Son las 7 de la mañana. Marisela Mendoza y su hermana empiezan su jornada en el emprendimiento familiar que fundaron sus papás hace 26 años y que se dedica a ofrecer viajes en bote a turistas a través del río Tempisque, rodeando el parque nacional Palo Verde.
Es hora de reunir a su personal, 4 colaboradores, para planificar el día: cuántos viajes harán, la cantidad de personas que atenderán y el tipo de servicio que contrataron (con o sin alimentación). El primer viaje zarpa a las 9 de la mañana y regresará dos horas y media después.
Por ahora, solo hacen un viaje al día, pero eso es mejor a lo que ocurría tan solo meses atrás, cuando la pandemia los obligó a poner el candado al negocio, literalmente, y suspender los contratos laborales de todos sus trabajadores.
La llegada de la COVID-19 golpeó fuerte al turismo mundial y el de Costa Rica no fue la excepción: una caída del 70% en las llegadas de turistas del exterior durante el 2020, según las cifras oficiales del Gobierno.
Sin turismo, no había ingresos y no había forma de pagar salarios. Marisela y su negocio, Palo Verde Boat Tours, lo vivieron en carne propia. Hoy solo tienen dos botes en agua, pero antes de la pandemia eran 5 y la empresa podía dar empleo hasta 15 personas.
En medio de esa incertidumbre surgió la campaña Reactivemos la Esperanza. Impulsada por la organización Desarrollo Humano Estratégico (DHE) y la Fundación Acción Joven, contó el con el apoyo de la plataforma de recaudación Yo me uno de BAC Credomatic.
El objetivo era donar platos de comida a todos los trabajadores del sector turístico de Santa Cruz, Carrillo y Liberia. El proyecto fue desarrollado en alianza con la Cámara de Turismo de Guanacaste y la Asociación CEPIA.
La alianza permite que los trabajadores de empresas afiliadas a estas organizaciones, que perdieron su trabajo, se registraran para ser beneficiarios. Además, las sodas o restaurantes se pueden registrar para apoyar esta iniciativa, y de esa forma, hay un efecto de reactivación de la economía local, ya que al donar los platos de comida se beneficia la familia afectada, pero también al dueño del negocio, así como a sus proveedores.
Marisela afirma que gracias a la campaña pudieron reabrir su restaurante y dar trabajo a sus colaboradores que, incluso, también fueron beneficiadas con el programa.
Las chicas de la cocina estaban su casa, no se les podía llamar. Con este proyecto, las pudimos convocar y así se ganaban el día de trabajo y salían beneficiadas con alimentos, lo mismo que los muchachos del salón (camareros), que también se pusieron a colaborar de diferentes formas, incluso preparando platos para ir a entregarlos”, contó.
El director de Fundación Acción Joven, José Aguilar, afirma que el proyecto creció más de lo esperado pero que todavía muchas familias y empresas necesitan apoyo. De setiembre del 2020 a la fecha, lograron entregar más de 122.500 platos de comida a personas de nueve zonas turísticas.
La gente de la costa está destruida; hay hambruna. Por eso la campaña sigue activa, aunque sabemos que ahora cuesta más levantar fondos. Pero con el apoyo de la gente, apenas disponemos de liquidez, podemos abrir oportunidades en otros pueblos y seguir reactivando la provincia”.
La vicepresidenta de Relaciones Corporativas de BAC Credomatic, Laura Moreno, comentó que Reactivemos la Esperanza ha sido de las campañas más exitosas dentro de la plataforma Yo me uno y los datos demuestran que efectivamente ha tenido un impacto social directo.
Agrega que es importante que la gente siga apoyando, porque muchos otros negocios turísticos de Guanacaste, al igual que del resto del país, siguen en situación crítica.
Seguiremos apoyamos todas las iniciativas solidarias que nos permitan ayudar a las personas que ahorita no la están pasando bien”, afirmó Moreno.
El dueño de la empresa transporte de turistas Transfer 506, Guido Alfaro, tiene claro que la pandemia significó un golpe duró para el turismo de la zona, pero que la iniciativa de Reactivemos la Esperanza les permitió volver a caminar.
Yo siempre lo he dicho: con la pandemia pasamos de 100 kilómetros por hora a cero. Fueron 8 meses de tener todo parado. Fue muy duro. Aunque nosotros teníamos nuestros ahorritos, no hay ahorro que soporte tanto tiempo”, relató.
Su empresa familiar empezó a funcionar en el 2016, y surgió gracias a los conocimientos que Guido tenía en turismo y hotelería. Hoy su esposa y dos hijos participan en la compañía y dan empleo a 4 colaboradores más, lo que les permite dar servicio de transporte en todo el país, en ocasiones, en alianza con otros empresarios.
Hoy tiene 3 autobuses en operación, pero también diversificó su empresa con cuadraciclos de alquiler.
En ocasiones llegamos a atender familias que literalmente tenían dos días de no comer. Reactivemos la Esperanza fue como un puente que nos permitió llegar al otro lado”, comentó Guido.
En su caso, el negocio ha mejorado bastante en los últimos tres meses, pero es consciente de que en otras zonas la situación aún es complicada.
Marisela, de Palo Verde Boat Tours, confirma que su negocio está en modo “subsistencia” y reveló que ella y su hermana están trabajando ad honorem para poder pagar el salario de sus colaboradores, aunque, por ahora, pagan jornada reducida.
“Ya abrimos nuevamente y vienen turistas, pero el turista cambió su comportamiento: ahora se quedan más tiempo en el hotel o prefieren otro tipo de tours”, señaló.
José Aguilar indicó que es importante seguir colaborando y que cada donación que ingrese se convierte en un rayo de esperanza para la gente que aún no logra recuperarse.
Queremos motivar a toda la población costarricense a aportar este granito de arena a nuestros hermanos de Guanacaste. Son muchas familias que se verán beneficiadas porque no solo son los que nos atienden en un hotel o nos trasladan de un lugar a otro, sino también los restauranteros y sus proveedores”.
Usted puede dar su donación ingresando https://yomeuno.com/costa-rica/organizaciones/fundacion-accion-joven y obtener más información en https://reactivar.cr/