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— Evidentemente el país está preso en un momento de efervescencia durante el cual cualquier chispazo puede dar pie a una innecesaria desgracia. Que en menos de 24 horas caiga un objeto explosivo en Casa Presidencial y otro en la Asamblea Legislativa no ha de ser motivo de orgullo ni satisfacción para nadie.

— Hay que decir las cosas con claridad. Los representantes del sector pesquero tienen todo el derecho a estar indispuestos y molestos y su protesta es más que válida. Como ustedes bien recordarán el pasado martes llegaron a Casa Presidencial a solicitar una audiencia con el presidente. Atención: no es cierto que estaba concertada ni que tenían una cita como sugirieron algunos medios. Dicho lo cual: lo lógico, cuando tenés un grupo numeroso de personas que vienen desde lejos y que están claramente hartas y molestas es re-ci-bir-las de inmediato.

— Pero en Zapote no les da para sumar 1+1 y por eso vimos un cuadro tan pintoresco como lamentable: el pobre guarda de seguridad de pronto enfrentándose solo a una turba que terminó por botar el portón. Naturalmente el gesto de violencia es inaceptable y por eso el propio Mauricio González, (representante del sector pesquero) ofreció una disculpa al pueblo costarricense por lo ocurrido, recalcando que el movimiento sabe que violencia no es el camino.

— Don Mauricio debe saber que se recibe y aprecia la disculpa y que se agradece el necesario llamado a la prudencia, el respeto, la sensatez, el sentido común y el diálogo. Dicho lo cual... ¿Cómo es posible que Casa Presidencial no tenga ningún protocolo serio de seguridad para atender un evento como este? ¿Cómo es posible que a sabiendas de que iban a llegar los manifestantes no tuvieran previsto recibirles y conversar con ellos? ¿Por qué este Gobierno parece carecer de toda mínima práctica de prevención y manejo de crisis?

— Afortunadamente este país está bendito (no hay otra explicación) y aquello no pasó a más. Tan pronto cayó el portón los propios manifestantes se quedaron con cara de “¿Y ahora qué?” y ante la llegada de la Fuerza Pública (mejor tarde que nunca) la situación no pasó a más, pero está claro que los empleados de Casa Presidencial pasaron un susto tan grande como el del temblor de la noche cuando escucharon el cuarto de dinamita (o lo que sea que haya sido) explotar. ¡Todo esto se pudo haber evitado!

— Obvio ahora el director de la DIS dice que van a revisar los protocolos de seguridad de Casa Presidencial. ¡No digás! Pero más allá del evidente estado de exposición en el que está el presidente y sus funcionarios volvemos a insistir en un punto clave: los manifestantes vienen de lejos, llevando sol, enojados, agotados, hartos del abandono de numerosos gobiernos... ¿y a nadie se le ocurre un plan para evitar una crisis? Es que de verdad.

— Recordemos que el sector pesquero lleva años clamando por ser escuchado y porque se les atienda para enfrentar múltiples problemáticas que lo tienen hundido en la pobreza como la pesca ilegal, la contaminación de los mares y manglares y la sobreexplotación de algunas especies marinas, así como la prohibición de la pesca de arrastre que, a pesar de que fue magnífica para el medio ambiente, a ellos se los llevó en banda sin ninguna solución por parte de las autoridades.

— Por eso, y a pesar de varias propuestas y decretos que se han firmado en torno al tema, lo cierto es que hoy lo que impera entre los pescadores puntarenenses es el hambre y el desempleo y ahora, a esa problemática se le viene encima la entrada del IVA, que claramente disparó su angustia.

— De esta manera, así como no es justificable por ningún motivo que una situación escale a los actos de violencia que se presenciaron el martes, tampoco lo es que los pescadores estén hundidos frente a la inacción gubernamental desde hace décadas y que les golpea desde todos los frentes.

