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— Para los que han pedido un homenaje a los reportes de antaño, acá les dejo un punto en modalidad “vieja escuela”. Vamos pues, Caso Céspedes: repaso histórico, contexto y actualización.

— Wálter Céspedes fue electo diputado por el PUSC en 2010 (previamente en 1998). En 2014, al terminar su segundo periodo, se quedó en el Congreso como una suerte de “diputado fantasma”, siempre trabajando para la Unidad Social Cristiana pero ahora como jefe de asesores.

— En el año 2016 entró a la Corte la famosa denuncia anónima contra Walter Céspedes (PUSC) Otto Guevara Guth (ML) y Víctor Morales Zapata (PAC) por tráfico de influencias en beneficio del empresario Juan Carlos Bolaños. Por cierto: ¿Quién habrá sido este denunciante anónimo? Call me, maybe?

— A estos caballeros se les acusaba de haber recibido pagos para darle una manita a Bolaños (alias Pulpito) quien necesitaba manijas céleres y oportunas por todo lado (Poder Legislativo, Poder Ejecutivo, Poder Judicial, Banca, Aduanas) para poder importar el cemento chino y hacer su negocio con el BCR.

— Como Guevara Guth y Morales Zapatas eran diputados la investigación le tocaba al fiscal general Jorge Chavarría, alias “Padrino de Celso”. La causa de Céspedes al no ser congresista cayó en manos de la fiscala auxiliar de la Fiscalía de Probidad, Transparencia y Anticorrupción, Sussy Valverde Ávila.

— Como es por todos sabido el OIJ investigó la actividad telefónica entre Juan Carlos Bolaños, Otto Guevara, Víctor Morales y Wálter Céspedes entre mayo del  2014 y agosto del 2015... registrando 1.083 llamadas. Elemento de sobra para darle caña a la investigación. La Sala III (que llevaba el caso de Guevara y Zapata) sabía esto y de todos modos decidió desestimar el caso.

— Naturalmente cuando la movida fue de conocimiento público implicó el desprestigio absoluto de la Sala III que desde el escándalo se cayó a pedazos. Han salido por uno u otro motivo Celso Gamboa, Carlos Chinchilla y Doris Arias. El único titular que firmó esa desestimación y se mantiene a bordo es Jesús Ramírez (el famoso magistrado de lujo).

— Me veo obligado, en nombre de la memoria histórica, a recordarles un extracto del infame documento de desestimación redactado por Carlos Chinchilla, entonces presidente del Poder Judicial:

Las pesquisas llevadas a cabo por la representación fiscal, no permiten vincular con el grado de probabilidad razonada la denuncia interpuesta; y para llegar a tal conclusión el Ministerio Público procedió con una serie de investigaciones, que a lo sumo arrojaron como resultado un tráfico de llamadas entre los diputados Otto Guevara Güth y Víctor Morales Zapata, descartando cualquier contacto por este medio con el señor Juan Carlos Bolaños Rojas dueño de la empresa SINOCEM S.A.. Por lo que resulta inviable acreditar, bajo el grado de probabilidad, cualquier vinculación directa que medie entre la empresa SINOCEM S.A. o su propietario Bolaños Rojas, con el diputado Morales Zapata.

— Sin comentarios.

— Volvamos a Walter Céspedes. Su caso, como dijimos, no iba a Sala Tercera y no lo llevaba “Chava”. Pero pero pero la fiscala Sussy Valverde Ávila también decidió desestimar su causa. Según explicó entonces la propia funcionaria ella tomó esa decisión amparada en la recomendación del propio Chavarría.

— Céspedes quedó (al menos hasta entonces) a salvo. Al calor de todo este episodio, aplicó una movida que otros de los recién aludidos también jugaron en su momento: pensión express. El entonces diputado del PUSC Rafael Ortíz lo amparó diciendo que era una decisión tomada “tiempo atrás” porque Céspedes ya tenía las cuotas y tenía 64 años. “Me dijo que quería regresa a Limón y dedicarse a sus quehaceres”. Mmm ya.

— Costarricenses, que no quede duda. Dedicarse a “sus quehaceres” en política criolla significa que si uno está hasta el copete de cuestionamientos se hará a un lado, dejará que baje la marea y... volverá a la política.

