Por Daniel Méndez Navarrete – Estudiante de la Especialización de Cine y Animación

Al comenzar el planeamiento de este artículo mi enfoque era completamente distinto, venía preparado a defender la muerte de los animatrónicos y, ahora, defiendo de la muerte a los animatrónicos. Antes de investigar sobre el tema en cuestión, pensaba que el mundo animatrónico estaba derrotado; mi postura se fundamentaba en la premisa de que la era de las proyecciones y los hologramas estaban a segundos de tomar la industria de una vez por todas, sin embargo, no podía estar más equivocado. Tuve la oportunidad de estar en Disney World en Orlando a principios de año, y fue asombroso ver la forma en que los animatrónicos funcionan al día de hoy. En estos parques temáticos, es evidente la evolución entre las atracciones antiguas y las más modernas, pero lo cierto es que la compañía tiene buenas razones para continuar apostándole a los animatrónicos.

Los animatrónicos tienen un punto a favor fuertísimo a nivel de espectadores, y otro a nivel de operadores. Para el operador es uno de los elementos más viables para crear una experiencia integral de entretenimiento; no solo tienen un costo muy económico en comparación de las demás aristas del entretenimiento en vivo, sino que su naturaleza, a su vez, permite una fácil manufactura y operación. Existen patrones de comportamiento complejos que se pueden desarrollar a partir de movimientos simples y así crear una ilusión de que se presencia un show avanzado siempre manteniendo un bajo costo (Urzelai et al, 1998).

Para el espectador, hay una magia inexplicable en observar a sus personajes favoritos traídos al mundo real, desde caricaturas hasta el presidente de los Estados Unidos en el salón de presidentes en Magic Kingdom. En el momento en que Bill Clinton era el mandatario en este país, su animatrónico brindó 36 charlas de 4 minutos al día, por 7 años. Walt Disney Imagineering, sector encargado de la ingeniería detrás de cada atracción, tenía claro que el salón de presidentes debía ser algo fuera de lo ordinario y extremadamente detallado y realista, ¡tanto que incluso programó su animatrónico para comenzar el discurso levantándose de su silla y dirigiéndose al podio! Además de Bill Clinton, están todos sus predecesores y ahora sus posteriores; como el mismo Weiner dice, ¿en qué otro lugar del mundo se puede ver a todos los presidentes estadounidenses de la historia en un mismo lugar? (Wiener, 1993).

Sin duda alguna, la tecnología animatrónica ocupa un nicho gigante dentro de la industria del entretenimiento. A pesar de que la franquicia Walt Disney es un peso pesado cuando del tema se refiere (incluso se utilizan en las filas de las atracciones para mantener al público entretenido), los animatrónicos no se reducen solo a ellos. Podemos apreciar animatrónicos cada año en espacios habituales, como Halloween o Navidad; incluso la industria robótica hace uso de ellos para darle una mejor percepción visual a sus creaciones. Sus capacidades más tangibles se generan al integrarse junto con la inteligencia artificial, dado que tienen un potencial de beneficio increíble a nivel de educación, salud e industria militar (Baradwaj, 2020).

A manera de conclusión, se puede afirmar que los animatrónicos modernos apenas constituyen la punta del iceberg de lo que esta industria puede generar. Es cuestión de tiempo para que otros gremios productivos descubran su potencial e involucren esta tecnología en sus cadenas productivas.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas: 
  • Baradwaj, R. (2020). Animatronics with Artificial Intelligence – Brings Unimaginable Results. Towards Data Science.
  • Urzelai, J., Floreano, D., Dorigo, M. Colombetti, M. (1998). Incremental Robot Shaping. Connection Science, 10, Nos 3 & 4, 341 - 360.
  • Weiner, J. (1993). Disney World Imagineers a President. The Nation. 619 – 624.