Por José Carlos Porras Campos – Estudiante de la carrera de Administración de Negocios

Como bien sabemos, la COVID-19 le ha impuesto a la humanidad una realidad distinta a la acostumbrada. En nuestro país, el impacto de la pandemia en las actividades comerciales ha sido fuerte para muchos empresarios que buscan la forma de mantener su negocio a flote. La impredecibilidad de los acontecimientos es un factor que obliga a pequeñas, medianas y grandes empresas a tener un plan estructurado que les permita hacerle frente a cualquier situación o adversidad. De igual manera, a medida que los gobiernos toman decisiones para contrarrestar el virus, las pymes sobrevivientes en el mercado nacional deben adaptarse a las necesidades cambiantes de sus propios colaboradores, proveedores y ―especialmente― sus clientes, al mismo tiempo que se enfrentan a desafíos económicos y operacionales nunca experimentados. Ante esta situación, cada vez son más los empresarios que ven el comercio digital como la opción más viable para evitar la caída de sus finanzas. ¿Es este un salvavidas disponible para su negocio?

De acuerdo con Bello (2020), se podría definir una e-commerce como una tienda virtual; es un método de compraventa que utiliza internet como medio para realizar transacciones y contactar con sus consumidores, no solo mediante una página web, sino también a través de las redes sociales. Estas suponen una fuente informativa con mucho impacto, y permiten acercarle y conocer más a su público objetivo. Este modelo de negocio ha sido clave para que pequeñas empresas puedan crecer y acceder a otros mercados, algo muy difícil de conseguir por la vía tradicional. No necesitar grandes infraestructuras y poder prescindir de limitaciones como el tiempo, el espacio o la logística ha propiciado su expansión. Está muy claro que el mercado digital de bienes y productos conlleva muchos aspectos positivos para los negocios. Expandir la base de clientes al entrar en un mercado más amplio; mejorar la comunicación con los clientes; crear una ventaja competitiva en su nicho de mercado; y reducir los costos de producción, capital y administración son tan solo una pequeña parte de la gran cantidad de beneficios del e-commerce para muchos empresarios de la región.

No es ningún secreto que los efectos económicos que ha generado la pandemia en nuestro país son totalmente devastadores. De acuerdo con datos de la Cámara de Comercio de Costa Rica (2020), el 85 % de los comercios han disminuido sus ventas, con un 34 % de empresas que afirman que sus pérdidas superan el 50 % de sus ventas y otro 30 % con pérdidas superiores al 75 %, lo cual ha implicado cierres masivos de distintas compañías. De igual manera, se aclara que la tasa de desempleo aumentó descomunalmente a un nivel histórico del 20,1 %. Por otra parte, las cifras que ha generado el comercio digital en nuestro mercado nacional parecen muy prometedoras. Según los datos expuestos por el Instituto Latinoamericano de Ecommerce (2019):
 Los compradores online han pasado de menos de 50.000 en el 2018 a más de 250.000 en el 2019.
 Un 89 % de la población costarricense ha comprado alguna vez a través de internet.
 Los sectores que más se benefician de los negocios por internet son los de ropa (30 %), belleza (17 %) y hogar (16 %).
 Los beneficios obtenidos de las compras pasaron de casi 2.043 millones de colones en el 2018 a cerca de 3.045 millones en el 2019, lo que supone un crecimiento cercano al 50 % con respecto al año anterior.

Por consiguiente, se puede afirmar que el e-commerce ha llegado para convertirse en una herramienta no solo útil sino también necesaria para que las pequeñas y medianas empresas puedan mantenerse en el comercio activo. Vino a instaurarse de una manera para algunos casi obligatoria durante un momento de crisis; sin embargo, debido a sus excelentes resultados, deja sobre la mesa una fuerte propuesta para quedarse como una manera de compra y venta más cómoda no solo para el cliente, sino también para el empresario. Hoy, por necesidad, se instaura en nuestro país una práctica comercial que existe desde hace varios años en los países desarrollados y gracias a su buen manejo ha llenado de confianza a los clientes costarricenses para poder empezar a disfrutar de este método de compra que permite no solo comodidad, sino también seguridad y hasta nuevas propuestas laborales. No cabe duda de que no nos debíamos quedar atrás en la era de la tecnología y menos si esto significa poder beneficiar el crecimiento de la economía costarricense luego de la crisis de la COVID-19.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
  • Bello, E. (2020, 3 de marzo). ¿Que es ecommerce y cómo crear tu propio comercio electrónico? https://www.iebschool.com/blog/comercio-online-ecommerce/
  • Cámara de Comercio de Costa Rica. (2020, 17 de julio). Cámara de Comercio Costarricense. http://camara-comercio.com/temas/
  • Instituto Latinoamericano de Ecommerce. (2019) Ecommerce Institute. https://www.ecommerceday.org/se-celebro-con-exito-la-4ta-edicion-del-ecommerce-day-