1.

El valor de lo simbólico

— Empecemos por hablar del elefante en el cuarto. Si algunos costarricenses quieren ponerse grandilocuentes y hablar —quizá en exceso— de la Tercera República el Gobierno de Unidad Nacional o la Costa Rica del Bicentenario a mí no me quita un segundo de sueño... siempre y cuando todos estos términos no terminen reducidos a una de esas campañas de expectativa que recordamos por el rin rin y no por los helados.

— Ahora bien, esta introducción me obliga a abordar —una vez más— el valor de lo simbólico. Empecemos por citar a Kevin Casas, cuyas palabras me parece siempre hay que escuchar/leer con atención. Dijo ayer: “Consejo respetuoso al nuevo gobierno: es bueno moderar la obsesión con los símbolos, la compulsión de mostrar que son distintos, virtuosos y “cool”. Importa menos lo que ustedes son, que lo que hagan por la gente. Obras son amores. De eso se trata gobernar: resolver problemas”.

— Lamenté leer algunas de las respuestas a su comentario, con las clásicas falacias ad hominem a la orden del día. No solo sobra ese tipo de “debate”, elude abordar el tema de fondo. Recordemos que aquello de esperar siempre lo peor de los demás lejos de hablar de “el otro” habla de nosotros. Se parte de que Casas va con el serrucho y se deja de lado la oportunidad de entrarle a una valiosa discusión...

Consejo D+: “Yo como principio cuando estoy prejuiciado contra alguien borro el nombre y solo leo lo que dice”. Me lo comentaron ayer. ¡Qué oportuno!

— Casas en realidad no está insinuando que lo simbólico no importe. Lo que hace es recordar(nos) que no solo de pan vive el hombre y que el camino al infierno está pavimentado en buenas intenciones. Como en cualquier disciplina de la vida hay que ir más allá de creérsela, hay que ganársela.

— Esta reflexión no debe, sin embargo, leerse como un llamado a ser cínicos o mezquinos porque ese es un lujo que el país en este momento no puede darse. Precisamente por eso no hay que perder de vista que sí, que todos los “símbolos” de ayer importan y mucho. La locación del traspaso, el bus de hidrógeno de Chang, la bicicleta de Carolina Hidalgo, la invitación a Sean Miranda... todas estas decisiones responden al mandato del soberano y ponen en evidencia que la institucionalidad ha escuchado.

— “Lo que no se menciona o visibiliza, no existe” me dijo ayer una querida amiga. Tal cual. Por ese motivo puede uno entender el afán de Carlos de “machacar” durante su discurso en estos y otros elementos en lo que por momentos —como advierte Casas— podía cansar o sonar a autobombo. No importa: que canse. Y que canse mucho, porque un millón de veces más cansado ha sido para todas las minorías haber sido relegadas e invisibilizadas durante tantísimo tiempo.

— Precisamente ahí es donde está el verdadero desafío —y me atrevo a decir a esto apunta Kevin—: hay que saber dar el siguiente paso y mostrar que todo este compromiso no es flor de un día sino más bien cosecha en ciernes. Me parece que a esto apunta también —con atino— Margarita Salas (presidenta del partido Vamos) cuando escribeeste titular habla de cuan dominada está la política por hombres, mayores, heterosexuales que la sola introducción de algunas mujeres, jóvenes y gays se interpreta como una toma del poder... cuanto nos URGE diversificar los espacios de toma de decisiones”.

— Margarita se refiere a la nota de Univisión titulada Jóvenes, mujeres y gays en el poder: la revolución silenciosa del nuevo gobierno de Costa Rica y tiene razón, si algo evidencia todo lo que ha ocurrido en las últimas semanas es lo mucho que urge seguir trabajando (el TSE y la Sala Constitucional han dado primeros y muy importantes pasos) y mucho en una democracia más equitativa más representativa y menos elitista.

Dato D+: Retomando aquello de "lo que no se menciona no existe" me vienen a la cabeza las palabras de Amy Goodman cuando dice que nunca sabremos cuánta gente murió realmente en el 9-11 porque “a quienes no se cuenta en vida tampoco se cuenta en la muerte: las personas sin hogar que estaban alrededor del World Trade Center y los trabajadores indocumentados que podrían haber estado ahí ese día”.

2.

El mensaje de Alvarado

— El discurso de Carlos Alvarado fue menos emotivo que el de Luis Guillermo Solís y lo mejor que podemos hacer es agradecerlo. Es cierto —ya lo hemos dicho— que Alvarado no es el mejor orador y también es cierto que no le escriben piezas particularmente memorables. Sin embargo, en este momento, mejor así.

— Carlos no puede llegar sacando más pecho de la cuenta porque simple y sencillamente no corresponde. Ya lo dijimos antes, para el grueso del electorado —así funcionan las mayorías— su elección fue un alivio pero está claro que aquel alud de respaldo —que le permitió vencer a Fabricio por más de 460.000 votos— distó de representar un —por usar el término favorito del Frente Amplio— cheque en blanco.

