Por Sharon Fallas Moya - Estudiante de la carrera de Psicología

¿Se han preguntado alguna vez de dónde viene la inteligencia?, ¿se nace con ella o se construye con el tiempo?, y de ser así, ¿acaso tiene límites? La historia muestra que la controversia entre teorías genetistas y ambientalistas ha existido por años; si navegamos por la historia nos encontramos antecedentes desde Galtón (1905), con su teoría de la heredabilidad en la inteligencia, hasta James Flynn (1984), quien propone una correspondencia entre la inteligencia y el entorno. El camino trazado infiere que tanto la genética y sus procesos neurobiológicos relacionados a la inteligencia, como los factores del medio ambiente y la cultura en la que se desenvuelve un individuo influyen directamente en la gestación, formación y evolución de la inteligencia humana.

Se considera que la inteligencia es el resultado de la correlación entre el factor genético y la influencia del entorno. Muchotrigo (2020), en sus estudios, concluye que “la inteligencia humana es una capacidad única de nuestra especie, está ligada a procesos muy complejos, algunos innatos y otros adquiridos en el transcurso de nuestras vidas” (p. 41). Esto indica que hay factores que colaboran en conjunto para la conformación de la inteligencia, siendo estos factores innatos (herencia o genética), y paralelamente hay factores ambientales. A raíz de lo expuesto, cabe decir que la existencia de la interacción entre las variables mencionadas es imprescindible para que ocurra el desarrollo y crecimiento de la inteligencia en los seres humanos.

La interacción con el medio ambiente es uno de los factores que influyen de manera directa en el desarrollo y formación de la inteligencia, así lo propone Flynn en las reflexiones a partir de su hallazgo conocido como “Efecto Flynn”, el cual señala que los resultados de las pruebas que miden el CI aumentan cada década, adjudicándolo a la evolución del contexto histórico de la humanidad. Rossi Casé et. al (2017) exponen que las causas se pueden relacionar con la mejoría en las condiciones de vida de las poblaciones; una alimentación más adecuada y sana, que promueve un mejor funcionamiento biológico del cuerpo; una expansión de la escolarización y la educación; y la creciente tecnologización de la cultura y el alcance que tiene, lo cual permite un mayor acceso a la información, a la cultura y al conocimiento en general. Este estudio longitudinal pone en evidencia el impacto que tienen los factores del entono, que, a lo largo de la vida del individuo, aportan peso en el flujo de la inteligencia. A la luz de lo anterior, es menester reconocer el papel que tiene el ambiente que nos rodea y su interacción con los factores neurobiológicos en la gestación de la inteligencia, disipando las posturas polarizadas que sostienen que solo una variable es la que le compete a la inteligencia.

Contrariamente a lo plasmado con anterioridad, las evidencias de estudios de los últimos años muestran que existen genes relacionados a la inteligencia. Partiendo de esto, Gómez-López (2019) expone que “los estudios de asociaciones genéticas han identificado genes y loci genéticos que generan propiedades celulares asociadas con la inteligencia” (p.105). A pesar de estos descubrimientos en términos genéticos, no sería pertinente dejar de lado la influencia que el ambiente ejerce en el curso de la inteligencia, puesto que investigaciones de la misma naturaleza exponen que es difícil encontrar estimaciones de heredabilidad superiores al cincuenta por ciento, es decir, tanto genética como ambiente tienen un porcentaje significativo de participación.

De acuerdo con las posturas expuestas, se considera que para que exista inteligencia humana deben converger talentos externos, como las condiciones y escenarios del contexto y ambiente en el que se conduce el individuo; y aspectos referentes a las neurociencias, que reseñan la influencia del hipocampo y la corteza cerebral donde ocurre la expresión de los genes relacionados a la inteligencia. Así, tomar una postura extrema suprime directamente la otra, lo cual no deja abierta la oportunidad de navegar y seguir avanzando en el fascinante mundo de la inteligencia humana.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
  • Gómez-León, M. (2019). Psicobiología de las altas capacidades intelectuales. Una revisión actualizada. Psiquiatría Biológica, 26(3), 105–112. https://doi.org/10.1016/j.psiq.2019.09.001
  • Muchotrigo Man A. (2020) La Inteligencia humana, Universidad Ricardo Palma.
  • Rossi Casé L., Maris Doná, S., Garzaniti R., Biganzoli B. y Llanos Barja C. (2018) La inteligencia a través de las generaciones: Millennials y centennials, Acta de investigación psicológica, 8 (2), 90-100. DOI: https://doi.org/10.22201/fpsi.20074719e.2018.2.08