Los gerentes de ocho departamentos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) solicitaron que se declare alerta roja por la saturación de los servicios de salud, debido al aumento exponencial de casos COVID-19 en el país.

En un documento remitido al presidente ejecutivo de la CCSS, Román Macaya Hayes el pasado 7 mayo —y dado a conocer por Monumental—le indican que se tienen suficientes elementos objetivos para pedir que la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) proceda a declarar la alerta roja.

La declaratoria de la alerta roja se reserva para momentos en que se determine la saturación de la capacidad de respuesta, por ejemplo, como sucede en el caso de la Caja, la saturación de los servicios de salud, siendo esta una situación que sí corresponde a la Institución determinar y declarar", señalan. 

La CNE indica que la alerta roja solo puede ser emitida por la Presidencia de la República, en conjunto con la Junta Directiva de la CNE y el órgano técnico especializado en el área de amenaza.

Es decir, de declararse una alerta roja, la petición hecha por los gerentes de la CCSS debe pasar por su presidente ejecutivo para que este haga la solicitud a la CNE.

El documento fue firmado por:

  • Gerente general, Dr. Roberto Cervantes
  • Gerente médico de la Caja, Dr. Mario Ruiz
  • Gerente administrativo, Ronald Lacayo
  • Gerente financiero, Gustavo Picado
  • Gerente de logística, Esteban Vega
  • Gerente de pensiones, Jaime Barrantes
  • Gerente de infraestructura, Jorge Granados
  • Director del Centro de Atención de Emergencias y Desastres, Dr. Daniel Quesada.

La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) reportó este sábado un nivel de ocupación del 121% en las camas para pacientes con COVID-19 en sus unidades de cuidados intensivos (UCI). De acuerdo con el reporte, su capacidad institucional óptima de 359 camas UCI para adultos está sobrepasada y para hoy se reportaron 435 personas en una cama UCI.

Según la Seguridad Social, debido a la creciente hospitalización en el país se ha visto obligada a reconvertir camas de otros servicios a camas COVID-19 moderadas y UCI, quitándole espacios a otros pacientes con otras patologías.

En total la institución ha habilitado 464 camas UCI, 105 más de lo planificado como óptimo.