Por Estefannia Campos Gómez – Estudiante de Licenciatura en Ingeniería Industrial con énfasis en Gestión de la Cadena de Suministros

Paulo Coelho (1990) decía “cuántas cosas perdemos por miedo a perder”. En un mercado tan globalizado y de constantes cambios como el actual, es importante que quienes laboran en cadena de suministros conozcan y utilicen alternativas como los derivados financieros que les permita disminuir el riesgo relacionado con fluctuaciones del tipo de cambio, precio de las materias primas, escasez de inventario y variaciones en los flujos de efectivo. De acuerdo con Raisin Bank (2021), un derivado financiero es un contrato financiero que deriva su valor de un activo subyacente. El comprador acepta adquirir el activo en una fecha y precio específico. Por ejemplo, el precio del café, el petróleo y el oro se negocian a precios futuros.

Los encargados de la cadena de suministros tienen un aliado en los derivados financieros, ya que podrían disminuir la cantidad de pedidos que realizan anualmente, aumentando el nivel de compras (por ejemplo: varios meses por anticipado). Esto permitiría negociar precios de materias primas y tipos de cambio que les garantice los niveles de inventario y no comprometer el flujo de efectivo. Al negociar esos factores, se logra estabilidad en el precio de los artículos y las finanzas de la empresa. Para estos casos, se utiliza el derivado “contratos de futuro” que promete la entrega de materias primas a un precio estipulado con anterioridad (Raisin Bank, 2021). De esta manera, las compañías están protegidas ante un posible incremento de precios. Además, también se implementan estos contratos para resguardarse de las variaciones en los tipos de cambios y las tasas de interés.

Según Mesén (2008), los derivados financieros son muy utilizados por empresas que exportan, importan y comercializan mercancías. Para las materias primas, un derivado faculta a los compradores y vendedores para asegurar los precios con los cuales van a negociar en el futuro. Así se protegen de las fluctuaciones de los precios y se elimina el riesgo que producen las variaciones de estos. Dicha operación evita que el modelo financiero de la empresa se vea perjudicado al poder hacer frente a las oscilaciones de precios de una materia prima o insumo mediante un contrato de derivado financiero (Segura, 2020). Segura (2020) señala que los derivados no dan seguridad de la opción de comprar o vender un producto físicamente, sino que se constituye en una cobertura contractual por la disparidad entre el precio concertado y el precio del producto en el mercado al momento de ejercer el contrato. Al no tener seguridad de realizar la transacción se da un riesgo de desabastecimiento.

Sin embargo, sin una adecuada planificación de la producción, volúmenes de compras, colocación de ventas y respaldo financiero de la administración se pueden adquirir materias primas o insumos en cantidades superiores a las requeridas. Esto se traduciría en una cadena de eventos como tener inventarios muy elevados y con obsolescencia rápida. Asimismo, afecta los precios de venta de los artículos y los flujos de efectivo de la empresa. No obstante, en tiempos de crisis, los derivados financieros siguen siendo frecuentemente utilizados por las empresas como estrategia para disminuir el riesgo en sus transacciones de compra y venta. En el 2019, el mercado de derivados financieros mostró una tendencia hacia el alza y estabilidad en su comportamiento (Molina 2020).

Finalmente, los derivados financieros se convierten en una estrategia que podría utilizarse en distintas áreas de la empresa. Una de ellas es la cadena de suministros. Los encargados de esta área pueden recurrir a los derivados financieros para tratar de disminuir el riesgo a la hora de adquirir materias primas o insumos. Cuando se negocia a precios futuros, el objetivo es comprar a mejores precios y garantizar el abastecimiento oportuno de mercaderías sin exponerse a fluctuaciones en tipo de cambio y la volatilidad de precios en el mercado. Es importante que la empresa se asesore adecuadamente en esta materia, ya que bien utilizado el instrumento financiero es un socio para obtener mejores resultados de producción y financieros.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
• Mesén, V. (2008). Los Instrumentos Financieros Derivados: Concepto, Operación y Algunas Estrategias de Negociación. Revista de Ciencias Económicas, Universidad de Costa Rica. http://revistas.ucr.ac.cr/index.php/economicas/article/viewFile/7145/6829
• Molina, E. (2020). El mercado de derivados financieros en 2019. de Revista Cubana de Economía Internacional. http://www.rcei.uh.cu/index.php/RCEI/article/download/126/127.
• Raisin Bank. (2021). ¿Qué son los derivados financieros? https://www.raisin.es/inversion/que-son-derivados-financieros/
• Segura, J. (2020). Coberturas financieras en tiempos de crisis. La República www.larepublica.net/noticia/coberturas-financieras-en-tiempos-de-crisis