A propósito del Día Internacional de la Mujer, todas las mujeres después de cierta edad pasamos por la perimenopausia. Es decir, la transición hacia la menopausia cuando los ciclos menstruales se acaban. Estaré pronta a cumplir la edad en que la menstruación anuncia su partida, para siempre. Por ahí escuché a una escritora contar que es la edad en que las mujeres se secan. No es precisamente un tema de saturación sexual o histerización del cuerpo femenino. Al contrario, es otro punto de partida para cualquier mujer y que provoca miedo. Pero me pregunto, ¿cuándo no hemos estado rodeadas de miedo? Sería bueno empezar por ahí, matar los temores, reconocer que la única fatalidad es no permitir aceptarlo. Reconocer los cambios en este período incómodo, ambiguo, de desánimo.

Lo cierto es que ninguna mujer está inmune, es decir, no tenemos el privilegio de declarar “no gracias, no quiero, aún no o no estoy lista”. Desde la naturaleza, todo tiene un orden, como cuando nos caemos y nos duele. Ciertamente nada en el mundo natural acontece por casualidad. Sentimos que todas las hormonas con las que vinimos al mundo nos abandonan de golpe. Nos pega el mal humor, la fatiga, la piel se arruga y por las noches nos golpean torbellinos de calor, como pequeñas muertes infernales. Literalmente una masa en campo de ruina. Pero pocas mujeres hablan de esto, perdemos la oportunidad de hablar de una transformación natural tan importante.

Aunque muchas deciden enfrentarlo solas, la información allá afuera es basta y las recomendaciones tienen buena intención: aumentar la rutina de ejercicios, consumir granos, alimentos ricos en calcio para los huesos y también vitamina E. Para mí es fundamental hablarlo con mis amigas, mis hermanas, la gente cercana a mí. Todos los días son importantes para las mujeres, porque también existen días poco románticos, que nos golpean las hormonas y ese día queremos cambiar el mundo y acudir desesperadas a nuestra tribu.

Insto en cuidarnos entre nosotras, atender las situaciones urgentes como la salud pública, la salud preventiva, el cuidado, tratamientos y diagnóstico de enfermedades concerniente a la mujer. No obstruyamos nuestro propio progreso con agendas políticas que van más allá del sentido común. Queremos mujeres sanas, física y emocionalmente, prevenir aquellas enfermedades que acaban con la vida de millones de mujeres cada año. La escritora y periodista colombiana Gloria Chávez Vásquez se refiere a estos tiempos, en donde las mujeres censuran a otras mujeres violentamente, como un tema delicado — “De la manera cómo funciona hoy en día, vamos rumbo a la extinción. Pregúntenles a las abejas”— O a la columnista mexicana Tere Vale que apunta a que padecemos de una anestesia colectiva cuando nos volvemos indiferentes a las muertes como si solo fueran datos.

Por lo pronto, mi proyecto más digno y sensato es vivir cada etapa con plenitud. Aceptar mi nueva piel, como muchos animales que pasan por el proceso de muda, necesario para crecer. Hoy celebro a millones de mujeres frágiles de cuerpo pero con el alma radiante.

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