1.

Desorden generalizado

— Salgamos de lo de Célimo y Compañía ayer con un rápido resumen. La Fiscalía pidió una serie de medidas cautelares “light” que no deberían escandalizar a nadie. A ver: no se pidió presión preventiva ni mucho menos. La cosa era tan liviana que iba por la línea de “y si por favor puede mientras tanto dejar de decir que representan al pueblo” y “sería buenísimo que no hagan nuevos llamados a bloquear la vía pública”.

— Así las cosas no me convence la idea de que haberle dado visto bueno a tal solicitud lo habría martirizado. Se trataba de un sutil “tate quieto” mientras se resuelve si la acusación de la Fiscalía camina o no camina, que de todos modos ya podemos imaginar en qué va a parar eso.

— En fin, al juez encargado de resolver le pareció que, a pesar de tratarse de medidas tan superficiales, no eran de recibo y las rechazó. Así que el hombre pasó a ser mártir de todos modos y salió a vanagloriarse de nuevo y hasta anunció en Repretel que denunciará penalmen...