nos llevó de forma abrupta a realizar cambios que quizás estaban previstos para muchos años adelante, como lo es la educación virtual.
El Octavo Informe del Estado de Educación recopila la problemática que enfrentamos actualmente en primaria y secundaria, destacando que más de 1.200.000 estudiantes fueron enviados a sus hogares para iniciar con la virtualidad.
Como ciudadanos deberíamos preocuparnos por los estudiantes que no están recibiendo su educación de manera apropiada por la falta de acceso a internet. Hace unos días leyendo noticias sobre el tema, vi que según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), nuestro país es el que más días lectivos pierde por cierres de centros educativos.
El análisis resalta que en educación superior se perdieron 175 días y en primaria 179, cifras sin duda alarmantes que podrán tener serios impactos en el futuro académico y económico de nuestro país. Por ello, no podemos quedarnos de brazos cruzados en este momento, tan sólo porqué ya se cuenta con una plataforma para videoconferencias para impartir las clases, se necesita ir más allá y cambiar la forma en la que la educación llega a cada niño, joven y adolescente.
Ante esto, el Instituto de Normas Técnicas de Costa Rica (Inteco), trabajó en el año del 2018 en la adopción de la norma ISO 21001, que si bien fue lanzada previo a la pandemia, es una herramienta muy interesante que le aporta a las organizaciones que brindan servicios educativos, una serie de requisitos para implementar un sistema de gestión que busca superar el desafío que implica satisfacer las necesidades y expectativas de los estudiantes y grupos de interés para evidenciar mayor credibilidad e impacto, más en este tiempo donde los estudiantes reciben educación virtual. Si bien, este tipo de documentos son afines del sector industrial y servicios por la gran conocida ISO 9001, este documento es una versión ajustada a la parte educativa, llevando así una fórmula altamente validada para llevar calidad a los clientes, pero en este caso a los estudiantes y partes interesadas.
La norma técnica internacional INTE/ISO 21001:2018 orienta la gestión para la calidad de los productos y servicios que brindan los centros educativos y otras organizaciones. Al ser todos los requisitos genéricos y aplicables a cualquier organización educativa, no hay inconveniente a la hora de ser aplicada con el fin de esperar la calidad que los estudiantes necesitan. Apartados como planificación, satisfacción del estudiante y sus necesidades especiales, gestión de la competencia técnica del personal docente, infraestructura, entre otros, permite abordar varios flancos para ser más sobresalientes.
Con esto, el país podría mejorar su huella de enseñanza, adicionando procesos, herramientas tecnológicas y de investigación que son fundamentales en la calidad de la educación en cualquier de sus modalidades. Este sistema de gestión representa una oportunidad para el país de marcar un hito, ya que estaremos implementando un estándar de carácter mundial y de esta manera proveer un mejor futuro social y económico para nuestro país.
Es por ello, que instamos a todo centro educativo público y privado, de educación preescolar, primaria, secundaria y preparatoria, colegios, universidades, educación de adultos, escuelas de educación especial, educación y capacitación vocacional, centros de tutoría o capacitación, consultores y proveedores de servicios de educación no formal, a marcar la diferencia y construir juntos una cultura para la mejora organizativa y una estimulación de la excelencia y la innovación, ya que no podemos esperar a que las cosas sucedan por sí solas, somos nosotros mismos los responsables de preocuparnos y hacer el cambio.
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