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— Mucho ruido y pocas nueces fue lo que dominó la discusión de ayer en torno al tema de “los relatores de la ONU” que ni siquiera los propios diputados terminaron de entender.

— Separemos la paja del trigo y hablemos de los hechos, uno por uno:

  1. Tres relatores especiales nombrados por el Consejo de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) solicitaron información al Gobierno de Costa Rica luego de recibir quejas de los sindicatos respecto al proyecto de ley para regular la huelga y sus procedimientos (que está actualmente en estudio de la Sala Constitucional previo a su votación final).
  2. La carta al Gobierno fue enviada el 7 de octubre y firmada por David Kaye, relator especial sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión; Clement Nyaletsossi Voule, relator especial sobre los derechos a la libertad de reunión pacífica y de asociación; y Michel Forst, relator especial sobre la situación de los defensores de derechos humanos.
  3. Los relatores especiales son expertos independientes nombrados ad honorem por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para examinar e informar sobre la situación del país o a un determinado tema de derechos humanos. No son funcionarios de las Naciones Unidas, esto implica que, naturalmente, la suya no necesariamente representa la opinión del Consejo de Derechos Humanos ni de la Organización de las Naciones Unidas (por eso la oficina de las Naciones Unidas en Costa Rica aclaró el tema ayer). Los informes de los relatores pueden llegar al Consejo que a la vez puede avalarlos o rechazarlos (por ahora, no existe un informe, los relatores lo que solicitaron fue información adicional al Gobierno).
  4. Las observaciones de los relatores son dignas de atención y discusión y fueron bien explicadas a profundidad ayer por Luis Madrigal en Delfino.CR. Ojo, hay que tomar en cuenta que como bien lo indicó Luis (y lo aclararon los sindicatos después) tales comentarios fueron emitidos en torno a un texto distinto al que fue aprobado en primer debate y por ende, visiblemente desactualizado.
  5. En palabras de Lucho: “Ello significa que los relatores no fueron enterados de todos los cambios que fueron realizados en el Plenario vía moción de reiteración, incluyendo el permitir las huelgas contra políticas públicas sin requisito de conciliación previa, la eliminación del requisito de aviso de huelga para trabajadores del sector privado y el no pago de salarios durante la huelga, a menos que que la causa del movimiento sea imputable al patrono”.
  6. Esos ajustes con alta seguridad conformarán parte de la respuesta del Gobierno a la carta de los relatores. Es decir, empezarán por indicar que algunas de las inquietudes manifestadas ya fueron atendidas.

— Eeeeentonces. Existe todo un debate ideológico en torno a lo que sostuvieron los relatores (por ejemplo y muy particularmente en torno al tema de rebajo de salarios durante la huelga) y a partir de ahí cada quien ha dicho que los relatores o son poca cosa o son mucha cosa, o tienen mucho peso, o no tienen ningún peso, etc, etc, etc. Asimismo ha salido a relucir el tema de que la posición de los relatores (en ese particular) no es la misma que la de la propia OIT y entonces va y de nuevo: otro pleito más y cada quien se sienta en su galleta desde su perspectiva.

— El punto es que la única galleta que va a terminar importando es la que en cuestión de días se va a comer la Sala Constitucional. A partir de ahí, veremos. Por lo pronto, los señalamientos de los relatores serán contestados por el Gobierno y apenas tal cosa suceda estaremos atentos para ofrecerles un repaso claro y detallado como el que publicamos ayer pues para eso estamos, para servirles.

Esta nota es parte del Reporte: Salud Mental, Derecho a Huelga y... día ajetreado para Hacienda cortesía de Villalta.