— ¿Por qué lo digo? Porque ahora Céspedes ha sido elegido por el PUSC para ser el flamante candidato a la alcaldía de Matina. Mjm. Esto a pesar de que el propio PUSC, en aquel momento, quiso desconocerlo por completo.

— Sí Costa Rica, memoria histórica. Citemos a Rodolfo Piza: “Don Wálter no es parte de nuestro equipo, no es parte del partido Unidad Social Cristiana, no es parte de la campaña del PUSC”. Doble puntaje a las declaraciones de Guillermo Carazo, quien era el jefe de campaña de Piza: “Él es un particular que formó parte de este partido en algún tiempo pero desde hace rato no lo es”. Donde dice “desde hace un rato” debe leerse: hace un mes. Plop!

— Obviamente en campaña había que fumigarlo porque recordemos que tras pedir la jubilación en el Congreso la Fiscalía le cayó con con el famoso allanamiento 2x1 que dilapidó la candidatura de Víctor Hugo Víquez (PLN) a la diputación por Heredia.

Dato D+: Ya a Céspedes lo habían allanado en el 2003 cuando era diputado por otro caso. Pero como aquel trabajo estuvo a Cargo de Chava resulta que lo hizo mal y... tuvo que repetirlo. Legítimo “acá están sus documentos, regresamos después”. ¡Plop! En aquel entonces —en la segunda visita— Céspedes dijo: “Como me recomendaron mis abogados, calladito más bonito. No lo sé”.

— En fin... mucha agua ha pasado desde todos estos incidentes recién relatados y ahora el hombre fue electo días atrás como candidato a alcalde en una asamblea cantonal en la cual, por cierto, fue el único candidato. Nótese que el PUSC tiene suspendida —convenientemente— la investigación interna contra Céspedes en el Tribuna de la Ética. Ahí están, a la espera de que el Ministerio Público decida por ellos.

— Nótese también que esta noticia (su candidatura) trasciende solo días después de que la Procuraduría de la Ética hiciera saber al Congreso que tras investigar a CéspedesSe presume que, con su actuar, violentó el deber de probidad al no velar por los intereses de la colectividad, sino del empresario Juan Carlos Bolaños al presionar a la presidenta de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) para que se resolviera el finiquito del contrato, con lo que vulneró los principios de objetividad, independencia e imparcialidad, que deben regir el ejercicio de su función pública”.

— Por cierto, esa presidenta del CNE a la que ahí se alude es Vanessa Rosales, a quien rogué los diputados de la Comisión del Cemento entrevistaran porque habrían encontrado elementos más que preocupantes sobre este caso, pero no me dieron pelota. Doña Vanessa tuvo que soportar comportamientos inadmisibles de varios de los personajes principales de “El Cementazo”.

— Recordemos una vez más (amerita) las palabras de la exdiputada Patricia Mora cuando aludió a esta situación, allá por noviembre del 2017:

Queda claro: JCB, autodenominado “pulpito”, posó uno de sus tentáculos, desde hace muchos años, en el PUSC. Y ese tentáculo le era muy útil: le servía, todo indica, para presionar indebidamente a la CNE para pelear por contratos, por medios evidentemente antiéticos y seguramente ilegales.

— Ahora bien. Ayer, en medio de toda esta nueva trama, CR Hoy nos contó que Céspedes anda repartiendo comunicados en los que asegura que estas investigaciones del PEP nada tienen que ver con El Cementazo.

— Ehm, señor, ¿cómo le explicamos? El Ministerio Público lo está investigando precisamente por ese caso. Si usted es de los que piensa que El Cementazo se limita al BCR... agarre una tarde y se pone al día con los reportes del 2017... porque viera usted. Esto trasciende al BCR, alcanza a varios bancos estatales, a varios gobiernos, a varios partidos políticos... y precisamente por eso la investigación ha llevado tanto tiempo.

— Tan es así que este extenso resumen alcanza apenas superficialmente la participación de una de las (hasta ahora) 26 personas investigadas. A las crónicas del cemento le quedan muchas páginas por escribirse. Sería conveniente no olvidar con tanta facilidad (o conveniencia) las primeras.

Esta nota es parte del Reporte: Etanol: desastre al por mayor. Céspedes: un caso que hay que refrescar.