Por Jorlli Aguilar Ruiz – Estudiante de la carrera de Ingeniería Industrial

En la sociedad actual se encuentra una lucha que busca garantizar la igual social y económica de los hombres y las mujeres, este movimiento es popularmente conocido como feminismo: por años ha sido protagonizada y liderada por mujeres en su lucha contra hombres para obtener sus derechos (Chinchilla, 2019, párr. 4). Pero esto ha generado la creencia falsa de que el feminismo busca una rivalidad de hombres vs. mujeres por el poder institucional. El desmentir esta idea es el objetivo primordial de incluir hombres en movimiento porque, como dijo el presidente Barack Obama, "ningún país alcanzará su potencial a menos que recurra al talento de nuestras esposas y nuestras madres, y de nuestras hermanas y nuestras hijas". Como se expresa en la frase anterior, las mujeres y los hombres conviven en la sociedad y, si se desea realizar un cambio significativo que pueda mejorar algún problema, es necesario que empiecen a trabajar en conjunto.

Por esto se supone que los hombres tienen una relación necesaria con el feminismo, ya que son igualmente afectados por el patriarcado y es por esta idea que muchas feministas hacen el esfuerzo e invierten su tiempo en generar zonas de diálogo que permita educar a los hombres para eventualmente tener ayuda masculina (Whelehan, 1995). Sin embargo, esta no es la realidad exactamente, ya que para ser un aliado es necesario escuchar, educarse constantemente, mirar sus privilegios, educar a otros y equivocarse porque la vulnerabilidad es parte del proceso, pero en la mayoría de los casos aunque se eduquen y logren percibir la desigualdad de género, los peligros que amenazan a sus seres queridos y hasta sus afectaciones personales, no terminan desarmando su privilegio por lo que siempre mantienen actitudes machistas como el no que hablan de feminismo con otros hombres o no confrontan a otros hombres, solo a mujeres que “no dan ejemplo”, también el opinar sobre el cuerpo de otras mujeres. Varón (2017) destaca que pueden llegar a ser feministas eventualmente, pero necesitan un esfuerzo continuo e individual por reconstruirse socialmente.

Pero mientras unos hombres hacen el esfuerzo de mejorar como seres humanos, otros deciden aprovechar la causa como un medio para conquistar mujeres haciendo la ilusión que son feministas y que comparten sus luchas. Varela (2017) señala que para lograr identificar estos lobos disfrazados de ovejas es necesario ver su comportamiento donde comúnmente necesitan un grado de validación constante de que como actúan de forma correcta y muestras algunas de estas actitudes: ofenderse cuando se les señala su misoginia porque son “son feministas”, su proceso de aprendizaje incluye hablar por encima de otras mujeres y medir el conocimiento de estas como si existiera una competencia, esperar que ocurran excepciones con sus actitudes machistas inconscientes, vestir o promocionar alguna prenda objeto del movimiento ante otras mujeres constantemente y, la peor de todas, solicitar favores sexuales de cualquier tipo como agradecimiento solo por ser feministas.

Estos comportamientos no son aceptables ya que terminan siendo contraproducentes al esfuerzo que mujeres han realizado. Una posible solución a esta problemática es aclarar a estos individuos lo que hacen mal y recalcar que su aporte no se trata de decir o no que son feministas, sino de formarse como tales; de no esperar un premio o una recompensa por tener un comportamiento respetable, y principalmente no aceptar las insinuaciones sexuales de estos hombres oportunistas para no fomentar su manipulación. Es cierto que no es una solución ideal porque recae nuevamente en la mujer, pero mientras estos comportamientos sigan ocurriendo solo las mujeres tendrán que corregir este comportamiento misógino en los hombres.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
  • Chinchilla, S. (2019). Lo bonito de ser feminista. CULTURA Y FEMINISMO, 1-5.
  • Varela, D. L. (2017). Está pasando: hombres que se hacen pasar por feministas para ligar. El país, 1-8.
  • Varón, L. (2017). Los hombres feministas. Medium, 1-4.
  • Whelehan, I. (1995). Modern feminist thought: From the second wave to “Postfeminism. Edimburgh:University Press.