Por Jean Carlo Castro Sánchez - Estudiante de la carrera de Ingeniería Industrial

En 1975, el grupo británico conocido como Monty Python lanzó su película “Monty Phython y los caballeros de la mesa cuadrada”, una película de comedia que, para su época, rompía con todos los estándares del género, saliéndose por mucho de las normas del pasado y consiguiendo así crear un nuevo género dentro del mundo de la comedia considerado como “parodia”. Pero esta película no era más que la desconstrucción de un género ya bastante saturado de producciones, y como producto esta película significaba la destrucción de lo que era considerado “normal”, para permitir la creación de una nueva obra de entretenimiento para el público. En escala industrial, lo que Monty Phyton hizo es lo que algunos llaman “destrucción creativa”, y ha sido utilizado por artistas, ingenieros, empresarios y visionarios para romper con lo establecido en el mercado y ofrecer una alternativa completamente nueva para el público.

Si analizamos el panorama industrial de los últimos años, es probable que encontremos múltiples ejemplos de la destrucción creativa utilizada vivamente en el mercado. Un ejemplo muy claro es la introducción de las plataformas de streaming en todo los campos de entretenimiento, ya sea música, películas, animación, o los ahora conocidos “live streamers” que dedican horas para entretener a un público que los ve de manera casi diaria, como si fueran una compañía virtual. En otros lugares también podríamos ver las plataformas de transporte comunitario, como Uber o Didi, que destruyeron la industria del taxi en muchos de los países en los que han estado. Inclusive, podríamos involucrar a la empresa Space X de Elon Musk, que ha logrado rehacer las bases sobre las cuales se funda la exploración espacial utilizando nuevas tecnologías y trayendo así por primera vez a una empresa privada en el dominio astronómico.

La destrucción creativa parece inherente a cualquier desarrollo tecnológico y, de hecho, desde el renacimiento su aplicación se ha hecho de todo menos obsoleta, con invenciones como la imprenta, que convirtió a los escribas en algo del olvido; o el tren a vapor, que sacó del negocio las caravanas de caballos. Estos avances tecnológicos han provocado siempre un “reajuste” en el mercado de lo que es o no necesario. Algunos de estos avances incluso provocaron molestias por parte de muchos sectores, como la automatización en la producción automovilística, que provocó el desempleo de miles de trabajadores. Pero la destrucción, como parte de la innovación es algo que, por más que nos opongamos, nunca podremos detener.

Por ende, la destrucción creativa resulta, hoy más que nunca, el canal para la mejora de los procesos, los productos y la producción en general de muchas empresas, creadores, artistas, y visionarios. Sin importar de dónde esta venga o qué tan rudimentario sea, cualquier invento producido eficientemente podría generar para siempre el cambio en la conducta humana, la adopción de nuevas prácticas y el desecho de métodos antiguos que antes eran considerados seguros y “normales”. Es por medio de este método que conocemos el nuevo potencial de una idea y es gracias a estas ideas que en el pasado muchas personas se han visto más beneficiadas que perjudicadas. En ese aspecto, la palabra destrucción” parece ser un mal augurio, pero lo que las personas deberían pensar simplemente es que con cada quema existirá una nueva tierra sobre la cual cosechar.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.