— Claro que fue histórico el mandato del pueblo, pero no precisamente porque Carlos o el PAC enamoraran. Bien hace entonces el presidente en tener esto muy presente y en mantener su discurso a tono con las circunstancias, sin aspavientos, sin promesas absurdas, sin pedradas innecesarias, aterrizado y puntual. Y sí, quizá un poco más solemne de la cuenta.

— Ahora bien, que Carlos no “emocione” es irrelevante. Lo que el país requiere no es un “carajo simpatiquísimo” al frente, mucho menos un amigo. Costa Rica necesita un líder a la altura de las circunstancias capaz de caerle mal a tanta gente como sea necesario con tal de defender el bienestar de la colectividad.

— Un país más equitativo, más inclusivo, más democrático, más libre, más educado, más seguro, con más y mejores oportunidades para todos sus habitantes no se construye quedándole bien a todo el mundo. Siempre habrá voces que opongan resistencia al progreso (o a la pérdida de privilegios incompatibles con el progreso) así que Carlos tendrá que sacar lo mejor de sí mismo (como bien dijo ayer) para enfrentarlas.

— Rescato entonces las palabras de Daniel Schuster: “Mi principal expectativa de Carlos Alvarado a partir de mañana es que gobierne, es decir que tome las decisiones difíciles e impopulares que hacen falta. Lamentablemente a veces es más fácil dedicarse a asumir las funciones protocolarias para no perder popularidad”. Póngale la firma.

 

3.

La Costa Rica de Pato

— Ayer ser viralizó en WhatsApp un emotivo mensaje (ver: Palabras Prestadas) sobre el traspaso que se la atribuye a David Gómez Murillo y que concluye con una línea épica: “Por cierto, ese hombre se hizo su propio desayuno esta mañana. No se lo hizo su esposa”. David, tras el cierre cómico, agrega una línea más: “Señales de cambios que se van a profundizar”.

— El texto completo es un recuento de muchos de los elementos simbólicos del traspaso ya rescatados en el primer punto de este reporte. Se suman, además, otros propios de nuestra idiosincrasia (abolición del ejército, etc). Y se concluye así, con ese guiño de humor, con la esperanza de que el periodismo del mañana no va a llegar a preguntarle a la esposa del presidente qué le hizo de desayunar...

— Después, como ya acoté, llega ese elemento clave —y a mis ojos siempre necesario— de esperanza: “señales de cambios que se van a profundizar”. De nuevo, lo dicho, bien por la señales, pero nada hace uno con que le avisen que faltan 15 kilómetros para el Poás si a mitad del camino la nave se queda sin gas.

— Por eso me alegró leer al propio David agregar, a modo de comentario de su propio texto, la siguiente línea: “Debemos estar alegres pero con los pies en la tierra, para ser una ciudadanía fiscalizadora y crítica. Es nuestro deber”. ¿Ven? El mismo autor del ensayo que tiene a todo el mundo a moco pegado aplicó un #KevinCasas de ubicatex.

— Yo lo aplaudo y lo celebro porque el camino a la Costa Rica de Pato (mi versión de la Costa Rica del Bicentenario) no puede ser otro que el camino del equilibrio, no el del fanatismo. Podemos y debemos entusiasmarnos pero no por eso debemos pecar de inocentes o mucho menos de irresponsables.

— Nuestro proyecto (Delfino.CR) pretende precisamente eso: interesarle a usted en política y entusiasmarle para que junto a nosotros dé forma a esa ciudadanía fiscalizadora y crítica de la que habla David ¿Para qué? Para Pato ¿Quién es Pato? El bebé de la fotografía que ilustra el reporte de hoy.

— Pato tiene dos años. Ayer Repretel lo sorprendió con Marcelo, su papá. También lo capturó Teletica (de ahí tomé la foto). Pato es nuestro niño símbolo. Su padre lo llevó al traspaso porque “esta clase de actos necesita testigos y qué mejor testigo que él”. Lo que Repretel no sabe es por qué Marcelo dice lo que dice. Cuando regresemos... ¡la historia!

— A ver...

— Mi madre no es abuela y nada indica que lo vaya a ser pronto. Pato, entonces, viene siendo actualmente lo más cercano a un nieto para Tere. Pato es hijo de Alejandra y de Marcelo. Marcelo es hijo de la dictadura. Entiendo, cuando escribo eso, todo el peso que tiene la expresión. Marcelo me hace pensar en Chile y Alejandra me hace pensar en Nicaragua y ver a mamá alzando a Pato cuando la visita me hace pensar en Uruguay.

— Yo nací en Costa Rica, en el 80. Acá me vino a tener mamá. Si me hubiese parido en Montevideo —la ciudad de mis padres— no habría nacido yo en democracia. Se lee facilito. No lo es tanto.

