Por Marvin Uriel Rojas Alemán – Estudiante de la carrera de Ingeniería en Sonido

En algún momento todos hemos conocido, ya sea en una presentación de un concierto o en un video, las tiras de parlantes verticales que cuelgan de estructuras elevadas a los costados de los escenarios, algunos los conocen como sistemas de sonido aéreo o Line Array que en buen español quiere decir arreglo de parlantería lineal. Las ideas de estos sistemas de audio tienen ya más de 50 años.

Veamos un poco de historia. Los datos recopilados por Auguste Jean Fresnel en 1814, muestran que “dos rayos de luz polarizados, ubicados en un mismo plano se interfieren, pero no lo hacen sin están polarizados entre sí cuando se encuentran perpendicularmente” (Cuevas, 2020). La analogía de la luz con el sonido, es decir, la frecuencia, sirvió de base para que pioneros en la acústica, como Harry Olson, desarrollarán en 1957 una columna de altavoces alineados verticalmente los cuales producían un patrón de dispersión vertical muy cerrado, mientras que su patrón horizontal es muy amplio. Caso contrario ocurre con los equipos horizontales que, en actividades masivas, se interfieren entre sí porque sus patrones son muy abiertos, causando anulaciones de algunas frecuencias y, como resultado, una inteligibilidad muy mala. Esto causa también que el rendimiento del sistema sea limitado debido a que el sonido tiende a caer a poca distancia.

Existen muchos sistemas, tanto verticales (Line Array) como horizontales (sistema convencional), y lo que se busca con esta fuente de sonido es que tengan la capacidad de controlar la directividad, que la información que proporcionan sea clara de fácil escucha, y que tenga la particularidad de proyectarse solo al público, evitando reflexiones en cielorrasos, paredes, techos, o simplemente que se pierda en el espacio libre, como sucede cuando se trabaja al aire libre, desperdiciando sonido y potencia donde no se necesita. Este objetivo se lograría si las fuentes sonoras de un sistema se suman de forma eficaz o coherente, actuando todo el conjunto sonoro como una sola unidad, teniendo como resultado una distribución de presión uniforme a la distancia. Se dice que entre más cerca se encuentran los altavoces, o que cuanto menos sea la distancia de centro a centro de los altavoces, más estrecha se hace la cubertura, y mayor control de proyección al público se obtiene. Esta característica es más fácil de conseguir en los sistemas aéreos (Line Array) por la posición de sus componentes verticales y lineales, y que cada elemento se puede ajustar de tal manera que podemos cubrir la audiencia, con el sonido óptimo de manera eficaz.

Cuando la audiencia en un concierto tiene más frente a la tarima que largo a esta, es común que los técnicos cometan el error de instalar largas tiras de Line Array, cuando lo ideal es configurar varios tiros, o sea, agrupar determinado número de cajas para sonorizar diferentes áreas. Esto se debe a que estos sistemas tienen cubertura vertical muy estrecha, y es necesario tener el control absoluto en cuanto al nivel, fase y ecualización de cada caja con respecto a las demás. Existen en el mercado procesadores digitales o analógicos para estos propósitos y la mayoría de sistemas profesionales de gama alta tienen su propio procesador.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
  • Cuevas, J.A. (2020). Todo sobre el Line Array. http://www.ispmusica.com/audio-directo/didactica-directo-audio/1942-todo-sobre-el-line-array.html