Por Ricardo Murillo Socatelli – Estudiante de la carrera de Ingeniería Industrial
El mercado actualmente está en busca de trabajadores que se salgan del molde, que vayan la milla extra y que, ante la situación pandémica actual, demuestren ser resilientes. Ya no se da tanto foco a los títulos que tenga la persona o el centro de enseñanza donde se formó académicamente, sino que ya se les da mayor peso a las competencias técnicas, comportamentales y atípicas.
En los ámbitos ingenieriles, y en especial de Cadena de Suministro, es fundamental el trabajo en equipo. Comúnmente todas las partes de la cadena son manejadas por diferentes equipos o personas por lo que es necesario tener mucha sinergia, cohesión y que se trabaje en busca de los mismos objetivos. Como ingenieros, mucha de la formación académica se basa en las matemáticas, con el objetivo de reforzar el pensamiento lógico y la capacidad de solucionar problemas con ideas innovadoras, que se salgan de la caja y que demuestren ir una milla extra. La palabra ingeniero también viene de que se debe tener ese ingenio por encontrar la manera de resolver problemas.
En todos los trabajos y todos los procesos hay oportunidades de mejora, y uno de los principales objetivos de la contratación de un nuevo colaborador es que ayude a resolver estos con su ingenio y capacidad. En estos tiempos de pandemia prácticamente todos los trabajos se vieron afectados de una u otra manera, para bien o para mal, pero en todos por lo menos un proceso tuvo que haber cambiado. El cambio es lo más constante en el ambiente laboral, por lo que resulta imperativo que los colaboradores de hoy en día demuestren tener esa capacidad de adaptabilidad. Quien no se adapte a los cambios del mercado va a estar condenado al fracaso.
El informe de “Los empleos del futuro 2020” del Foro Económico Mundial destaca que para el 2025 se va a dar mucho énfasis en el pensamiento y análisis crítico, la resolución de problemas y sobre todo a habilidades de autogestión como aprendizaje activo, resiliencia, tolerancia al estrés y flexibilidad (Business UseZabalegui, 2020). Debido a la pandemia y la virtualización, muchos colaboradores han empezado a trabajar y entrenarse de manera virtual y sin ningún contacto físico, por lo que el aprendizaje propio toma cada vez más fuerza como una destreza que marque la diferencia.
Viendo aún más allá, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) menciona cuáles van a ser esas habilidades principalmente buscadas para el 2030 por los empleadores. Entre los resultados más llamativos rescata las habilidades sociales y emocionales tales como la empatía y el respeto por los demás como las más esenciales en ambientes laborales cada vez más diversos.
No cabe duda de que se necesitan centros de enseñanza con formación integral, que no solo se enfoquen en lo académico, sino que formen seres humanos completos, con habilidades blandas desarrolladas y llenos de esa resiliencia que se necesita en este mercado laboral y mundo tan cambiante y demandante.
