Pocos días después de que publiqué un artículo titulado “Exorcismo Judicial”, en el que exponía un deplorable fenómeno por el que los más cuestionados magistrados una vez llegados a la Corte se deshacen de los demonios que los poseen y terminan convertidos cuasi santos, apareció un artículo de una tal Oficial de Cumplimiento del Poder Judicial, pareciera que directora de una oficina homónima que llamó “Poder Judicial se Blinda Contra la Corrupción” todo en este mismo medio.

Con no poco interés hice su lectura una y otra vez.  Esa nomenclatura, de suyo pretensiosa, prometía información nueva y relevante sobre este tema tan candente.  Al final, un fiasco y por no pocas razones.

Se vanagloria la señora Oficial, que producto de un gran trabajo de diferentes actores, entre los que destaca la labor de la Comisión Ética y Valores del Poder Judicial, liderada por el magistrado Luis Porfirio Sánchez, se marcó “un hito a nivel público regional e internacional al consolidar la Oficina de Cumplimiento”.

Además de semejante disparate, cita parcialmente un índice de Capacidad para Combatir la Corrupción (CCC) 2020 en el que Costa Rica aparece en el tercer lugar. Qué pena es tener tan poco para exhibir y tan poco para fundamentar, que se base en un índice que sólo incluye a 15 países y que, además, omite citar que en el tema del “Nivel de Pericia y Recursos Disponibles para Combatir el Crimen Organizado” tenemos una calificación menor a 5 y que estamos, en general, menos de un punto por encima de Brasil, sí Brasil, uno de los países más corruptos de la región. Igualmente omite citar lo siguiente:

“Uno de los principales retos de Costa Rica, en el tema de anti corrupción se asienta fuera de la sub categoría Capacidad Legal. Por ejemplo, pobres regulaciones sobre las actividades de lobby declinan un poco el puntaje de Costa Rica en la sub-categoría de Democracia e Instituciones Políticas... la prueba en el caso de corrupción El Cementazo... continúa hacia adelante aunque lentamente”.

Donde quiera que se mencione el tema de la corrupción en Costa Rica, se nos estrella en la cara el famoso cementazo. ¿De qué habría servicio esta oficina frente al caso de corrupción nacional más grave de los últimos 30 o 40 años? ¿De poco o de nada? Me inclino por lo segundo...

En todo caso, no encuentro qué puede hacer una minúscula e insignificante oficinita que no puedan hacer las fiscalías que se ocupan de la corrupción y las investigaciones encargadas al Organismo de Investigación Judicial. ¿Será que la nueva y pomposa Oficina de Cumplimiento del Poder Judicial va a sustituir al Ministerio Público y a la Procuraduría de la Ética Pública en su lucha contra la corrupción? ¿Será que la nueva Oficial de Cumplimiento del Poder Judicial es una nueva Fiscala?  No encuentro ninguna razón para crear una aciaga oficina que no tiene competencia legal alguna, asignada a la Comisión de Transparencia de la Corte, salvo la que antojadizamente le asignan acuerdos de Corte Plena, que todos conocemos como el peor engendro administrativo de la Costa Rica actual.

En tiempos de COVID-19 y de crisis severa de las finanzas públicas, el Poder Judicial de Costa Rica se vanagloria de la creación de una nueva oficina, que va a combatir el crimen organizado y los delitos de cuello blanco.  Yo no sé qué es más corrupto, si crear oficinas sin sentido  aumentando la burocracia costarricense o hacer política institucional en medios de comunicación sin ningún sustento.

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio. Delfino.CR es un medio independiente, abierto a la opinión de sus lectores. Si desea publicar en Teclado Abierto, consulte nuestra guía para averiguar cómo hacerlo.