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— No existen datos recientes sobre la cantidad de abortos clandestinos que se producen en Costa Rica cada año. La última investigación al respecto fue la de la Asociación Demográfica Costarricense (ADC) y se realizó hace más de una década (entre 2007 y 2008). Por eso solo a este estudio podemos acudir como referencia y por eso es que tenemos que quedarnos con el desactualizado dato de que, hace diez años, sin Facebook ni Whatsapp, se producían 27 mil abortos inducidos por año.

— Con lo que podemos ir llenando los vacíos es con que la Caja registró que, entre 1997 y el 2017, un total de 97.984 mujeres llegaron a hospitales con complicaciones a raíz de abortos incompletos: es decir, aproximadamente 4.899 por año. Por su lado el Ministerio Público registró, entre 2009 y 2018, 253 denuncias por abortos...

— Así, con tan poca información, sería cómodo pensar que como en Costa Rica la práctica está penalizada, nadie aborta... pero ese no es el caso. Hagamos un ejercicio: pongamos "cytotec Costa Rica" en el buscador de Google y veamos los resultados. Son decenas de páginas que ofrecen métodos abortivos: cytotectico.com, cytotecencostarica.com, costaricacytotec.com, etc., etc., etc.... Son páginas que llevan denunciándose desde 2014 y que ahí siguen, como claro ejemplo de toda una red que opera clandestinamente y de la cual muchas, muchas personas pueden dar fe.

— Con este panorama ¿cómo va a saber el país cuántos abortos clandestinos se producen al año y cómo va a atender el mercado negro? Pues justo de eso es de lo que trata la investigación que el Semanario Universidad y el programa Punto y Aparte nos presentaron ayer miércoles, en la edición semanal del medio universitario.

— La investigación expone los casos de mujeres que, en diferentes condiciones, han abortado clandestinamente en el país: desde las que contaron con el apoyo de la familia y amigos en el proceso, pasando por las que lo hicieron solas y sin apoyo de nadie, hasta las que prefirieron la clandestinidad porque, aunque el embarazo ponía en riesgo la vida de la madre, la opción era más viable que quedarse esperando que el Gobierno defina cómo va a regular el aborto terapéutico.  El Semanario también expone casos de hombres trans que también han pasado por una situación similar.

— Uno de los casos a los que Universidad hace referencia es el de Fernanda. Según relata la investigación es una mujer madre de una hija que sabía, por dictámenes médicos, que su cuerpo no iba a aguantar otro parto más, pues padece de una condición especial en la sangre, llamada incompatibilidad Rh. Así, en teoría, ella podría haber accedido a un aborto terapéutico pero dado que el tema no es prioritario para las autoridades, decidió, desesperada, contactar por internet a la "doctora Ani", una supuesta médica de la Caja que le vendió 36 pastillas que supuestamente interrumpirían su embarazo. Ojo el nivel de clandestinidad de esta historia, que Fernanda relata que:

En las pastillas que le compré a esa señora gasté mi salario completo, medio millón de colones. La doctora me dijo que tenía que seguir comprando y que ella tenía una casa de empeño donde podía dejar mi computadora o el carro y que ella me daba lo equivalente en pastillas a eso.

— ¿Una supuesta doctora de la Caja que tiene una casa de empeño para vender pastillas supuestamente abortivas? Ajá, eso es lo que cuenta Fernanda. Al final, por supuesto, las pastillas no hicieron efecto y terminó contactando a una organización feminista (no dice cuál) donde le recetaron un inhibidor de progesterona y dos misoprostol. Eso sí funcionó.

— Ahora bien ¿qué es el misoprostol? El misoprostol es uno de los 3 métodos más utilizados para inducir el aborto en Costa Rica: la investigación señala que destaca junto a la aspiración manual uterina y a la dilatación y curetaje (el legrado). Estos últimos dos métodos se usan más en las áreas urbanas de nuestro país, pero el misoprostol, que comúnmente se vende como cytotec en las abundantes páginas clandestinas, se usa en todo Costa Rica y así lo revelan los datos de la Asociación Ciudadana Acceder. Este es un medicamento que se receta como protector estomacal, indicado para úlceras de estómago y duodenales pero, como su principio activo es el misoprostol, también provoca contracciones en el útero que facilitan que se expulse el feto o el embrión. Según la investigación del Semanario, el costo económico de estas pastillas puede ascender hasta los 350 mil colones pero el riesgo puede ser tan alto que el costo en esa vía es incalculable.

— El reportaje nos relata la historia de María, una mujer que asegura que luego de realizada la compra y de haber abortado, empezó a recibir llamadas extorsivas por parte de la mujer que le vendió el medicamento: "Vea mamita le voy a decir algo: al muchacho que le llevó las pastillas le cayó el OIJ y yo sé que fue usted, yo sé quién es usted, cuántos años tiene su hija". Ahora, y fuera de cualquier juicio moral ¿qué hace uno en esa situación? ¿A quién llama? El artículo 119 del Código Penal castiga "con prisión de uno a tres años a la mujer que consintiere o causare su propio aborto" así que la mujer queda desamparada y a merced. Eso, y la falta de información al respecto, es lo que alimenta al mercado negro.

— Por otro lado, tampoco es como a la hora de la verdad el aborto se haya penalizado mucho: la investigación detalla que el Ministerio Público reporta que entre 2009 y 2018 solo han sido condenadas cuatro personas por denuncias relacionadas con abortos y solo una de ellas es una mujer. Así, aunque el jefe de Perinatología del Hospital San Juan de Dios, Eugenio Calderón, asegure en el reportaje que “cuando nosotros detectamos un aborto incompleto hay que reportarlo a nuestras jefatura, de la jefatura a la dirección, a la dirección de enfermería y al Organismo de Investigación Judicial, y ellos vienen a hacer secuestro de pruebas y expedientes", los datos son suficientes para demostrar que el acceso es "sencillo", la penalización es poca y, por tanto, abortar en este país no está tan pegado del cielo como tantas personas creen.

— Lo que sí está pegado del cielo es que ese aborto deje de producirse en situaciones de riesgo ¿y quienes son las que más se exponen a este riesgo? Según señaló la activista de ACCEDER, Laura Valenciano, en el programa Irreverencias de Palabra de Mujer, las mujeres más pobres:

La condición de clandestinidad nos va a afectar de manera diferenciada: este es un tema de clase. Si vos tenés capacidad económica y me decís que querés resolver una situación porque no querés ser madre y tenés un embarazo no deseado, mi recomendación, si tenés las capacidades económicas, es salir de aquí y hacerlo en un lugar donde sea legal, bajo condiciones de salud óptimas y ese es el tema: que en qué condiciones abortaría yo, depende del tamaño de mi billetera y yo creo que eso para nosotras en general, ha sido el motor de por qué hay que decir esto ya.

— Valenciano agrega que "yo no quiero que nadie tenga que abortar, yo quiero que las mujeres sean libres de decidir si necesitan ese aborto y si lo deciden así, que tengan los servicios necesarios para tenerlo, eso quiere decir los mecanismos modernos más adecuados y menos invasivos, información y educación sexual" pero eso no va a pasar si seguimos ignorando el tema y seguimos dejándoselo a la merced a comerciantes ilegales.

Bonus Track: Argentina: Proyecto de aborto legal es presentado al Congreso por octava vez.

Esta nota es parte del Reporte: De Aldesa, Japdeva y un incómodo reportaje sobre el aborto.