Calidez humana. En una reciente visita, pude comprobar parte de la realidad del distrito puntarenense de Cóbano. La misma está compuesta por su belleza natural, particularmente, las zonas de Montezuma y Santa Teresa; además la calidad humana de su pueblo, personas de bien, atentas a los turistas. Incluso, las redes sociales explotaron con la presencia de Beyoncé en la zona —hace unos meses—. O bien, cada vez que Tom Brady visita, convirtiendo a Cóbano en el epicentro de la atención mundial, y ni que se diga de la reciente visita de Shakira.

¿La próxima Tulum? Un reciente reportaje de la cadena BBC, dejó a entrever que, la zona ubicada en el Golfo de Nicoya podría ser presa de su propio “éxito”, y que, además, lleva un rumbo similar al del paradisíaco Tulum, en la Riviera Maya. Al respecto, se señaló que:

Hoy en día, su estrecha carretera a lo largo de la playa está repleta de más de un centenar de hoteles y restaurantes. En temporada alta, se llena tanto que llegar al centro de la ciudad, situado a tan sólo seis kilómetros de distancia, puede llevar hasta dos horas”.

Por ello, la analogía con la comunidad mexicana parece ser certera, ya que hay una situación que me conmovió en este viaje, cual es el desorden vial que impera principalmente, en Santa Teresa, ya que, en el caso de Montezuma, es mucho menor la problemática, probablemente porque la filosofía de sus habitantes es diversa, notándose a leguas que hay una comunión más estrecha con la naturaleza. Ante esto, hablando “de natura”, ambas zonas son hermosas, pero son tan diversas, ya que mientras Montezuma está rodeada de bosque, y los animales (cariblancos, guatusas, congos, etc.) andan a sus anchas; mientras que, el estrambótico desarrollo de San Teresa ha disminuido la posibilidad de ver a dichas especies, por el evidente impacto humano en su ecosistema. Por ejemplo, el señor Jorge Serendero indicó que: 

Cada año mueren 100 mil mamíferos marinos y 1 millón de aves, al confundir con alimento los microplásticos, estos les obstruyen la garganta o el tracto digestivo causándoles la muerte por inanición o malnutrición. Los seres humanos también forman parte de esa lista en peligro, pues se han encontrado microplásticos en el aparato intestinal y la placenta humana, provenientes de la ingesta de productos marinos”.

En igual sentido, el ritmo trepidante de Santa Teresa no pasa desapercibido, ya que, es descomunal la cantidad de personas que pasan de un lado a otro, ya sea en sus “cuadras” de alquiler, en bicicletas, motos con adaptaciones especiales para llevar sus tablas de surf, siendo que, en verano las nubes de polvo están por doquier, y la ausencia de aceras ponen en peligrosa situación a las personas que transitan.

En algún momento, mientras observaba esa jungla de gentes y medios de transporte discurrir por una vía tan desordenada, llena de huecos, sin asfalto, y estrecha, pensé que a los turistas no les desagradaba del todo, como sí fuese parte de la aventura, lo cual me llamó a la reflexión, porque en cambio, los dueños de los locales sí parecen padecer los estragos del polvo, y del barro en la época lluviosa; y en verano, desperdician el agua escasa, precisamente en mojar la vía polvorienta, y nadie hace nada.

La pequeña “Buenos Aires”. Del mismo modo, hablando de Santa Teresa, es súper interesante que, en cada local te puede atender un extranjero, sobresaliendo los argentinos, y de ahí pongo en contexto el tema, con base en un interesante reportaje de la cadena BBC, la cual dejó revelados los pro y los contras de la popularidad de la zona, veamos: por ejemplo, como para  “Favio López, intendente (alcalde) de Cóbano, los argentinos vienen a cubrir carencias de parte de la población local como el no dominar un segundo idioma para atender a los visitantes, pero también ve un punto negativo en su presencia. La mayoría de argentinos que trabajan en la zona no aportan nada al Estado, están contratados de manera informal y algunos trabajan solo por las propinas. Usan el sistema del pueblo, pero no tienen permiso de trabajo ni cargas sociales".

Este aspecto nos debe llevar a un profundo análisis, ya que, con la tasa de desempleo imperante (10,4%), ¿qué han venido haciendo los gobiernos en el tema de la educación?, ¿por qué no hay costarricenses —suficientes— que hablen una segunda lengua? ¿Por qué el INA, colegios técnicos y universidades no logran capacitar a personas para atender a los turistas? O ¿Acaso es una excusa para contratar a personas extranjeras sin el pago de las cargas sociales?

Dejo la interrogante al lector, y ojalá el Gobierno, ponga cuidado a esta temática de suma importancia, que está íntimamente ligada al tan conocido rezago educativo en el país, la mala educación en el aprendizaje de los idiomas, y demás problemas que sufre el sistema educativo. Claro está que, en nada colabora la reciente intervención del señor presidente, en donde cuestionó los reproches de un número importante de estudiantes que se apersonaron a la celebración de la Anexión de Nicoya, o bien las críticas infundadas, en contra de la enseñanza de las humanidades en las universidades públicas, por lo que faltará un análisis maduro en cuanto al tema.

Cantonato para Cóbano. Considero que, el otorgamiento de la condición de cantón es una necesidad para Cóbano. Actualmente, ostenta la figura de intendente, estipulada en la Ley general de concejos municipales de distrito (número 8173). Ahora bien, “… dichos concejos funcionan con autonomía, pero la ley estipula que para convenir alianzas con sus similares o con otras municipalidades requieren de la aprobación del municipio del cantón al que pertenezcan”. Al respecto, es llamativa la posición del gobierno de la República, al mostrar su preocupación en torno a la creación de más cantones. En esencia, la crítica viene del fraccionamiento del país, sin contar con los estudios técnicos pertinentes, siendo que, al respecto pidió la jerarca de Mideplán, Laura Fernández, a la Asamblea tomar en cuenta:

un conjunto de aspectos técnicos, como la cantidad de población, la conveniencia y el manejo de recursos públicos, antes de aprobar leyes que conlleven la apertura de más municipalidades con sus respectivos alcaldes y regidores”.

En contraposición a ello, las comunidades del golfo han anhelado el cantonato, y desde mi punto de vista, lo merecen, ya que en esta temática debe prevalecer el principio de autodeterminación de los pueblos, lo cual generaría una absoluta independencia, más recursos y las opciones reales para ejecutar un desarrollo sostenible en estos focos turísticos.

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