Amanda Mesén, hija de uno de los ocho pacientes que se encuentran actualmente internados en Cuidados Intensivos por complicaciones de COVID-19, denunció que a su padre le negaron la prueba en la Clínica Marcial Fallas de Desamparados.

Mesén habló con Delfino.cr de los problemas que tuvo su familia para logar que a su papá le realizaran la prueba, a pesar de tener síntomas de la enfermedad y ser parte de la población en riesgo por tener 62 años.

A Alfredo Mesén, quien ahora se encuentra internado en el Hospital San Juan de Dios por COVID-19, se le negó la prueba por COVID-19 en dos ocasiones: el 22 y 27 de marzo en la Clínica Marcial Fallas.

Según relató Amanda, su papá se presentó a la Clínica Marcial Fallas el 22 de marzo, ya que presentaba síntomas de gripe y a inicios de mes en su casa se había quedado un estadounidense que durante su estadía tuvo una gripe leve, sin embargo, a pesar de haber dado esta información en el centro médico, se le indicó que como esa persona no había sido confirmado como un caso de COVID-19, ni él había estado fuera del país o en contacto con personas sospechosas o confirmadas, no podían realizarle la prueba para verificar si tenía la enfermedad y le indicaron que lo que tenía era un bronquitis.

Ante esta situación, y por recomendación de la hermana mayor de Amanda -médica que reside en Portugal-, la familia compró equipo médico (un oxímetro) para poder monitorear tanto la temperatura como la respiración de Alfredo, con la indicación de que si la temperatura superaba los 40°C y la saturación de oxígeno bajaba de 90, debían llevarlo de forma inmediata a un servicio de atención de emergencia.

Ambas condiciones se cumplieron la madrugada del viernes 27 de marzo, por lo que la familia trasladó a Alfredo en ambulancia a la Clínica Marcial Fallas, donde según dijo Amanda, le volvieron a decir que no le podían hacer la prueba de COVID-19 porque no tenía fiebre y no tenía ningún contacto trazable.

Debido a que la condición de Alfredo no mejoraba, la familia decidió entonces, por su cuenta, realizarle la prueba a él en el laboratorio Labin el sábado 28 de marzo. El laboratorio informó el lunes 30 en la mañana que la prueba había dado positiva por COVID-19.

Sin embargo, a pesar de que desde el laboratorio privado aseguraron haber brindado la información del caso a las autoridades del Ministerio de Salud, Amanda relata que la respuesta no fue la esperada:

Nosotros nos encargamos de, de nuevo, decir al Ministerio, un poco con la ilusión de que iban a llegar tropas médicas a la casa, y bueno lo que pasa es que en el Ministerio nos dicen que tenemos que llamar al 1322.

Según indicó Amanda, la única indicación que recibieron en la línea 1322 fue que tuvieran un basurero aparte para las heces de su papá. La familia, además, estaba preocupada porque Consuelo, la esposa del Alfredo y mamá de Amanda, había estado expuesta al convivir con Alfredo y es parte de la población en mayor riesgo debido a que tiene un linfoma.

La noche de ayer (30 de marzo) la condición médica de Alfredo empeoró, por lo que la familia llamó a una ambulancia para que lo trasladaran de emergencia, sin embargo, los problemas con la atención recibida continuaron ya que, tras varias horas de espera y múltiples llamadas, les dieron el número de teléfono del conductor de la ambulancia que lo iba a recoger.

Según indicó Amanda, el conductor de la ambulancia les dijo que ya iba de camino, por lo que debían esperar fuera de la casa, pero tras una hora de espera les indicó que él iba llegando pero que le avisaron que era un caso de COVID-19 por lo que se devolvió a buscar trajes de protección, y que, como no les daban trajes de protección no podía recogerlo.

La familia tuvo que llamar a una ambulancia privada a la media noche para que lo trasladaran al Hospital San Juan de Dios.

Hoy en la mañana, después dos intentos de prueba y 10 días de insistencia, hoy en la mañana, por otras fuentes, porque de nuevo el Ministerio no se ha comunicado ni con mi mamá, ni conmigo, ni con nadie, nos damos cuenta que, efectivamente, mi papá está en cuidados intensivos, que está entubado, que está inconsciente y que tiene una condición de la que difícilmente vaya a sobrevivir, que probablemente lo que va a pasar es que él se va a morir.

Amanda ahora duda de la capacidad de las autoridades de Salud para asegurar que en el país no exista todavía transmisión comunitaria, ya que, si los protocolos que aplicaron en el caso de su papá para hacer la prueba son los mismos para todo el país, lo que se está haciendo es únicamente identificar casos donde ya de por sí era posible confirmar el nexo epidemiológico, y añadió:

La regla para ellos era que, si efectivamente no había trazabilidad, si no se podía trazar con un contagiado no se hacía la prueba, el tema es que mi papá fue a decir que había un extranjero enfermo en su casa, y no le hicieron la prueba.

Adicionalmente, según indicó Amanda, una amiga de la familia tuvo que insistir para que a Consuelo la recogiera una ambulancia y la llevara a un centro médico para que le realizaran la prueba de COVID-19, la cual le hicieron el día de hoy en la Clínica Marcial Fallas y está a la espera del resultado.

Desde el Ministerio de Salud indicaron el día de hoy que el ministro, Daniel Salas Peraza, instruyó a la Auditoría General de Servicios de Salud a realizar una investigación que esclarezca lo acontecido en la Clínica Marcial Fallas, aunque no dieron detalles del caso por estar en investigación.

Protocolos se actualizaron

El Ministerio de Salud de Costa Rica actualizó el fin de semana los protocolos sobre casos confirmados o sospechosos de COVID-19, así como los protocolos a seguir con todas aquellas personas que recibieron una orden de aislamiento de 14 días tras haber ingresado al país tras el cierre de fronteras.

De acuerdo con los documentos en poder de Delfino.cr, de ahora en adelante se considerará "caso sospechoso" de COVID-19 a una persona si ocurre alguna de las siguientes circunstancias:

1. Persona con infección respiratoria aguda (fiebre y al menos un signo o síntoma de enfermedad respiratoria, por ejemplo tos, dificultad respiratoria, congestión nasal) y que cumpla con alguno de estos dos criterios:

a. No tener otra enfermedad que explique completamente la presentación clínica del evento.
b. Un historial de viajes fuera del país en los 14 días previos al inicio de los síntomas (independientemente del lugar visitado)

2. Persona con infección respiratoria aguda grave (IRAG).
3. Una persona con anosmia (pérdida del sentido de olfato) o disgeusia (cambio en la percepción del gusto) y/o enfermedad respiratoria aguda de cualquier grado de severidad, que dentro de los 14 días anteriores al inicio de la enfermedad tuvo contacto físico cercano con un caso confirmado o probable por COVID-19.

De ahora en adelante, los médicos tratantes ya no tendrán como requisito realizar el panel respiratorio para descartar otras enfermedades antes de poder tomar las muestras para diagnosticar COVID-19 y remitirlas a alguno de los laboratorios autorizados.