El Informe Estado Nación 2020 incluyó un estudio del impacto de la flota vehicular del país en la emisión de gases, encontrando que los controles de la revisión vehicular han permitido que se reduzcan los gases con un impacto negativo en la salud de las personas (mónoxido de carbono e hidrocarburos), pero esto ha dejado de lado las concentraciones de dióxido de carbono (CO2) que resultan de estas mejoras y tienen un impacto directo en el calentamiento global.
El estudio se realizó gracias a un convenio entre el Programa Estado Nación (PEN) y Riteve SyC, empresa encargada de la revisión técnica vehicular, que permitió analizar los datos anonimizados de las mediciones de estos gases que se realizan a la flota vehicular del país periódicamente.
Con esta información se logró determinar que existe una relación inversa entre el control de monóxido de carbono (CO) e hidrocarburos y el control de CO2. Por ejemplo, en el caso de las motocicletas, que tienen motores menos eficientes en el control de C0 e hidrocarburos (por lo que emanan más de estos gases) se registran promedios más bajos de CO2, mientras que en los automóviles de gasolina (particulares, taxis y carga liviana) la relación es inversa: mayor control de CO e hidrocarburos y menor control de CO2.
Para profundizar en este tema, el PEN estudió el grupo de vehículos con motor de gasolina, según antigüedad de las unidades, evaluando la concentración promedio de CO y CO2 en el mínimo de revoluciones por minuto al que puede funcionar el motor (conocido como régimen de ralentí) y logrando confirmar la relación inversa en el control de ambos gases, resultando que “cuanto más eficientes son los motores de los vehículos nuevos para disminuir la concentración de monóxido de carbono, más altos son los niveles de concentración de dióxido de carbono”.
Por su parte, el informe también destaca que los controles a las emanaciones de vehículos con motor de diésel son menores, visto que los parámetros que se utilizan para estos son más laxos, ya que el porcentaje de rechazo (8.1%) es menor que para los demás automotores (los de rechazo más alto son los vehículos de carga liviana de gasolina, con un 24%). El informe destaca que en el país los vehículos de diésel representan un 20% del total de vehículos registrados y registran un 25% del kilometraje de toda la flota vehicular, pero a su vez generan el 50.8% de las emanaciones de C02.
Según el informe, las diferencias en las emanaciones de gases no se deben únicamente a que los vehículos de diésel sean de mayor tamaño y peso, sino que también se relaciona a “una importante laxitud en sus parámetros de medición” para aprobar la revisión técnica vehicular.
El informe señala que el problema de los gases en la flota vehicular requiere un abordaje integral, que permita “dirigir las alternativas de transporte público hacia un sistema masivo, interconectado, seguro y limpio, que impulse un cambio en la apuesta extendida por el vehículo particular, la reducción de la dependencia de los hidrocarburos y la mejora en el control de unidades diésel”.