— Veamos el caso actual. Presidencia, en medio de esta crisis, prefiere no reunirse con el sector y dejar el encuentro a cargo al MAG e Incopesca (entendemos que la idea sea que lo traten las autoridades a quienes les compete directamente pero en el contexto actual, dar la espalda no ayuda en nada). Mientras tanto, los diputados de la Asamblea aprovechan el momentum para hacer el papel y firmar carticas para Zapote, cuando lo cierto es que en el Congreso tampoco se están moviendo la cosas con la celeridad deseada para ofrecerle respuestas concretas a estas familias.

— Mientras tanto... como decíamos (y como dice todo el mundo) se impone el diálogo efectivo (nada de poner a la Iglesia a “mediar” por semanas) porque los ánimos están caldeados y hay pequeños grupos deseando una chispa para encontrar excusas que faciliten escalar la situación. Ligado a eso una batería de cuentas falsas generan enojo y desinformación en redes sociales y tienen un impacto real en una parte considerable de la población. Estamos, pues, jugando con fuego.

— Por eso es imperativo subrayar que la violencia que estamos atestiguando no es para nada “anecdótica”. Ayer en la madrugada, al menos tres hombres lanzaron un explosivo contra la oficina de la diputada Zoila Volio Pacheco y aunque al principio se habló de una bomba molotov, en la tarde la legisladora aseguró vía Twitter que aun no se conoce con precisión qué tipo de dispositivo fue el que se lanzó. Solo se sabe que esos tres hombres están siendo buscados por la DIS, el OIJ y la Fuerza Pública como sospechosos del caso, pues quedaron grabados en los videos de seguridad de la Asamblea.

— Por ello, aunque se reportaron daños solo en la cristalería de la oficina de la diputada, dada la dureza de los muros, lo cierto es que el director del OIJ, Walter Espinoza, aseguró en conferencia de prensa que existió la posibilidad de incendio mientras que Volio, por su parte, afirmó a diversos medios de comunicación que previamente había recibido dos llamadas de forma anónima y desde un teléfono privando en las cuales amenazaron su integridad física, luego de tratarla de “bocona” por sus intervenciones en el periodo de huelga de educadores del año pasado.

— Quisiéramos creer que se trata solo de un par de hechos aislados que no van a pasar a más, pero lo cierto es que no podemos no levantar la alerta porque, pregunta infaltable aquí ¿qué es lo que está pasando con la seguridad de los supremos poderes de la República? ¿Cómo es posible que en menos de 24 horas se registren dos eventos como los descritos con tanta facilidad? ¿Tan fácil es atentar contra un supremo poder en el país?

— En el contexto de evidente descontento en el que vivimos (que las imágenes de lo que pasó ayer en una manifestación en Upala lo ejemplifiquen), estos incidentes no dan para ningún choteo ni mucho menos para la irresponsable especulación. En el momento en que una persona salga seriamente herida todos los que se golpean el pecho van a dimensionar por qué repetimos una y otra vez que la violencia no es nunca el camino.

— Por eso motivo celebramos y agradecemos que ayer en la tarde varias legisladoras de todas las fuerzas políticas se unieran para llamar a la ciudadanía en general y organizaciones sociales a mantener la calma y a respetar la paz social. En este momento todos los sectores de la sociedad deben de “ponerse la camiseta” y apuntar a soluciones pacíficas al creciente malestar ciudadano.

— Es comprensible que la ciudadanía esté preocupada y que existan sectores, como el pesquero por ejemplo, cargados de enojo tras años de olvido y abandono; sin embargo la violencia no es ni debe ser nunca, la vía para canalizarlo. No podemos, como costarricenses, dar por sentado el país que hemos heredado.

— Por eso hay que tener muchísimo cuidado con todas las páginas que en redes sociales están clamando por vías violentas para ver un cambio, pues el diálogo debe mantenerse siempre abierto (¿leyeron bien en Casa Presidencial? ¡siempre abierto!) ya que buscar soluciones pacíficas y conversadas es la única manera de reducir el descontento antes de que la etiqueta de país de paz que ahora tenemos desacomodada, se nos caiga.

Esta nota es parte del Reporte: En medio de los brotes de violencia, prevalecen los llamados a la sensatez