Por Glenda González Blanco – Estudiante de la carrera de Ingeniería Informática

Un implante implica la colocación de un objeto en el cuerpo de un ser vivo mediante una intervención quirúrgica, esto puede ser un órgano, un aparato en sustitución de algún órgano o bien una parte de él para mejorar su funcionamiento. Los implantes electrónicos han llegado a la vida del ser humano para hacerla aún más sencilla y práctica. Estos, dicho sea de paso, han venido a reemplazar muchos de los objetos que usamos diariamente, dentro de los cuales cabe mencionar las llaves, billeteras y hasta ayuda a encontrar a menores desaparecidos.

Los implantes electrónicos son chips que básicamente usan la misma tecnología de las tarjetas bancarias, tienen el tamaño de un grano de arroz y se implantan de forma subcutánea para ser usados como llaves, desbloquear celulares o bien para usar dispositivos de identificación. También se utilizan como métodos de pago tanto para transportes públicos —como el tren o el bus— como en comercios —tarjetas de débito y crédito— haciendo obsoleto el uso de llaves físicas, tarjetas plásticas, monedas y billeteras.

Miles de personas están comenzando a utilizar estos chips subcutáneos, principalmente en las manos o antebrazos, para almacenar los datos personales del usuario. El dispositivo insertado solo emite data cuando las partes del cuerpo, donde está insertado el chip, se colocan a una distancia de dos centímetros sobre un lector NFC (por sus siglas en inglés Near Field Communication). Esta tecnología es una nueva forma de vida que facilita diversos aspectos de la vida cotidiana. Actualmente muchas empresas ya están preparadas tecnológicamente para utilizar los pagos sin contacto y han implementado la nueva infraestructura para aceptar los pagos directamente.

En la actualidad, el principal uso es de tipo médico con el fin de obtener información del cuerpo, como el ritmo cardiaco, temperatura corporal, nivel de azúcar. Esta información es recolectada mediante un chip y, en caso de emergencia, el médico puede acceder inmediatamente a él. Entre los implantes electrónicos con fines médicos cabe mencionar el implante coclear, que es un pequeño dispositivo que ayuda a las personas a escuchar, y fue creado para ayudar a las personas sordas o que tengan una alta dificultad para escuchar.

Existen muchos tipos de implantes cocleares, similares entre sí debido a sus componentes. El implanta coclear consiste en dos partes: una parte de este dispositivo se implanta de forma quirúrgica dentro del hueso que rodea el oído, consta de un estimulador-receptor que recibe la información y luego la decodifica, y de esta forma envía una señal eléctrica al celebro; la segunda parte del implante es un dispositivo externo que está formado por un micrófono receptor, que es un procesador del lenguaje y a la vez una antena, esta parte recibe solo el sonido, que luego convierte en una señal eléctrica y lo envía a una parte interna del implante. Estos implantes cocleares permiten a las personas sordas recibir y procesar sonidos y lenguaje; sin embargo, no establecen una audición normal. Son herramientas que permiten procesar los sonidos y el lenguaje y transmitirlos al cerebro, la manera como se selecciona una (Arcaroli, 1999).

Los sonidos son transmitidos a través del aire. Normalmente, en un oído funcional, las ondas hacen que el tímpano y los huesos del oído vibren, luego estas ondas son vertidas en señales eléctrica que se envían por medio del nervio auditivo hasta que llegan al cerebro. A una persona sorda no le funciona el oído interno, entonces el iodo coclear intenta reemplazar el funcionamiento del oído interno, transformando el sonido en energía eléctrica. Esta energía se puede usar para estimular el nervio auditivo enviando señales al cerebro. El sonido es captado por el micrófono, y es enviado a un procesador de lenguaje, el sonido es analizado y convertido en señales eléctricas, las cuales son transmitidas al receptor que fue implantado quirúrgicamente, luego el receptor envía la señal por medio de un alambre hasta el oído interno con impulsos eléctricos que se envían al cerebro (Arcaroli, 1999).

También existen implantes que son ojos biónicos conectados directamente al cerebro que les devuelven la vista a personas ciegas. En el año 2000, se llevó a cabo la primera intervención, desde entonces a más de 200 pacientes se les ha realizado un intervención quirúrgica para poner un implante con una tecnología que les permite, a quienes han perdido parcialmente su vista o bien la han perdido por completo, una simulación de la vista mediante patrones lumínicos (Emily, 2017).

Estos implantes contienen una carcasa electrónica, rejilla de electrodos, antena y unas abrazaderas, estos componentes son instalados quirúrgicamente. En el exterior, el usuario deberá usar unas gafas que contienen una cámara que captura la imagen y un cable conectado a las gafas que enviará la información a una unidad portátil. Esta unidad portátil transforma la información en una serie de instrucciones que envía de nuevo a las gafas, esta información la recibe una antena que transmite las instrucciones al implante del ojo mediante ondas electromagnéticas, luego el implante transforma las señales en pulsos eléctricos que estimulan la retina por medio de la rejilla de electrodos. Finalmente, gracias al nervio óptico, las señales llegan al cerebro y el paciente logra ver (Emily, 2017).

Este dispositivo consta de dos partes, una interna y otra externa. La parte externa es la parte visible y está conformada por unos lentes que contienen la cámara. Esta cámara envía la imagen que el usuario está observando a un microprocesador y luego la envía por radiofrecuencia a una antena dentro del ojo. Según sea la imagen, 60 electrodos que forman el implante estimulan la retina para que el paciente pueda intuir lo que tiene adelante. El paciente lo que verá son flashes de luz gracias a la estimulación de los electrodos; estos forman la silueta del objeto que se tiene adelante por medio de las luces. Si bien no es perfecto, es muy importante comprender que antes no veían nada. El ojo biónico es capaz de captar el movimiento de forma que, si pasa un carro, dejará una estela como la de una estrella fugaz y el usuario sabrá identificar si va en sentido izquierda-derecha o bien derecha-izquierda. Por medio de un entrenamiento aprenden a interpretar esos patrones lumínicos y a asimilar lo que están viendo. Se empieza por reconocer un cuadrado en una pantalla, luego movimiento e incluso algunos llegan a identificar letras grandes (Emily, 2017).

Originalmente, estos chips eran implantados en animales domésticos en países como Estados Unidos y Francia. Los chips contenían información del animal como el nombre, fecha de nacimiento, propietario, dirección de residencia, edad, vacunas, género. Estos datos eran recolectados por las sociedades administradoras de las veterinarias, entidades encargadas de centralizar y actualizar toda la información

Algunas de las desventajas de estos dispositivos en uso comercial son que los riesgos de piratería son altos, para piratear estos chips solo basta pasar discretamente un celular para leer los datos. Otros riesgos asociados son los de tipo médico, paradójicamente, pues una de las principales aplicaciones de los implantes es la relacionada con la salud.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
• Arcaroli, J. (1999). Implantes cocleares. Recuperado de https://www.cochlear.com/es/home/understand/hearing-and-hl/hl-treatments/cochlear-implant
• Emily, M. (2017). Nuevo ojo biónico conectado al cerebro podría devolver la vista. Recuperado de https://www.technologyreview.es/s/9573/un-nuevo-ojo-bionico-conectado-al-cerebro-podria-devolver-la-vista-mas-de-seis-millones-de