Por Daniela Barrera Hincapié – Estudiante de la carrera de Odontología

La Organización Mundial de la salud define el término como una enfermedad localizada de origen multifactorial que se inicia después de la erupción dentaria, determinando el reblandecimiento del tejido duro del diente y que evoluciona hasta la formación de una cavidad (Organización Mundial de la Salud, 2020). La Asociación Americana de Odontología Pediátrica menciona la caries de la infancia temprana (CIT) de la siguiente manera: (…) modalidad de caries específica de la dentición temporal, que afecta a infantes y niños en edad preescolar y que se desarrolla inmediatamente después de erupcionados los primeros dientes. ésta se caracteriza por presentar lesiones iniciales en superficie lisa en incisivos superiores primarios, progresa afectando superficies oclusales de primeros molares primarios y puede propagarse comprometiendo a todos los dientes temporales. (Anil y Anand, 2017).

La enfermedad afecta a niños desde el nacimiento hasta los 71 meses de edad (6 años). Cabe entonces preguntarse si es importante cuidar la dentición temporal ¿Por qué si de todas formas se llegan a caer? La caries es una enfermedad multifactorial, sin embargo, se conocen los factores que la originan. Cabe destacar que la enfermedad CTI se describe como una bacteria dentobacteriana, sus resultados se deben a la actividad mediante el tiempo entre un huésped susceptible (dientes), dietas con altas cantidades de carbohidratos y bacterias cariogénicas de la placa bacteriana; en este proceso influye la extensión y severidad debido a factores socioeconómicos, ambientales, genéticos y culturales (Tanzer, Livingston y Thompson, 2001).

En relación con lo anterior, existen dos tipos principales de transmisión: el vertical y horizontal. El primer tipo es la transmisibilidad de agentes patógenos de la madre a su hijo que se puede presentar de forma congénita (antes del nacimiento), durante el parto (perinatal) o después del parto (neonatal), además puede ser por la leche materna. La transmisión horizontal se diferencia de la primera, pues no es por la relación madre-hijo, “la transmisión microbiana es entre los miembros de un grupo, ya sea compañeros de guardería o familiares, incluso por personas que cuidan por mayor período de tiempo a niños” (Tanzer, Livingston y Thompson, 2001). Un ejemplo claro es soplarle la comida al niño o darle besos en su boca.

Los microorganismos en la boca del niño nunca van a erradicarse en su totalidad, por eso es de suma importancia establecer hábitos de higiene y educación para la prevención de caries en la temprana infancia; con ello se obtendrá excelentes cuidados en su dentición permanente. Tanzer, Livingston y Thompson (2001) y otros autores afirman lo siguiente: "La prevención de la CTI debe comenzar en los períodos pre y perinatal, con asesoramiento nutricional y dietético a las madres, especialmente en el tercer trimestre y en el primer año del niño cuando el esmalte de dientes primarios está en período de maduración. Una buena salud oral de los padres, junto con una higiene oral adecuada, ayudarán a mantener bajos niveles microbiológicos de S.mutans y, por lo tanto, habrá un menor riesgo para el desarrollo de CTI ."

Es totalmente errónea la frase “no hay que cuidarlos porque se caen”. Los dientes temporales tienen una serie de funciones: masticación, trituración, deglución de los alimentos, y le permiten al niño hacer sonidos correctamente con las letras S, C, F, T. Otro factor importante para prevenir caries es que los dientes temporales mantienen el espacio de todos los dientes permanentes, por tanto, cuando hay ausencia de los deciduos, existe una alta probabilidad que ocurra la migración de los dientes vecinos y más adelante se pueden presentar problemas de espacio. Las raíces de los dientes de leche se reabsorben y el cuerpo reutiliza estos mismos minerales para terminar de remineralizar los dientes permanentes. Si los dientes de leche están ausentes se dificulta este proceso fisiológico (Vitis, 2017).

Finalmente, la prevención de caries en la infancia temprana es importante para promover una buena salud bucodental. Las prácticas de prevención son varias, pero el protagonismo de los padres de familia es importante. Entre esos buenos hábitos está en evitar el consumo de alimentos azucarados, un adecuado cepillado dental dos veces al día, visita periódica al odontopediatra, aplicación de flúor, si el niño bebe chupón, se debe evitar que duerma con él. La Organización Mundial de la Salud menciona que las enfermedades bucodentales afectan en la calidad de vida de todos los seres humanos (Organización Mundial de la Salud, 2020).

 

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Referencias bibliográficas:
• Anil, S., & Anand, P. S. (2017). Early Childhood Caries: Prevalence, Risk Factors, and Prevention. Frontiers in Pediatrics, 5. https://doi.org/10.3389/fped.2017.00157
• Organización Mundial de la Salud. (2020). Salud bucodental. Recuperado de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/oral-health
• Tanzer, J. M., Livingston, J., & Thompson, A. M. (2001). The microbiology of primary dental caries in humans. Journal of Dental Education, 65(10), 1028–1037. Recuperado de http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/11699974
• Vitis. (2017). La importancia de cuidar los dientes de leche. Recuperado de https://www.vitis.es/blog/la-importancia-de-cuidar-los-dientes-de-leche/