— En alguna ocasión en la que Ale, Marcelo y mamá han conversado en la sala de la casa de mi vieja, me han asaltado estos pensamientos. También, por cierto, los escuchaba mi padrastro, Pedro, colombiano. Piénsenlo: otra nación marcada por el dolor.

— “Qué será lo que tiene Costa Rica...”. La frase —o algo en esa línea— me la dijo con cariño y con dolor mamá, días atrás, cuando supimos que en Nicaragua otra vez las calles se llenaban de sangre y de tristeza: el Gobierno estaba matando estudiantes. Nicaragua, la misma que mientras usted lee estas líneas se prepara para reclamar hoy la democracia que nosotros celebramos ayer...

— Mamá, ¿qué será lo que tiene Costa Rica?

— Pato acaba de cumplir un año con Ale y con Marcelo. El Estado les dijo, semanas atrás: “está bien, este niño es suyo, este niño lleva sus apellidos". Ale me avisó por WhatsApp. Lloré. Lloramos. A Pato, la vida, le dio una segunda oportunidad. A Costa Rica, la historia, se las da todas. Y Pato sostiene esa bandera en la foto como si lo supiera.

— Hoy podemos aprovechar una más. Otra. Carlos. Su gente. Nosotros. Hoy podemos todas, todos, sacar adelante esto. Dejar de hablar de la Tercera República y empezar a construirla. Dejar de pensar en la Costa Rica que recibe Carlos y empezar a trabajar en la Costa Rica que recibirá Pato. Nos quedan 16 años. ¿Qué clase de país le queremos entregar?

 

4.

Barra de Prensa

Ayer salió a la luz la primera etapa de delfino.cr/Asamblea, una herramienta que creamos para acercar a la ciudadanía al quehacer de la Asamblea Legislativa de modo tal que podamos juntos ejercer un verdadero control ciudadano. Como ayer la sesión de plenario fue únicamente la juramentación de Carlos Alvarado como presidente, hoy en edición especial abierta, Luis Madrigal presenta los detalles de esta nueva plataforma.

5.

Barbas en remojo

Como habrán notado ya estrenamos una nueva cara en Delfino.CR. Nos falta afinar algunos detalles en diseño y programación así como habilitar un par de secciones, tapar un par de goteras y ajustar algunos cables pero ya se pueden ir dando una buena idea de hacia dónde irá evolucionando el proyecto. Sobra decir que estamos agotados pero muy, muy entusiasmados y muy, muy agradecidos. El año pasado arrancamos Victoria y yo lado a lado con un par de computadoras curando noticias para una lista de correos y hoy ya vemos —por ejemplo— a Luis Madrigal liderando Barra de Prensa y echando a andar una iniciativa tan emocionante como Asamblea. Promete, y mucho, así que no se queden sin leer la explicación que nos preparó el propio Luis sobre esta nueva sección. Poco a poco les iremos comentando sobre los otros “canales” del proyecto.

 

6.

Palabras Prestadas

Educación, seguridad, salud, ambiente, movilidad urbana, empleo y estabilidad fiscal son sus objetivos. Prudencia, innovación, diálogo, unión y "seguimiento feroz", sus métodos. La articulación dependerá de los proyectos. Ellos son el gran reto de Carlos Alvarado. ¡Éxitos!

Eduardo Ulibarri.

Hoy en un pequeño país centroamericano un hombre de 38 años llegó en un bus de hidrógeno escoltado por ciclistas al lugar donde hace casi 70 años otro hombre "demolió" el ejército de ese país de un mazazo.

Ahí recibió de manos de una joven mujer, que llegó en bicicleta a ese lugar y que preside el Congreso de la República, la banda presidencial que lo acredita como Presidente de la República por los próximos cuatro años, en medio de música clásica ejecutada por una banda civil, no militar, dirigida por una mujer. Minutos antes había ingresado al recinto el Pabellón Nacional, cargado por estudiantes de secundaria, no soldados.

Entre tanto, había vítores en una plaza abierta llena de gente común y corriente, y los ojos de 109 representantes de naciones del mundo.

Por cierto, ese hombre se hizo su propio desayuno esta mañana. No se lo hizo su esposa.

Señales de cambios que se van a profundizar.

¡Adelante Costa Rica!

David Gómez Murillo

 

7.

Botonetas

René Montiel se puso la cámara al hombro y nos preparó un nuevo video sobre el Traspaso de Poderes. ¡Lléguenle!

— Coro de Alemania envía mensaje a Nicaragua y dedica icónica canción Nicaragua Nicaraguita de Carlos Mejia.

— Nuevo video de mis adorados amigos de WhyMaps: Cómo evitar el Cambio Climático MUY RÁPIDO #MeimportaelCambioClimático