Por Darla Gómez Bolaños – Estudiante de la carrera de odontología
El flúor es un compuesto mineral natural que se puede encontrar en la atmósfera, los suelos, los alimentos y el agua. El flúor se encarga de contribuir a la prevención de caries dental, también contribuye a las superficies de las piezas dentales haciéndolas más resistente a los ácidos de las bacterias que habitan en la boca. El flúor también puede favorecer la remineralización dental. Existen dos formas de aplicar la protección con flúor, la tópica y la sistémica.
El flúor de administración sistémica funciona por medio de vía oral, llegando y siendo absorbido por el tubo digestivo, de este pasando al torrente circulatorio para llegar a los tejidos de las piezas dentales en desarrollo.
En las aplicaciones sistémicas de flúor han sido consideradas vías de administración de flúor la fluoración de las aguas de consumo, la sal, la leche y suplementos pediátricos como gotas y tabletas. Las recomendaciones de la OMS, la FDI y la ADA establecen que el mejor método de administración de suplementos fluorados es a través del agua de bebida, siendo el contenido óptimo de alrededor de 1 ppm, para ejercer un efecto preventivo sobre la caries dental. (García, 2006)
La fluoración artificial del agua de consumo público es la más eficaz y económica, este método es utilizado por más de 39 países y se le atribuyó una reducción del 18 a 40% de la incidencia de caries en dentición permanente, se sigue afirmando que la fluoración del agua es la medida comunitaria más efectiva en la prevención de caries dentales. Es importante tomar en cuenta que el exceso de flúor sistémico administrado antes de la erupción dental, es decir antes de los 6 meses, podría ser el causante de fluorosis dental, por esta razón es importante evitar el exceso de flúor sistémico antes de esta edad.
El flúor de administración tópica interviene en el proceso de desmineralización y remineralización, así como propiciando la maduración del esmalte después de la erupción dental. Cuando la pieza dental erupciona, el esmalte capta flúor de la saliva, continuando su proceso de maduración y haciéndose más resistente a la caries; por esta razón en los primeros años de edad se indica la aplicación tópica de fluoruros en concentraciones más altas. (García, 2006)
La aplicación tópica es la aplicación directa del fluoruro sobre la superficie dentaria, por lo que su uso es posteruptivo, pudiendo iniciarse a los 6 meses de edad y continuarse durante toda la vida, la acción protectora del flúor se manifiesta en una disminución de la desmineralización y un aumento de la remineralización de las lesiones iniciales para lo que es importante disponer de suficiente flúor en la superficie dental, de ahí la importancia del flúor tópico. (Merlo, 2004)
Existen diferentes formas de aplicar flúor tópico, los barnices y geles fluorados son colocados por el odontólogo, estos geles se colocan por medio de cubetas que son ajustadas a las arcadas dentales, se aplica generalmente una vez al año, estos reducen en un 21% la caries dental. Los barnices de flúor son otro método utilizado, este también es aplicado en el consultorio dental, estos se colocan mediante un pincel en la superficie de la pieza dental y el tiempo entre cada aplicación va a depender del nivel de riesgo y actividad cariosa del niño.
