Por Gloriana Granera – Estudiante de la carrera de Odontología
Sin duda alguna, la pandemia ha venido a afectar a la población grandemente, sin embargo, no a todas las personas les ha impactado de la misma manera. Específicamente, hay una población que está siendo afectada de manera considerable; esta es la población TEA (Trastorno del Espectro Autista). La Organización Mundial de la Salud (2019) define el trastorno autista como un grupo de afecciones caracterizadas por algún grado de alteración del comportamiento social, la comunicación y el lenguaje, y por un repertorio de intereses y actividades restringido, estereotipado y repetitivo.
Una característica típica de las personas con TEA es que siguen rutinas estrictas, lo cual les brinda seguridad y estabilidad emocional. A la mayoría se les dificulta adaptarse a cambios. Por esta razón, la cuarentena obligatoria en el país ha traído alteraciones en la estructura ya establecida en la vida de las personas con este trastorno. Pero hay que entender algo: el autismo se presenta en espectro, por lo tanto, los síntomas y la gravedad de las diferentes alteraciones varía de un caso a otro. Realmente no existen dos personas con autismo que sean exactamente iguales. Por esta razón es que se presentan casos diferentes de reacciones de niños TEA ante el COVID-19.
Se presentan casos donde los estudiantes por años han tenido la rutina establecida de ir a la escuela, de tener un periodo establecido de vacaciones o ir a sus lugares favoritos para aliviar la tensión. Al consultarle a dos profesoras de educación especial (su identidad se mantiene privada), ellas mencionan haber notado que los estudiantes han incrementado sus problemas de conducta, hay un desequilibrio emocional, un aumento de su nivel de ansiedad, entre otras repercusiones. Un área que se ha estado trabajando con las personas TEA en este momento es la socialización, ya que se les dificulta entablar relaciones, y con el aislamiento se disminuye su grupo social habitual al no estar en contacto con sus compañeros. Muchos testimonios cuentan que las reacciones de estas personas han sido de desagrado e inclusive de conductas agresivas; hay días que su descontrol es mayor que otros. No obstante, hay casos totalmente diferentes donde la persona se ha sentido segura en “la burbuja” de su hogar, ya que allí nadie los molesta, no deben lidiar con personas que no sepan cómo tratarlos, comen lo que desean y visten de la manera que más seguros se sienten. También manifiestan que están junto con las personas que más confianza les tienen, y a pesar de que han tenido que cambiar su rutina momentáneamente se han ajustado bastante bien y han podido crear la rutina que más seguridad les brinda dentro de su hogar.
Debido a las necesidades que presentan las personas TEA, se puso en marcha una campaña nacional por parte de CONAPDIS la cual les permite movilizarse libremente portando un pañuelo azul en su mano, el cual los identifica como una persona con autismo, para que la población sea más comprensiva con ellos. Con este implemento, ellos sienten que no están irrespetando las normas dadas por el gobierno, sino que se sienten seguros de salir y dar un respiro.
Como se puede observar, no todas a las personas que sufren de TEA les ha impactado el COVID-19 de la misma manera, los efectos varían según el espectro en el que se presenten. En algunos casos ha traído beneficios y en otros no. Sin embargo, hay algo importante de mencionar en todos ellos y es que acatan las normas de prevención dadas por el gobierno al pie de la letra, lo cual es un gran ejemplo para las personas a su alrededor.
