Por Jean Carlo Barquero Garro – Estudiante de la carrera de Ingeniería Electrónica

Domótica, un tema moderno que es tendencia desde hace unos 5 años. La nueva era de la industrialización está tomando un rumbo sin precedentes, haciéndonos a todos dependientes de la tecnología y de los artefactos “inteligentes”. Son tan inteligentes que están tomando el control de nuestras vidas.

La domótica se refiere a la conjunción de tecnologías aplicadas al control y automatización de una vivienda, las cuales aportan seguridad y confort, y permiten hacer buen uso de la energía, además de hacer que el usuario y el sistema se comuniquen (Casas Digitales, 2017). De una u otra manera, la domótica es una forma de adaptarse a los cambios sociales, una forma de no resistirse al cambio ni a al dominio de las máquinas – llámese celular, tabletas, computadoras— porque por medio de estos aparatos es que hacemos uso de la digitalización en los hogares. Al ser todo hecho con el simple toque de un botón las personas ganan más tiempo en hacer lo que realidad les importa, aunque se sobreentienda que ya hay mucha tecnología, domotizar el hogar se diría en pocas palabras: si se tiene una casa inteligente ya no se gastarán más energías en poner la lavadora, encender o apagar una luz, el televisor, abrir las puertas, establecer el sistema de seguridad cuando se sale.

¿Podrán usarse todos los implementos, artefactos, aplicaciones y servicios en cualquier casa para digitalizarla? Para esto debemos tomar muchos factores en cuenta: tipo de construcción del hogar, acceso a internet, instalación eléctrica, cantidad de artefactos que se tienen y que se deberían comprar, accesibilidad de artefactos.  Si hacemos un pequeño estudio en la red acerca de los precios estimados de los productos necesarios, dependiendo del nivel al cual se iría a optar, hablaríamos de ₡10 000 a ₡20 000 para un detector de movimiento, ₡50 000 a ₡125 000 para una cerradura táctil; en cuanto al servicio de internet, que es indispensable para esta implementación, para un servicio básico de 15 Mbps a 200 Mbps, va desde los ₡17 000 hasta los ₡36 000; enchufes cuestan ₡25 000 y una sola bombilla ₡17 000. Por lo tanto, estaríamos hablando que para un nivel 1 de domotización mínimo se invertirían unos ₡100 000, mientras que para una instalación completa de nivel 3 hablaríamos de más de ₡500 000.

En Costa Rica, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares efectuada en julio 2020 por la INEC (2020), el nivel de pobreza llegó a un 26.2%, y la pobreza extrema es de 7%. En términos de personas (para colocar el panorama más claro), se trata de 1,529,255 personas pobres, y 435,091 en pobreza total, para un total de 1,964,346 personas en situación de pobreza de un total de 5.075.000.

Sin embargo, al hablar de la clase media podríamos tener una encrucijada: que una familia decida invertir en esto (o gastar, al fin y al cabo); decida ahorrar este dinero, inclusive invertir en alguna reparación del hogar o utilizarlo en educación para ellos mismos o los hijos, porque ahí reluce la pregunta, ¿es necesario invertir en este asunto de la modernización? Nos surge también otra incógnita, ¿decidirán las familias de clase media alta invertir en esto? Si vemos el asunto (en un plano muy personal) una familia verdaderamente adinerada ni siquiera tendría que invertir, ya que comprarían un bien inmueble que ya esté completamente digitalizado y no tengan que pensar en esto, inclusive ya tendrían uno o varios, y la nueva inversión la harían inclusive mejor que las anteriores. Así, la casa sería de último modelo en artículos digitales con amplia conexión a internet de velocidades altísimas, y sus habitantes tendrían los últimos teléfonos, tabletas, vehículos y equipos con tecnología de punta; todo gracias a su situación económica.Desafortunadamente aquí entramos a un tema de desigualdad de condiciones, la brecha social y tercermundismo. Las familias de clase baja e inclusive familias de clase media, al intentar adquirir estos productos y esta implementación, tendrían que poner en la balanza hacer esto o utilizar esos recursos de una manera más sensata en algo que sea mucho más necesario. ¿Se necesita una casa digital, se necesita tanto artefacto moderno el día de hoy? Consecuentemente, no es solo un tema de dinero, hablamos de un tema también de aprendizaje ya que para todo esto se debe tener cierto nivel de preparación, educación y conocimiento, con los que lamentablemente personas de escasos recursos no cuentan. Aquí es donde confirmo que la alfabetización es un tema que va de la mano con todo esto y es requerido para inclusive lograr un tema como este.

La afirmación de que la domótica o digitalización pueda implementarse en cualquier hogar me parece bastante compleja, los factores que implican son bastante amplios y hay muchos aspectos que tomar en cuenta. Pero convencido por los datos recopilados, considero que para hacer una casa inteligente no solo se ocupa de bastante dinero, sino también una reforma en la educación, en la manera inclusive de construcción de hogares y en el acceso a internet de las zonas de cada lugar. Este es un lujo al que definitivamente solo las personas con buena educación y de ingresos altos pueden acceder.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
  • Casas Digitales. (2017). Definición de vivienda domótica. https://www.casasdigitales.com/definicion-de-vivienda-domotica/
  • Instituto Nacional de Estadística y Censos (2020). Principales resultados de la Encuesta Nacional de Hogares 2020. https://www.inec.cr/noticia/pobreza-por-ingresos-alcanzo-un-262