Por Angélica Castro Conejo- Estudiante de la carrera de Ingeniería Química Industrial
A lo largo de los años los combustibles fósiles han sido grandes aliados para la generación de energía, esto debido a la gran cantidad de beneficios que poseen. Dentro de estos se puede destacar la facilidad para extraerlos, son sencillos de transportar o acumular, son económicos, poseen un muy buen poder calorífico y, por ende, producen gran cantidad de energía (Nassar F, 2018). Pero todo lo anterior se ve afectado por la gran cantidad de contraindicaciones que puede tener para el planeta.
Los combustibles fósiles cuando se combustionan producen una gran cantidad de gases de efecto invernadero que son muy contaminantes, la distribución de estos no es homogénea a lo largo de mundo, sus métodos de extracción en algunas ocasiones (mayoría) no son muy favorecedores ya que causan contaminación del agua, del suelo, del aire, entre muchos otros (Nassar F, 2018).
Al hablar de combustibles fósiles, se refiere a un recurso NO renovable, lo cual quiere decir que es un recurso natural que no se puede restaurar por procesos naturales a una velocidad superior a la del consumo por los seres humanos. Cuando se presenta escasez de ellos, el costo por unidad de uso es mayor y deja de ser tan funcional y económico como se describe anteriormente (Nassar F, 2018). Inicialmente lo más preocupante es lo tóxicos que pueden llegar a ser los combustibles fósiles y el daño severo que han causado y siguen causando a lo largo de los años a la salud del planeta. Dado lo anterior se han buscado alternativas para generar energía de una forma más amigable, aprovechando recursos naturales y tratando de que estos sean renovables.
Dentro de las alternativas que se proponen está el aprovechamiento del agua, de la energía del sol, la descomposición de la materia orgánica (genera biogás como el metano), del hidrógeno, de la combustión de pellets, entre muchas otras alternativas para la producción de energía. En Costa Rica, se trabaja en la implementación de hidrógeno como un combustible para el transporte público. El Hidrógeno se puede obtener del agua y se encapsula bajo condiciones muy controladas para evitar accidentes. El hidrógeno es una de las moléculas más pequeñas, por lo que su almacenamiento es complejo, costoso y hasta puede ser peligroso en caso de una fuga. Otra de las desventajas del hidrógeno es que por tener muy poco peso molecular, requiere mucho volumen para su almacenamiento por lo que se convierte en un combustible difícil de transportar (Blanco P, 2018).
Al comparar los combustibles fósiles con la energía proveniente del hidrógeno específicamente, se puede llegar a la conclusión de que en Costa Rica aplicar el hidrógeno como un combustible no es viable, ya que el país no está preparado social ni económicamente. En Costa Rica el costo de la vida es alto, por lo que las personas no invertirían en un combustible que sea de mayor costo, más peligroso y que es más complicado de comprender. Por otro lado, el país no está preparado en caso de que una emergencia suceda por una fuga a causa de hidrógeno. En general, el costo del hidrógeno siempre será más alto que el combustible fósil ya que obtenerlo requiere el uso de mayor electricidad por lo que el costo final del combustible es más alto.
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